Tabla Momentos - #5 Determinación
Fandom: Prince of Tennis.
Claim: Atobe Keigo/Kamio Akira (Destiny Pair).
Tabla: Tabla Momentos
Tema: #5 - Determinación
Título: La mejor virtud de Kamio.
Resumen: Todos tenían algo claro… La mejor virtud de Kamio era su determinación.
Advertencias: Yaoi. Mención/Recuerdo (más bien leve) de situaciones poco agradables. Un poco de OoC a raíz de la situación que viven los dos jóvenes. Lemon implícito.
Rating: R.
Notas: Yay, por fin la última parte de esta línea tan triste de Kamio <3 Aun no me decidido si acabará realmente aquí mismo o sí haré una segunda parte (quizás con cuatro partes más, es lo más probable). Pero en todo caso, aquí ya se considera como un ‘final’. Continuación de Riesgo, Encuentro & Cambio
Disclaimer: Prince of Tennis no me pertenece, pertenece a su respectivo creador, en este caso Konomi Takeshi. Solo uso unos poquitos personajes para dejar volar la imaginación <3
Desde que Kamio había cambiado, todos habían vuelto a su vida relativamente normal. Los de Osaka habían vuelto sin embargo Zaizen continuaba viajando al menos una vez a la semana (si es que no era todo el fin de semana, a veces). Algunas veces viajaba solo, otras veces viajaba acompañado por Shiraishi, otras por Kenya Oshitari y generalmente por ambos. Después de que Kamio averiguase la razón, no perdía oportunidad de molestar un poco a su amigo alegando que tenía que tener un excelente físico como para poder con dos, la mayoría no alcanzaba a comprender de que hablaba pero la sonrisa divertida que aparecía por mili segundos en el rostro de Ibu les hacía pensar que quizás lo mejor fuese no tener idea de que hablaban esos tres amigos. Kamio había ido cambiando lentamente en esas semanas que habían pasado desde su ‘Cambio radical’; se había vuelto nuevamente abierto y bromeaba alegremente. Sin embargo habían días en los cuales Ibu y Zaizen se quedaban a dormir, siendo despertados por los gritos de las pesadillas de Kamio, ellos comprendían que tuviese miedo y pesadillas… lo que le había ocurrido no debía ser fácil. Sin embargo, todos tenían que admitir que Kamio tenía una muy buena virtud, y que probablemente fuese su mejor virtud: La Determinación. Kamio estaba determinado a superar el trauma, y contaba con la ayuda de sus dos mejores amigos para lograrlo además de cierto chico rico que le iba a ver siempre que podía.
En momentos como ese, deseaba usar su determinación para conquistar a ese capitán del equipo de tenis del Hyotei, no podía negar lo mucho que le gustaba y lo mucho que quería que al menos le besase. A pesar de que sentía incertidumbre, ¿le asaltarían sus pesadillas al verse apresado en otros brazos? No sabía la respuesta y tampoco quería arriesgar pues no quería que Atobe se sintiese mal por su culpa. Sin embargo, entre más lo pensaba más quería tener al emperador de la Hyotei para sí mismo. Kamio era competitivo y tenía mucho espíritu, sobre todo a raíz del partido con Kaidoh del Seigaku ya que en aquel partido había descubierto que más que espíritu de lucha lo que tenía era determinación… todo gracias a Kaidoh. Kaidoh le había demostrado que no estaba bien darse por vencido, y es por eso que tampoco se daba por vencido en ninguna de sus dos metas actuales: Superar la violación y Conquistar a Atobe Keigo. Aquí, entre nos, Kamio estaba seguro de que la más sencilla era la superación. Si bien intentaba no ilusionarse, el hecho de que Atobe le haya ido a buscar expresamente le hacía ilusiones y deseaba creer que era todo porque le amaba sin embargo…
Atobe no daba muestras de nada.
¡De verdad! De absolutamente nada, simplemente le iba a ver y se preocupaba por él. Pero, ¿por qué? ¡No lo sabía! Y era jodidamente frustrante. Kamio quería estar seguro de que Atobe sentía algo por él antes de arriesgarse pero el maldito emperador no mostraba n-a-d-a. ¿Ven? Por eso, Kamio estaba seguro de que era más fácil superar la violación, encontrar a los violadores y molerlos a golpes antes de conquistar a Keigo. Pero nada impediría que lo conquistase. Como que se llamaba Kamio Akira que lo hacía, ¡y que nadie se atreviese a decir lo contrario, o los molería a todos a golpes!
5 días después. Sábado por la tarde.
Ibu lo intentaba, ¡de verdad que lo intentaba! Pero no lograba evitar que unas risitas cortas saliesen de sus labios al notar como Kamio iba vestido. Zaizen -por su parte- no lo intentaba, reía cada vez que observaba a Kamio. Kamio estaba convencido de que ese día sería su día (y sí, también esperaba que fuese su día literalmente porque de que quería que Atobe le hiciera muchas cosas pues sí que quería [y conste, que el que todavía no superaba la violación era él]). Como aquel sería su día, se había vestido con ropa que… bueno, decir que era provocativa era decir poco. Shiraishi y Kenya habían sido dejados afuera, sin embargo habían visto a Kamio por un segundo y Zaizen tuvo que pegarles para que dejasen de babear. Kamio había escogido todo cuidadosamente, había incluso arreglado parte de su ropa para hacerla más provocativa, el resultado había sido: un pantalón muy corto que dejaba ver la mayoría de las piernas de Kamio, una camisa abotonada únicamente en tres botones en el medio en la que había arreglado las mangas y éstas eran cortas sin nada debajo por lo que dejaba ver su abdomen y pecho perfectamente, además de zapatos cómodos aunque igualmente combinables con el vestuario; llevaba una cadena en el cuello con una esfera que tenía una cruz encima, muy larga, que en realidad era un encendedor, el cabello se lo había arreglado dándole un toque un tanto despeinado. Ibu y Zaizen odiaban admitirlo, pero si bien cada prenda por sí sola se veía muy poco provocativa todo junto en el cuerpo esbelto de Kamio les hacía pensar seriamente si realmente querían seguir siendo pasivos toda la vida y si estaría demasiado mal coquetear con su mejor amigo. Kamio se había vestido así por una única y real razón: Atobe. Atobe le había prometido que iría ese día, por lo que había preparado todo y estaba convencido de que conseguiría sin duda alguna conquistarlo ese día sí o sí. Kenya y Shiraishi habían sido avisados para quedarse en las cercanías para que una vez llegase Atobe fuesen a buscar a Ibu y Zaizen y los entretuviesen hasta que Kamio llamase para que volvieran.
Ibu, al no querer hacer de mal… ¿cuarteto? Había llamado a cierto capitán para que le fuese a buscar y claro que el capitán había aceptado encantado pues que Ibu le llamase solo podía significar diversión para ambos… aunque Ibu no lo demostrase era divertido siempre pasar tiempo con él, de algunas formas más que otras. Fue entonces que los tres amigos escucharon un coche afuera y Kamio esbozó una sonrisa casi escalofriante que hicieron a Zaizen e Ibu dudar si realmente era buena idea dejarle solo con Atobe sin embargo decidieron olvidar esas cosas. Vieron a Kamio sentarse semi cruzando las piernas mientras la puerta se abría pues Atobe sabía que siempre estaba abierta; Atobe entró con su porte de rey sin embargo al ver a Kamio y sobre todo ver como estaba vestido detuvo toda su caminata y se quedó con la boca semi abierta por unos momentos antes de parpadear y toser.
- Hola…-susurró, Kamio se levantó y le saludó con una hermosa e inocente sonrisa. Atobe tuvo que forzarse a desviar la mirada de sus piernas. Justo entonces sonó la puerta y por ella apareció Tachibana Kippei. Ibu se levantó para ir a los brazos de su novio quien le recibió gustoso sin poder evitar darle un vistazo a Kamio, el capitán pareció querer tapar a Kamio con algo apenas le vio sin embargo la idea se vio desechada al ver la miradita de Kamio que le dejaba en claro que si se atrevía a algo le mordería o algo así.
Tachibana besó suavemente a Ibu, mientras la puerta sonaba nuevamente (esta vez, eran golpes, sin embargo). Zaizen se levantó viendo a sus novios tras la puerta y les sonrió con ternura mientras ellos desviaban la mirada de Kamio. Ibu y Zaizen fueron hasta Kamio.
- Nosotros nos vamos, Akira-chan. No se te ocurra hacer cosas malas- le dijo Zaizen, aunque sabía perfectamente que dados los planes de Akira lo más seguro es que hiciera cosas muy malas.
- Y si las haces, que quede en secreto porque sabes que si alguien se entera despelleja vivo a alguien- siguió Ibu, echándole una mirada disimulada a su novio quien ni se inmutó aunque su mirada decía que era capaz.
Kamio rio y luego les despidió. Una vez estuvieron solos, Akira se giró para ver a Atobe.
Alrededor de 40 minutos después
Atobe intentaba recriminarse -de verdad que lo intentaba-, por lo menos hacer que por una cosa de orgullo su conciencia supiese que lo que había hecho estaba mal sin embargo no lo lograba. Una de las manos de Atobe recorrió la desnuda figura de Akira mientras besaba su frente; no lograba recriminarse por lo que había hecho por mucho que intentase obligar a su cabeza a adecuarse a la idea de que lo que habían hecho había estado mal. No es que hubiese sido malo, de hecho había sido tierno y glorioso (para ambos) pero Atobe se sentía mal por haberse aprovechado de un chico que había sufrido tanto. No estaba seguro de que había sido lo que le había llevado a disfrutar del cuerpo de Akira, quizás había sido el atuendo de Akira o quizás fue la mirada que le dio cuando llegó, tan cargada de deseo, amor y ternura a parte iguales; o quizás había hecho una mezcla de todo. También pudo ser el hecho de que dejó de tener ganas de luchar contra sus instintos primarios, aquellos que le exigían que tomara a Kamio y lo hiciera suyo para quitarle todo el dolor que alguna vez sintió, pero… ¿Quién podía saberlo? El resultado había quedado claro, ellos dos en la cama del pelirrojo y amándose como si no existiera mañana, los besos no consiguieron ser suficiente. Lo único que Atobe podía recalcar es que Akira había superado ya la violación, por lo menos eso había demostrado cuando no había tenido miedo de entregarse a Atobe. Keigo se sentía bien por eso, de verdad que sí, pero seguía pensando que se había aprovechado de la situación. Suspiró y recorrió nuevamente la desnuda figura de su amante de aquella noche.
- ¿Por qué el suspiro?- Akira abrió uno de sus ojos para observarle y Atobe se quedó callado sin saber que responder, había creído que estaba durmiendo- ¿Te arrepientes?- susurró, eso era lo que realmente no quería. Sí, había planeado todo para que ocurriese pero no quería que Atobe se arrepintiera de lo que ocurrido entre ambos.
- Claro que no- respondió rápidamente, y luego respiró profundamente- No podría arrepentirme de lo hecho, especialmente de no esto, pero…- Atobe se quedó pensativo y callado entonces.
- ¿Pero piensas que te aprovechaste?- continúo Akira, y obtuvo un asentimiento como respuesta- No fue así, por sobre cualquier cosa no te aprovechaste. Yo lo quería y tú también, ¿Qué tiene de malo?- susurró. Atobe acarició su figura nuevamente.
- Nada…- murmuró y luego esbozó una leve sonrisa- No tiene nada de malo- Kamio sonrió y le besó suavemente, Atobe pasó una de sus manos por la cintura del pelirrojo para atraerle más a su cuerpo y correspondió el beso con suavidad.
- Te amo- susurró Kamio luego del beso, Atobe le miró con sorpresa y luego murmuró un: “Y yo a ti” antes de volver a besarse.
Kamio se levantó y fue hasta su celular llamando a Ibu y Zaizen para decirles que ya podían volver a la casa y que les invitaba a cenar para pagar las molestias. Atobe sonrió al verlo pero luego amplió un poco más su sonrisa cuando vio que estaba dispuesto a bajar.
- Akira- le llamó, Kamio se giró para mirarle con curiosidad- ¿Vas a bajar desnudo? A mí no me molesta verte pasear así pero no sé si a tus amigos les gustará tanto como a mí- sonrió divertido y Kamio se sonrojó hasta las orejas antes de correr a tomar toda su ropa y encerrarse en el baño- Sí, eso pensé yo también- susurró Atobe y rio para sí mismo.
La vida con Kamio nunca iba a ser aburrida, no tenía claro en que habían quedado ni tampoco tenía claro el futuro, pero de que no dejaría ir nunca a Kamio… No lo haría. Kamio era alguien a quien amaba, y no iba a permitir que nadie se lo quitase.
Claim: Atobe Keigo/Kamio Akira (Destiny Pair).
Tabla: Tabla Momentos
Tema: #5 - Determinación
Título: La mejor virtud de Kamio.
Resumen: Todos tenían algo claro… La mejor virtud de Kamio era su determinación.
Advertencias: Yaoi. Mención/Recuerdo (más bien leve) de situaciones poco agradables. Un poco de OoC a raíz de la situación que viven los dos jóvenes. Lemon implícito.
Rating: R.
Notas: Yay, por fin la última parte de esta línea tan triste de Kamio <3 Aun no me decidido si acabará realmente aquí mismo o sí haré una segunda parte (quizás con cuatro partes más, es lo más probable). Pero en todo caso, aquí ya se considera como un ‘final’. Continuación de Riesgo, Encuentro & Cambio
Disclaimer: Prince of Tennis no me pertenece, pertenece a su respectivo creador, en este caso Konomi Takeshi. Solo uso unos poquitos personajes para dejar volar la imaginación <3
Desde que Kamio había cambiado, todos habían vuelto a su vida relativamente normal. Los de Osaka habían vuelto sin embargo Zaizen continuaba viajando al menos una vez a la semana (si es que no era todo el fin de semana, a veces). Algunas veces viajaba solo, otras veces viajaba acompañado por Shiraishi, otras por Kenya Oshitari y generalmente por ambos. Después de que Kamio averiguase la razón, no perdía oportunidad de molestar un poco a su amigo alegando que tenía que tener un excelente físico como para poder con dos, la mayoría no alcanzaba a comprender de que hablaba pero la sonrisa divertida que aparecía por mili segundos en el rostro de Ibu les hacía pensar que quizás lo mejor fuese no tener idea de que hablaban esos tres amigos. Kamio había ido cambiando lentamente en esas semanas que habían pasado desde su ‘Cambio radical’; se había vuelto nuevamente abierto y bromeaba alegremente. Sin embargo habían días en los cuales Ibu y Zaizen se quedaban a dormir, siendo despertados por los gritos de las pesadillas de Kamio, ellos comprendían que tuviese miedo y pesadillas… lo que le había ocurrido no debía ser fácil. Sin embargo, todos tenían que admitir que Kamio tenía una muy buena virtud, y que probablemente fuese su mejor virtud: La Determinación. Kamio estaba determinado a superar el trauma, y contaba con la ayuda de sus dos mejores amigos para lograrlo además de cierto chico rico que le iba a ver siempre que podía.
En momentos como ese, deseaba usar su determinación para conquistar a ese capitán del equipo de tenis del Hyotei, no podía negar lo mucho que le gustaba y lo mucho que quería que al menos le besase. A pesar de que sentía incertidumbre, ¿le asaltarían sus pesadillas al verse apresado en otros brazos? No sabía la respuesta y tampoco quería arriesgar pues no quería que Atobe se sintiese mal por su culpa. Sin embargo, entre más lo pensaba más quería tener al emperador de la Hyotei para sí mismo. Kamio era competitivo y tenía mucho espíritu, sobre todo a raíz del partido con Kaidoh del Seigaku ya que en aquel partido había descubierto que más que espíritu de lucha lo que tenía era determinación… todo gracias a Kaidoh. Kaidoh le había demostrado que no estaba bien darse por vencido, y es por eso que tampoco se daba por vencido en ninguna de sus dos metas actuales: Superar la violación y Conquistar a Atobe Keigo. Aquí, entre nos, Kamio estaba seguro de que la más sencilla era la superación. Si bien intentaba no ilusionarse, el hecho de que Atobe le haya ido a buscar expresamente le hacía ilusiones y deseaba creer que era todo porque le amaba sin embargo…
Atobe no daba muestras de nada.
¡De verdad! De absolutamente nada, simplemente le iba a ver y se preocupaba por él. Pero, ¿por qué? ¡No lo sabía! Y era jodidamente frustrante. Kamio quería estar seguro de que Atobe sentía algo por él antes de arriesgarse pero el maldito emperador no mostraba n-a-d-a. ¿Ven? Por eso, Kamio estaba seguro de que era más fácil superar la violación, encontrar a los violadores y molerlos a golpes antes de conquistar a Keigo. Pero nada impediría que lo conquistase. Como que se llamaba Kamio Akira que lo hacía, ¡y que nadie se atreviese a decir lo contrario, o los molería a todos a golpes!
5 días después. Sábado por la tarde.
Ibu lo intentaba, ¡de verdad que lo intentaba! Pero no lograba evitar que unas risitas cortas saliesen de sus labios al notar como Kamio iba vestido. Zaizen -por su parte- no lo intentaba, reía cada vez que observaba a Kamio. Kamio estaba convencido de que ese día sería su día (y sí, también esperaba que fuese su día literalmente porque de que quería que Atobe le hiciera muchas cosas pues sí que quería [y conste, que el que todavía no superaba la violación era él]). Como aquel sería su día, se había vestido con ropa que… bueno, decir que era provocativa era decir poco. Shiraishi y Kenya habían sido dejados afuera, sin embargo habían visto a Kamio por un segundo y Zaizen tuvo que pegarles para que dejasen de babear. Kamio había escogido todo cuidadosamente, había incluso arreglado parte de su ropa para hacerla más provocativa, el resultado había sido: un pantalón muy corto que dejaba ver la mayoría de las piernas de Kamio, una camisa abotonada únicamente en tres botones en el medio en la que había arreglado las mangas y éstas eran cortas sin nada debajo por lo que dejaba ver su abdomen y pecho perfectamente, además de zapatos cómodos aunque igualmente combinables con el vestuario; llevaba una cadena en el cuello con una esfera que tenía una cruz encima, muy larga, que en realidad era un encendedor, el cabello se lo había arreglado dándole un toque un tanto despeinado. Ibu y Zaizen odiaban admitirlo, pero si bien cada prenda por sí sola se veía muy poco provocativa todo junto en el cuerpo esbelto de Kamio les hacía pensar seriamente si realmente querían seguir siendo pasivos toda la vida y si estaría demasiado mal coquetear con su mejor amigo. Kamio se había vestido así por una única y real razón: Atobe. Atobe le había prometido que iría ese día, por lo que había preparado todo y estaba convencido de que conseguiría sin duda alguna conquistarlo ese día sí o sí. Kenya y Shiraishi habían sido avisados para quedarse en las cercanías para que una vez llegase Atobe fuesen a buscar a Ibu y Zaizen y los entretuviesen hasta que Kamio llamase para que volvieran.
Ibu, al no querer hacer de mal… ¿cuarteto? Había llamado a cierto capitán para que le fuese a buscar y claro que el capitán había aceptado encantado pues que Ibu le llamase solo podía significar diversión para ambos… aunque Ibu no lo demostrase era divertido siempre pasar tiempo con él, de algunas formas más que otras. Fue entonces que los tres amigos escucharon un coche afuera y Kamio esbozó una sonrisa casi escalofriante que hicieron a Zaizen e Ibu dudar si realmente era buena idea dejarle solo con Atobe sin embargo decidieron olvidar esas cosas. Vieron a Kamio sentarse semi cruzando las piernas mientras la puerta se abría pues Atobe sabía que siempre estaba abierta; Atobe entró con su porte de rey sin embargo al ver a Kamio y sobre todo ver como estaba vestido detuvo toda su caminata y se quedó con la boca semi abierta por unos momentos antes de parpadear y toser.
- Hola…-susurró, Kamio se levantó y le saludó con una hermosa e inocente sonrisa. Atobe tuvo que forzarse a desviar la mirada de sus piernas. Justo entonces sonó la puerta y por ella apareció Tachibana Kippei. Ibu se levantó para ir a los brazos de su novio quien le recibió gustoso sin poder evitar darle un vistazo a Kamio, el capitán pareció querer tapar a Kamio con algo apenas le vio sin embargo la idea se vio desechada al ver la miradita de Kamio que le dejaba en claro que si se atrevía a algo le mordería o algo así.
Tachibana besó suavemente a Ibu, mientras la puerta sonaba nuevamente (esta vez, eran golpes, sin embargo). Zaizen se levantó viendo a sus novios tras la puerta y les sonrió con ternura mientras ellos desviaban la mirada de Kamio. Ibu y Zaizen fueron hasta Kamio.
- Nosotros nos vamos, Akira-chan. No se te ocurra hacer cosas malas- le dijo Zaizen, aunque sabía perfectamente que dados los planes de Akira lo más seguro es que hiciera cosas muy malas.
- Y si las haces, que quede en secreto porque sabes que si alguien se entera despelleja vivo a alguien- siguió Ibu, echándole una mirada disimulada a su novio quien ni se inmutó aunque su mirada decía que era capaz.
Kamio rio y luego les despidió. Una vez estuvieron solos, Akira se giró para ver a Atobe.
Alrededor de 40 minutos después
Atobe intentaba recriminarse -de verdad que lo intentaba-, por lo menos hacer que por una cosa de orgullo su conciencia supiese que lo que había hecho estaba mal sin embargo no lo lograba. Una de las manos de Atobe recorrió la desnuda figura de Akira mientras besaba su frente; no lograba recriminarse por lo que había hecho por mucho que intentase obligar a su cabeza a adecuarse a la idea de que lo que habían hecho había estado mal. No es que hubiese sido malo, de hecho había sido tierno y glorioso (para ambos) pero Atobe se sentía mal por haberse aprovechado de un chico que había sufrido tanto. No estaba seguro de que había sido lo que le había llevado a disfrutar del cuerpo de Akira, quizás había sido el atuendo de Akira o quizás fue la mirada que le dio cuando llegó, tan cargada de deseo, amor y ternura a parte iguales; o quizás había hecho una mezcla de todo. También pudo ser el hecho de que dejó de tener ganas de luchar contra sus instintos primarios, aquellos que le exigían que tomara a Kamio y lo hiciera suyo para quitarle todo el dolor que alguna vez sintió, pero… ¿Quién podía saberlo? El resultado había quedado claro, ellos dos en la cama del pelirrojo y amándose como si no existiera mañana, los besos no consiguieron ser suficiente. Lo único que Atobe podía recalcar es que Akira había superado ya la violación, por lo menos eso había demostrado cuando no había tenido miedo de entregarse a Atobe. Keigo se sentía bien por eso, de verdad que sí, pero seguía pensando que se había aprovechado de la situación. Suspiró y recorrió nuevamente la desnuda figura de su amante de aquella noche.
- ¿Por qué el suspiro?- Akira abrió uno de sus ojos para observarle y Atobe se quedó callado sin saber que responder, había creído que estaba durmiendo- ¿Te arrepientes?- susurró, eso era lo que realmente no quería. Sí, había planeado todo para que ocurriese pero no quería que Atobe se arrepintiera de lo que ocurrido entre ambos.
- Claro que no- respondió rápidamente, y luego respiró profundamente- No podría arrepentirme de lo hecho, especialmente de no esto, pero…- Atobe se quedó pensativo y callado entonces.
- ¿Pero piensas que te aprovechaste?- continúo Akira, y obtuvo un asentimiento como respuesta- No fue así, por sobre cualquier cosa no te aprovechaste. Yo lo quería y tú también, ¿Qué tiene de malo?- susurró. Atobe acarició su figura nuevamente.
- Nada…- murmuró y luego esbozó una leve sonrisa- No tiene nada de malo- Kamio sonrió y le besó suavemente, Atobe pasó una de sus manos por la cintura del pelirrojo para atraerle más a su cuerpo y correspondió el beso con suavidad.
- Te amo- susurró Kamio luego del beso, Atobe le miró con sorpresa y luego murmuró un: “Y yo a ti” antes de volver a besarse.
Kamio se levantó y fue hasta su celular llamando a Ibu y Zaizen para decirles que ya podían volver a la casa y que les invitaba a cenar para pagar las molestias. Atobe sonrió al verlo pero luego amplió un poco más su sonrisa cuando vio que estaba dispuesto a bajar.
- Akira- le llamó, Kamio se giró para mirarle con curiosidad- ¿Vas a bajar desnudo? A mí no me molesta verte pasear así pero no sé si a tus amigos les gustará tanto como a mí- sonrió divertido y Kamio se sonrojó hasta las orejas antes de correr a tomar toda su ropa y encerrarse en el baño- Sí, eso pensé yo también- susurró Atobe y rio para sí mismo.
La vida con Kamio nunca iba a ser aburrida, no tenía claro en que habían quedado ni tampoco tenía claro el futuro, pero de que no dejaría ir nunca a Kamio… No lo haría. Kamio era alguien a quien amaba, y no iba a permitir que nadie se lo quitase.