Especial de Navidad.
fandom-insanoFandom: Prince of Tennis.
Disclaimer: Prince of Tennis no me pertenece, pertenece a su respectivo creador, en este caso Konomi Takeshi. Solo uso unos poquitos personajes para dejar volar la imaginación <3
Prompt #09.
Personaje/Pairing/Grupo: Sanada Genichirou/Yukimura Seiichi/Kirihara Akaya.
Rating: PG-13.
Resumen: Yukimura siempre obligaba a Akaya a vestirse de blanco.
Advertencias: Shonen Ai. Semi AU.
Yukimura siempre obligaba a Akaya a vestirse de blanco.
Y Akaya siempre se preguntaba que le había dado a su novio con ese color, si al fin y al cabo él no le hacía honor al color blanco. No tenía dos novios por nada, después de todo. Genichirou sabía la razón, o eso sospechaba Kirihara pues Sanada siempre le observaba con una casi invisible sonrisa cuando Yukimura terminaba de arreglarle la ropa. Le trataban como un niño, y no es que le molestase -del todo- pero hasta él conseguía aburrirse si Seiichi le trataba como un bebé.
Había únicamente un día en el cual Seiichi le vestía de otro color que no era blanco, ese día especial en el que Akaya vestía de colores crema -que no eran blancos, gracias al cielo-, ese día en el que Seiichi le vestía con otro color. El cumpleaños de Kirihara. Ese día Kirihara tenía la opción de escoger el color de ropa -siempre y cuando fuese relativamente claro-. Ese día, Kirihara se había despertado temprano dispuesto ya a esas alturas a vestirse con la ropa que le dijese Yukimura, como estaba acostumbrado ya para esas alturas, sin embargo no era Seiichi quien estaba frente a él sino que Sanada.
Kirihara alzó una ceja, sin comprender por qué Genichirou se veía… un tanto inquieto. No supo la respuesta hasta que Seiichi entró a la habitación y se sentó en la cama, enfrente de Akaya. Éste se estaba comenzando a extrañar de que no le hubiese obligado a vestirse ni nada similar, sus novios estaban extraños.
- Akaya, ¿Cuánto tiempo hemos estado juntos?- preguntó Seiichi.
- ¿Eh?- cuestionó Kirihara, sin embargo la mirada de Genichirou le dijo que esperaban una respuesta- Alrededor de siete años- respondió.
-
Seiichi asintió y se quedó pensativo, Kirihara pensó que quizás simplemente quería que le dijese la respuesta a esa pregunta que tenía claro Yukimura sabía mucho mejor que él mismo. Después de que hubiese finalizado su relación con Yanagi, unos meses antes de que los de tercero se graduasen, había iniciado una relación con Yukimura y Sanada. Al principio, nadie podía entender cómo podían estar juntos entre los tres, sin embargo y para sorpresa de todos las cosas iban funcionando muy bien. Eso fue un mes después de la graduación de todos, dado que se habían estado viendo paulatinamente por varias razones, la principal que Kirihara esperaba consejos para cuando estuviese al mando del Rikkaidai. Siguieron juntos cuando Akaya entró a la preparatoria con ellos y luego también cuando se volvieron a graduar. Cuando Akaya terminó la preparatoria se fueron a vivir juntos, Yukimura y Sanada estaban ya en la universidad mientras que Kirihara iba a empezarla ese año. De eso, ya cuatro años.
- Akaya…- Kirihara miró a Genichirou, que era quien había hablado- Si, hipotéticamente, Yanagi viniese y te dijese que todavía te ama. ¿Qué harías?
- ¿Hipotéticamente? Pues le diría que lo siento, pero que yo ya no siento nada por él. Que los amo a ustedes, y que no los cambiaría- Sanada ocultó la sonrisa que quería esbozar tras la respuesta del menor.
- Y si, hipotéticamente, nosotros quisiéramos casarnos contigo. ¿Qué dirías?- Kirihara no supo que decir tras la pregunta de Yukimura, dado que le había tomado por sorpresa.
- Yo… diría que sí. Que me gustaría mucho, pero que tendrían que esforzarse mucho por encontrar a alguien que nos pudiese casar a los tres- murmuró con una sonrisa Kirihara.
- Entonces perfecto, hoy mismo tomamos el vuelo y vamos a buscar quien nos case- sonrió alegremente Yukimura. Sanada volvió a ocultar una sonrisa.
- ¿Eh? Pero pensé que era hipotéticamente- Kirihara alzó una ceja, Yukimura sonrió ampliamente mientras Sanada soltaba una risita. No podía aguantarlo más.
- Oh, no. No era hipotético. Supongo que es un poco hipócrita casarse de blanco en estos días, pero da igual, me gusta cómo te ves de blanco y estuve probándote diferentes trajes a los largos de estos días para ver cual me gustaba más- Yukimura parecía más alegre que antes, algo que le dio mala espina a Kirihara.
- ¿Entonces era por eso que siempre me vestías de blanco?- se quejó Kirihara, haciendo sonreír a Yukimura.
- Claro, tenía que ver como podías vestirte en nuestro casamiento. En fin, hay que llamar a los chicos y decirles que tienen que ir a nuestra boda. Venga, todos a levantarse. Genichirou, ayuda a Akaya a vestirse- se levantó dando órdenes Yukimura, Akaya suspiró.
Nunca se esperó que su matrimonio comenzase de esa forma, pero siendo sincero consigo mismo no le sorprendía. Después de todo, se estaba casando con Seiichi y Genichirou, no era como si pudiese esperar algo más.
Prompt #15.
Personaje/Pairing/Grupo: Sanada Genichirou/Yukimura Seiichi/Kirihara Akaya.
Rating: PG-13.
Resumen: Akaya recibe un regalo de sus novios. Un regalo muy esperado.
Advertencias: Shonen Ai. Aparición estelar del resto del Rikkaidai e Inui Sadaharu.
Akaya se encontraba emocionado.
No, más que emocionado. Estaba total y completamente excitado.
La navidad se acercaba y sus novios -Genichirou y Seiichi- le habían dado un regalo espectacular. Un viaje, pero no solo para él o sus novios sino que habían invitado a todos los que habían conformado antes el equipo del Rikkaidai. Yukimura había reunido a todos: Jackal, Marui, Niou, Yagyuu e incluso a Yanagi. Le había sorprendido ese último invitado, tenía que admitirlo, después de todo Yanagi había sido antes su novio. Y siempre había sabido que Genichirou y Seiichi eran bastantes celosos.
La respuesta le llegó por sí sola, dado que Genichirou dijo que había invitado al novio de Renji también -Inui Sadaharu-. Suponía las razones, a pesar de que ya llevaban años juntos -para ser exactos, siete- habían cosas que no cambiaban ni siquiera cuando sus dos novios tenían veintitrés años. Sonrió con diversión, mientras acariciaba el cabello de Genichirou luego de que hubiesen ido a la cama a… celebrar la noticia.
Seiichi estaba preparando la comida, mientras que Akaya y Genichirou deberían estar duchándose para ir a cenar, pero la verdad es que Akaya se sentía bien apoyado en el pecho desnudo de Genichirou tranquilizando su respiración y escuchando como la de su novio moreno también se relajaba. Seiichi apareció en la puerta de la habitación y soltó un suspiro al ver a los otros dos todavía en la cama tapados a medias con las sabanas.
- Hey, ya arriba. Hay que cenar y mañana nos juntaremos con todos muy temprano- les recordó.
Genichirou le miró y asintió, mientras Akaya bostezaba suavemente y se incorporaba en la cama. Genichirou levantó a Akaya de la cama para ir a la ducha y Seiichi suspiró para sí mismo mientras iba a terminar la comida, y es que era sorprendente que Sanada mimara tanto a Akaya. Seguía sorprendiéndole haber conocido ese lado tan diferente al Genichirou de todos los días, desde que Akaya había entrado a la preparatoria y habían decidido incluirlo en la que al principio había sido una relación solo entre él y Genichirou había podido conocer diferentes facetas de Genichirou. Ambos se habían amado mucho, pero la llegada de Akaya forzó a ambos a demostrar más sentimientos y dejar en claro cuánto amaban al menor de los tres. A Seiichi le gustaba comparar a Akaya con un gatito, pues siempre necesitaba cariño y que le demostrasen el amor que sentían, había sido quien llegó a ponerle ese “algo” que siempre habían sentido que faltaba en su relación.
Escuchó el sonido de la ducha y se dispuso a servir la cena, no sirvió mucho porque seguramente y por los nervios Akaya estaría despierto yendo al refrigerador cada una hora, y despertándolos en el proceso. No servía de mucho comer una gran comida sino iban a digerirla adecuadamente por culpa de su querido novio. Akaya y Genichirou aparecieron en el comedor, Akaya vestido con un pijama muy occidental y Genichirou con una yukata, como era costumbre. Se sentaron y comieron, con los comentarios de Akaya acerca de lo que haría en la playa como fondo. Seiichi seguía dudando acerca de haber invitado a Renji, después de todo tenía muy en claro que él había sido el primer amor de Akaya y eso le hacía sentir celoso -no podía negarlo- pero había decidido confiar en Akaya y en Renji. Terminaron la comida y fueron a la cama, luego de que Akaya lavase los platos -como decía el trato de la “Familia Feliz”, nombre que había sido dado por el mismo Kirihara-.
Día siguiente…
Eran las siete de la mañana cuando Seiichi se despertó, y se sorprendió al notar que su suposición había sido errónea y no había sido despertado ni una sola vez en la noche. Se volteó para mirar a Akaya y lo encontró dormido plácidamente, con un rostro de ángel -que le gustaba observar, sobre todo porque era todo lo contrario a lo que siempre recordaba de Devil Akaya- sobre el pecho de Genichirou. Comprendió porque no había despertado, era algo que había descubierto con los años: Akaya siempre dormía sin interrupciones cuando dormía en el pecho de alguno de los dos, habitualmente de Genichirou. Sacudió a Genichirou levemente, viéndole abrir los ojos y ahogar un bostezo. Sanada se movió levemente y en consecuencia despertó a Kirihara, quien intentó volverse a dormir acomodándose en la cama pero Seiichi se lo impidió. Kirihara se resignó a que no podría seguir durmiendo y se dirigió al baño primero, dado que era el que más tiempo se tomaba allí dentro. Luego fue Yukimura y por ultimo Sanada, éste último apenas estuvo unos minutos dentro. Ya a las siete cuarenta y cinco habían desayunado, tenían las maletas -que había hecho Yukimura por los tres- listas y se disponían a salir. Se encontrarían con el resto en la estación de trenes en donde tomarían el tren con rumbo a Chiba.
Salieron y tomaron un taxi para ir a la estación. Cuando llegaron, algo -o alguien- se lanzó sobre Akaya. Una cabellera pelirroja apareció entonces y una sonrisa que hizo a Akaya reír. Sin embargo, Seiichi y Genichirou hicieron una mueca, que Akaya atribuyo a los celos por lo que se separó del pelirrojo que le había abrazado. Marui.
- Marui-senpai, tanto tiempo- sonrió el chico con cabello de alga, Bunta sonrió también y le revolvió el cabello -¿para qué? Quien sabe, quizás quería volverlo más despeinado-.
- ¡Los extrañamos mucho!- confesó el chico, mientras que detrás de él se podían notar a otras personas.
- ¡Yagyuu-senpai. Niou-senpai. Jackal-senpai!- gritó Akaya al haberlos reconocido. Los tres chicos esbozaron sonrisas, mientras Genichirou murmuraba acerca de cómo podía ser que Akaya siguiera comportándose de manera infantil teniendo ya veintidós años.
- Hola Akaya- saludó Yagyuu, mientras Niou agregaba su puri característico.
- Akaya- saludó Jackal con un movimiento de cabeza para luego girar hacia Yukimura y Sanada- Tanto tiempo.
- Hola chicos, nos alegra volver a verlos- sonrió Seiichi, mientras Genichirou murmuraba todavía sobre Akaya y su forma infantil.
Los saludos pasaron y Akaya se dedicó a preguntarles a todos cómo era su vida ahora, claramente no a Sanada ni a Yukimura porque él compartía esa vida. Entonces, justo cuando iba a seguir hablando se dio cuenta de un muy importante detalle.
- ¿Dónde está Renji?
Seiichi intentó no celarse, después de todo solo era una pregunta, pero el hecho de que hubiese usado el primer nombre de Yanagi le molestaba un poco. Genichirou lo intentó también pero no lo logro, aunque entendía que Akaya llamase a Yanagi por el primer nombre. Habían sido pareja, después de todo, se habían acostumbrado a llamarse por el primer nombre.
- Debe estar por llegar, al parecer se atrasaron por un no-sé-qué de probabilidades de lluvia para mañana y querían poner algo para llevar. O eso entendí.
Akaya asintió a la respuesta de Jackal, sonriendo divertido, del tiempo que había conocido a Renji sabía que era muy posible que hubiese hecho y deshecho la maleta para agregar lo que él pensaba que era necesario. Según Seiichi, iban a estar en Chiba alrededor de una semana o algo así, habían arrendado habitaciones de hotel para las parejas. Él estaría con Genichirou y Seiichi, claramente, Jackal con Marui, Yagyuu con Niou y Renji con Inui. Kirihara se dedicó a volver a preguntar acerca de las vidas de los que habían sido sus senpai en el Rikkaidai cuando vio aparecer a una silueta muy familiar junto a otra que no lo era del todo pero que sí conocía.
- ¡Renji!- gritó Akaya, saludándole con la mano.
Yanagi sonrió ligeramente, viendo que su ex pareja no había cambiado ni con los años mientras Inui murmuraba algo que no alcanzó a comprender. Llegaron a ellos y se saludaron entre todos, Akaya sonreía bajo la mirada celosa de Genichirou y Seiichi pero se les pasó rápidamente cuando -luego de saludar a Yanagi- fue hacia ellos para ponerse en medio y sonreírles con ternura. Akaya no era tonto, sabía de lo celosos que eran sus novios -ya lo habíamos mencionado- por lo que se decidió a que era mejor calmar esos celos sino quería que todas las vacaciones se arruinaran. Ya que Inui y Yanagi habían llegado fueron a comprar los pasajes que los llevarían a Chiba. Iba a ser una semana divertida, porque aquel día era veinte, por lo que pasarían la navidad allá y dos días más. Eso hacía feliz a Akaya.
Mientras estaban en el tren que los llevaría a Chiba, Akaya se había acurrucado a un lado de Genichirou dado que seguía teniendo sueño, era algo cruel despertarlo temprano. Genichirou solo lo dejó, mientras que al frente de ellos Jackal y Marui sonreían. Dado que los asientos eran técnicamente para dos personas y que Akaya quería sentarse con sus dos novios habían terminado repartidos en los asientos con mesas al frente. Yagyuu se había sentado con Niou y al frente de ellos estaban Yanagi e Inui. Seiichi acarició la cabellera de Kirihara, le gustaban sus cabellos de alga a pesar de todo, mientras que Genichirou miraba por la ventana. Seiichi comenzó a hablar con los dos que tenía al frente, con intervenciones de Sanada muy de vez en cuando mientras Akaya dormía como si nada.
Llegaron a Chiba en cuarenta y cinco minutos, aproximadamente y Genichirou tuvo que llevarse a Akaya en brazos dado que no conseguía despertarlo. Y tampoco quería que despertase de malas. Seiichi llevó su equipaje y el de Akaya mientras que Jackal se ofreció a llevar el de Sanada. Fueron al hotel y luego cada uno a su habitación, prometieron verse en una hora para ir a la playa. Dado que todavía era temprano y que Seiichi había alegado a favor de Akaya.
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Una hora después, todos se encontraban en la recepción del hotel, muchos se habían duchado y cambiado de ropa en el tiempo que tuvieron. Akaya estaba mimoso con Genichirou y Seiichi, era divertido verlo porque nunca creyeron que el sub capitán del equipo pudiese aguantar a alguien que fuese tan mimoso como Akaya, sin embargo se notaba que Sanada lo hacía porque quería a Kirihara. Seiichi llevaba un pequeño bolso con las toallas, bloqueador y botellas de agua para los tres, sin embargo se las pasó a Sanada mientras Akaya se ponía mimoso ahora con él. Jackal llevaba también las toallas y demás cosas que necesitarían, además de unos dulces que le había dado Bunta; Yagyuu llevaba todo y miraba con desconfianza un paquete que le había dado Niou y por ultimo estaban Yanagi e Inui quienes estaban simplemente con las toallas cada uno, aunque Inui había llevado su cuaderno para anotar Data. Todos se preguntaban de donde iba a sacar data, pero decidieron no preguntar.
Llegaron a la playa y Akaya se olvidó de que quería estar mimoso con sus novios porque apenas vio el mar se quitó la camiseta que llevaba y las sandalias para salir corriendo en dirección al mar. Todos se le quedaron viendo como llegaba al mar, hacía una mueca -seguramente porque estaba helado- y se tiraba rápidamente para mojarse por completo. Bunta fue quien le siguió y luego Niou, mientras los demás los veían desde su lugar.
Seiichi se alegró de haber sugerido ese regalo para su novio menor, porque se veía muy feliz y eso le hacía feliz a él también. Ellos sabían que Akaya siempre extrañaba a los miembros del equipo de tenis, por ello decidieron regalarle ese viaje reuniendo a todos. Además, era una buena forma de pasar la navidad, juntos entre todos. Solo restaba esperar por el día final, el veinticinco de diciembre, en el que podrían decir el “Feliz Navidad” por el que habían ido, y luego seguir disfrutando de un merecido tiempo de paz. Entre arena y mar.
Prompt #18.
Personaje/Pairing/Grupo: Sanada Genichirou/Yukimura Seiichi/Kirihara Akaya.
Rating: PG-13.
Resumen: La navidad está a la vuelta de la esquina, por lo que Kirihara escribe su carta para santa.
Advertencias: Shonen Ai. Niou/Marui/Kirihara casi explícito.
Kirihara observaba la carta que había escrito para Santa, y se preguntaba si estaba pidiendo lo correcto o debería hacer la carta. Siempre le habían dicho que Santa Claus necesitaba un poco de ayuda para obsequiarle los regalos y Akaya lo entendía, por eso todos los años escribía su carta a Santa.
Pero ese año estaba dudando, porque ese año no tenía claro lo que quería. Había pensado que Santa podría saber lo que quería, después de todo era Santa, pero luego se dio cuenta de que si ni siquiera él mismo tenía claro que quería. ¿Cómo lo iba a saber Santa? ¡Santa no era un adivino! No, Santa era una persona que intentaba alegrarle pero que no iba a hacer todo el trabajo. Por eso Akaya escribía sus cartas, no iba a dejar de hacerlo solo porque no tenía muy claro que quería.
Suspiró, y arrugó la carta antes de comenzar a escribir una nueva. Plasmando en la carta todo lo que creía era correcto decir. Cuando terminó la carta, la releyó y su propio interior la aprobó, se levantó y fue a buscar a sus novios. Ambos estaban de seguro en las canchas de tenis, siempre estaban en las canchas de tenis (incluso en horas de clase). Antes de entrar a la cancha de tenis, dobló la carta y la guardó en el bolsillo de su pantalón de escuela.
Vio a sus novios practicando, y sonrió mientras les veía. Ahora estaba totalmente seguro de que su última carta era la indicada. En esa se plasmaba su más absoluto deseo, y que no era una play station. Estaba tan concentrado en ver a sus novios que no notó que dos personas le miraban fijamente. Cuando sus novios por fin se dieron cuenta de su presencia, corrió a verles.
- Aka-chan, pensé que estabas escribiendo tu carta para Santa- le dijo el peliazul que tenía por novio, con su sonrisa eterna que rara vez salía de su rostro.
- Sí, ya la hice- anunció con orgullo.
- ¿Y qué pediste?- le preguntó su otro novio, un joven con una gorra en la cabeza.
- Es un secreto. No puedo decírselos, a ninguno de los dos- anunció solemnemente. Y es que de verdad era mejor que no lo supieran.
- Está bien- aceptó Seiichi, mientras planeaba como averiguarlo por otros lados. Genichirou accedió también, pero con los mismos pensamientos que Yukimura.
Seiichi abrazó a su novio, y notó entonces la carta de Akaya. Sonrió, mientras el menor ocultaba el rostro en su pecho, y con disimulo -y mucha práctica en quitarle cosas a Kirihara- sacó la carta del bolsillo de su novio. Guardándola para leerla cuando Akaya no estuviese para sospechar.
- Ahora, vete a casa Aka-chan. Tu madre se preocupará y luego nos culpará a nosotros- sonrió Seiichi, Akaya asintió animado y luego le besó con suavidad. Para luego repetirlo con Sanada y salir corriendo.
Ambos chicos le vieron desaparecer, y fue entonces que Sanada se giró hacia Seiichi mirándole con solo un poco de curiosidad. Seiichi sonrió, para luego sacar la carta y enseñársela a Genichirou haciendo que éste esbozase una media sonrisa de lado. Había sospechado que la tomaría. Seiichi desplegó la carta y Genichirou se acercó para leer.
Querido Santa:
Este año no quiero pedirte una play station
- Vaya, es un milagro- susurró Genichirou. Yukimura se rio con suavidad.
En cambio, quiero pedirte que cuides a mis novios.
Seiichi lo pasó muy mal por su enfermedad.
Y Genichirou estuvo muy preocupado por él también.
Por eso, quiero pedirte que lo cuides. Como un favor.
- Es tan tierno…- susurró Yukimura, Sanada asintió sin saber muy bien que decir.
También quiero que, si tienes los poderes
Nunca dejes que nos separemos.
Para que estemos juntos por siempre.
- Nunca pensé que él pudiese pedir esto…- susurró Sanada, y es que él había pensado que Akaya pediría una play station y muchos juegos.
- Yo tampoco- confesó Yukimura.
Pero también necesito pedirte otra cosa.
Y es muy importante.
Pero tiene que ser un secreto entre nosotros dos.
Nadie debe saberlo, ¿sí?
Sanada frunció el ceño, mientras Seiichi comenzaba a sospechar la razón de que Akaya no quisiera que leyeran la carta. Quien sabe que estaba pidiendo ahí.
Por favor.
Haz que Niou-senpai y Marui-senpai dejen de acosarme.
- ¿Qué?- gruñó Seiichi. Sanada acentuó aún más su ceño fruncido.
Al principio no me molestaba… bueno, sí, pero era soportable.
Pero ahora se están pasando de la raya.
Seiichi y Genichirou pueden darse cuenta en cualquier momento.
¡Y no quiero muertes aún!
Por favor Santa.
Es lo más importante que cumplas, ¿sí?
Gracias.
Kirihara Akaya.
Yukimura cerró la carta, volviendo a lucir su impecable sonrisa, mientras Sanada volvía a su rostro inexpresivo. Pero ambos tenían una sola idea en la mente. “Hay que matarles”. Y con ese pensamiento, salieron en busca de Niou y Marui.
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- ¡Aka-chan!
Kirihara suprimió un escalofrío, cuando escuchó la voz melosa de Niou detrás suyo. Estaba saliendo del Rikkaidai, dado que se había dado cuenta de que su carta se había perdido y la había ido a buscar. Al no encontrarla, se dio por vencido. Recordaba lo que había pedido por lo que podía escribirla de nuevo. Con tal de que no hubiese ido a parar a las manos de Seiichi o Genichirou. Todo iba a estar bien.
- Akaya, te estábamos buscando- añadió Marui, con una sonrisa en su rostro.
Kirihara se forzó a sonreír de la manera más creíble, mientras veía a Niou y Marui acercarse. Les saludó con un movimiento de cabeza y luego miró alrededor.
- ¿Qué ocurre, senpais?- cuestionó con la voz estrangulada.
Niou y Marui se miraron con una sonrisa, antes de lanzarse a abrazarle. Niou le abrazó por detrás mientras que Marui por delante, quedando Akaya definitivamente atrapado entre ambos cuerpos. Kirihara sonrió nerviosamente, intentando liberarse del abrazo como podía.
- Queríamos verte. Te estábamos extrañando mucho.
Kirihara sonrió incluso más nervioso ante las palabras de Niou, por dios había aguantado eso por mucho tiempo. Solo esperaba que Santa pudiese cumplir su deseo de que esos dos dejasen el acoso. Porque si se seguía, siempre corría el riesgo de que Seiichi o Genichirou se enterasen. Y eso, definitivamente no lo deseaba. Por mucho que quisiera que el acoso se detuviera, no lo quería a causa de la muerte de sus senpais.
- Sabemos que nos extrañabas también. Tranquilo. No se lo diremos a Yukimura o Sanada.
Kirihara tragó saliva, muy nervioso, al escuchar las palabras de Niou. No es que pudiese decir mucho en su posición actual, los brazos de Niou fueron a parar a su cintura mientras que Marui recorría sus brazos casi distraídamente. Kirihara se removió un poco, increíblemente incómodo con todo aquello.
- ¿Sabes qué, Aka-chan? Hemos pensado seriamente en que deberías dejar a esos dos que tienes como novios y convertirte en nuestro amante.
Kirihara miró con incredulidad a Marui, ninguna persona moderadamente cuerda pensaría que él sería capaz de dejar a sus amados novios. Pero estaba claro que cuerdos no estaban Marui o Niou, si no… no estarían acosándole como lo hacían.
- Nosotros te harían mucho más que ellos. Y definitivamente disfrutarías mucho más.
Las palabras de Niou sonaron casi como una promesa a oídos de Akaya, pero puso los ojos en blanco. Niou estaba preparándose para bajar un poco sus manos, sin embargo Marui puso sus manos sobre las suyas y ambos las bajaron lentamente. Kirihara tragó saliva.
- ¡Oigan ustedes! ¡Malditos acosadores! Dejen a nuestro Akaya.
Niou y Marui soltaron a Kirihara como si quemara, mientras que Sanada avanzaba a grandes zancadas hacia ellos y Seiichi corría para abrazar a su pobre novio. Seguro que le traumaron. Pobre de su niño.
- Espero que tengan una excelente explicación- amenazó Sanada a los dos acosadores, quienes se miraron entre sí.
Kirihara se ocultó en los brazos de Seiichi, mientras que Niou y Marui inventaban explicaciones. Kirihara abrazó a Seiichi de vuelta, mientras pensaba en qué podía pedir ahora a Santa. Dudaba que volviesen a molestarle esos dos luego de que Sanada terminase de “hablar” con ellos. Hablando de eso…
Había salido una nueva play station ese mes.