Tabla Momentos - #26 Despedida
Fandom: Prince of Tennis.
Claim: Atobe Keigo/Kamio Akira (Destiny Pair).
Tabla: Tabla Momentos
Tema: #26 - Despedida.
Título: La despedida.
Resumen: Esa despedida no incluye un Adiós, sino un Hasta luego.
Advertencias: Shonen Ai. Post-Series. ¿AU? Posible mas no probable OoC, si es que hay tiene sus razones fundamentadas.
Rating: PG-13.
Disclaimer: Prince of Tennis no me pertenece, pertenece a su respectivo creador, en este caso Konomi Takeshi. Solo uso unos poquitos personajes para dejar volar la imaginación <3
El instituto Fudomine tendía a ser un lugar tranquilo, por lo menos desde que los titulares de tercer año se habían graduado. Ibu Shinji y Kamio Akira eran mejores amigos por sobre cualquier cosa, sin embargo habían riñas que arruinaban la paz que Capitán y Sub-capitán del equipo de Tenis tenían siempre. Esas cosas habitualmente relacionadas con algo que decía o hacía Akira generalmente para enfadar a Shinji. Sin embargo aquel día, en particular, la paz fue rota por algo diferente e inesperado. A solo cinco días de la Final del Torneo Nacional, la cual se disputaba con Seigaku, Kamio Akira había llegado con la noticia.
- Me marcharé apenas se juegue el último partido.
Ibu Shinji se había quedado callado, por varios minutos, hasta que finalmente había explotado en gritos. Los otros miembros del equipo de tenis le miraban alucinados, sin poder comprender a qué se debía toda esa situación. Nunca habían visto al Sub capitán gritar de esa forma, y aunque varias veces se había enojado con el Capitán, nunca había gritado. Solo murmurado cientos de cosas. Pero claro, lo que ellos no sabían era todo lo que se ocultaba tras esa indirecta despedida.
.
..
...
....
El partido final se había disputado, y en un taxi en dirección al aeropuerto de Tokio se encontraba un pelirrojo que luego de haber entregado el galardón del Torneo Nacional a su equipo estaba lo suficientemente relajado como para no sentirse culpable por abandonarles antes de tiempo. Pero ese había sido el trato, después de todo, el trato que había hecho con su novio en cuanto éste le dejó participar en el Torneo Nacional. Aunque más de uno pudiese preguntarse: ¿Y por qué tu novio tiene que darle permiso para participar en un torneo? Las cosas son así. El novio de Akira siempre lo había hecho por su bien.
Llegó al Aeropuerto y un chico de dieciséis años estaba cerca del taxi cuando se estacionó, el mismo chico pagó y Kamio salió tomando la mano del joven rubio con una leve sonrisa. Se sentía tranquilo, relajado, y también ciertamente esperanzado. Puede que la despedida no hubiese resultado como quería, sin embargo no se sentía mal por ello. Él sabía que Shinji, finalmente, lograría comprender sus razones. Después de todo él sabía todo lo que se ocultaba tras su despedida, y confiaba lo suficiente en Ibu como para haberle dicho todo.
Él y su novio se dirigieron al lugar en el cual abordarían su avión con dirección a Londres, Inglaterra, en donde por fin Kamio podría solucionar sus problemas. Miró al rubio a su lado, y besó su mejilla con infinito cariño como el que siempre le profesaba. Éste acarició su cabello con delicadeza, sin poder creerse que pudiese comportarse de esa forma con alguien que no fuese él mismo. Kamio estaba delicado, y aunque hubiese intentado ocultárselo también a él, no lo había conseguido. ¿Sería gracia de todos los Capitanes lesionarse en su último año?
Aunque él, personalmente, no lo hizo. Aunque sabía de otros Capitanes además de Tezuka Kunimitsu que sí se habían lesionado por su equipo. Kamio era un idiota. ¿Quizás por eso le amaba tanto? Era su contraparte, después de todo. Desvió su mano desde el cabello pelirrojo a la mejilla, desviando a continuación su mano hasta la cintura de Akira y ahí la dejó. Akira suspiró, a pesar de que su novio le había dejado jugar en el último partido seguía preocupado por él. A pesar de que había aceptado marcharse a Inglaterra para su rehabilitación.
- Keigo, de verdad, estoy bien- le aseguró al Heredero de la Familia Atobe.
Y lo estaba. Su lesión se limitaba a su rodilla, y aunque debería haber estado usando muletas para caminar en esos momentos, se las había evitado. La rehabilitación se encontraba en Japón, pero tardaba dos años y en Inglaterra se había en uno solo. Keigo le había ofrecido llevarlo, a pesar de que Akira se había negado rotundamente en un principio, finalmente había terminado por aceptar. Sus padres habían estado de acuerdo, y aunque su hijo era solo un niño, no podían evitar ver que finalmente era por su bien y no se podía decir nada más.
- ¿Cómo fue la despedida?- el ex Capitán del Hyotei decidió cambiar de tema, porque si respondía al 'Estoy bien' de Akira seguramente pelearían. Él conocía, después de todo, el temperamento de su Kamio.
- Como siempre. Considerando que fue la despida a Shinji y a los chicos. Creo que todos se sorprendieron, Shinji nunca grita- aseguró, y Atobe volteó para verle con una ceja alzada.
- ¿De verdad Ibu-san gritó?- inquirió, en un tono entre sarcasmo y sorpresa. Añadiendo el 'san' al recordar que así lo había exigido Ibu alguna vez hacía tiempo.
- Sí, creo que todos se sorprendieron. ¿Habrán creído que siempre hablaba en susurros?- se cuestionó a sí mismo el pelirrojo, en un tono divertido.
- Yo lo creía hasta que me lo has negado.
Kamio rió ante la respuesta.
.
..
...
....
Al cabo de hora y media, llamaron a los pasajeros del vuelo en dirección a Londres. Atobe y Kamio se dirigieron a abordar desde el restaurante en donde habían estado comiendo anteriormente. Habían pasado bastante tiempo charlando de cosas banales, y discutiendo acerca de las probabilidades de que Ibu hubiese gritado alguna otra vez en su vida antes de que le gritase a Kamio. Habían llegado a la conclusión de que era solo el pelirrojo el que tenía el poder y capacidad suficientes como para hacerle gritar, ante el orgullo del mencionado. Aunque no fuese de los mejores orgullos, era orgullo finalmente.
Ambos abordaron el avión y Akira tomó el lugar de la ventana del avión, mirando el lugar en el cual se veían todavía los pasajeros abordando. Sus ojos captaron una cabellera azulada, junto a otras seis cabelleras cuyos dueños movían las manos a forma de despedida. Sonrió, sabía que Ibu finalmente comprendería sus razones ocultas. Atobe asomó su cabeza para observar, viendo la mala cara instantánea que ponía Ibu. Ellos nunca podrían llevarse bien, terminó por aceptar en aquel momento. No que le interesase llevarse bien con ese chico...
El pelirrojo le besó la mejilla, y se despidió con la mano de sus antiguos compañeros, sabía que volvería al siguiente año si es que había suerte y si es que Atobe no se le daba por quedarse en su castillo de no-sé-dónde o algo similar. Pero volvería, en algún momento, y por eso se sentía feliz. Porque había esperanza de volver a ver a todos los que habían hecho especial ese último año en Japón. Y la razón principal era que, teniendo esa esperanza...
Esa despedida no incluía un Adiós, sino un Hasta luego.
Claim: Atobe Keigo/Kamio Akira (Destiny Pair).
Tabla: Tabla Momentos
Tema: #26 - Despedida.
Título: La despedida.
Resumen: Esa despedida no incluye un Adiós, sino un Hasta luego.
Advertencias: Shonen Ai. Post-Series. ¿AU? Posible mas no probable OoC, si es que hay tiene sus razones fundamentadas.
Rating: PG-13.
Disclaimer: Prince of Tennis no me pertenece, pertenece a su respectivo creador, en este caso Konomi Takeshi. Solo uso unos poquitos personajes para dejar volar la imaginación <3
El instituto Fudomine tendía a ser un lugar tranquilo, por lo menos desde que los titulares de tercer año se habían graduado. Ibu Shinji y Kamio Akira eran mejores amigos por sobre cualquier cosa, sin embargo habían riñas que arruinaban la paz que Capitán y Sub-capitán del equipo de Tenis tenían siempre. Esas cosas habitualmente relacionadas con algo que decía o hacía Akira generalmente para enfadar a Shinji. Sin embargo aquel día, en particular, la paz fue rota por algo diferente e inesperado. A solo cinco días de la Final del Torneo Nacional, la cual se disputaba con Seigaku, Kamio Akira había llegado con la noticia.
- Me marcharé apenas se juegue el último partido.
Ibu Shinji se había quedado callado, por varios minutos, hasta que finalmente había explotado en gritos. Los otros miembros del equipo de tenis le miraban alucinados, sin poder comprender a qué se debía toda esa situación. Nunca habían visto al Sub capitán gritar de esa forma, y aunque varias veces se había enojado con el Capitán, nunca había gritado. Solo murmurado cientos de cosas. Pero claro, lo que ellos no sabían era todo lo que se ocultaba tras esa indirecta despedida.
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El partido final se había disputado, y en un taxi en dirección al aeropuerto de Tokio se encontraba un pelirrojo que luego de haber entregado el galardón del Torneo Nacional a su equipo estaba lo suficientemente relajado como para no sentirse culpable por abandonarles antes de tiempo. Pero ese había sido el trato, después de todo, el trato que había hecho con su novio en cuanto éste le dejó participar en el Torneo Nacional. Aunque más de uno pudiese preguntarse: ¿Y por qué tu novio tiene que darle permiso para participar en un torneo? Las cosas son así. El novio de Akira siempre lo había hecho por su bien.
Llegó al Aeropuerto y un chico de dieciséis años estaba cerca del taxi cuando se estacionó, el mismo chico pagó y Kamio salió tomando la mano del joven rubio con una leve sonrisa. Se sentía tranquilo, relajado, y también ciertamente esperanzado. Puede que la despedida no hubiese resultado como quería, sin embargo no se sentía mal por ello. Él sabía que Shinji, finalmente, lograría comprender sus razones. Después de todo él sabía todo lo que se ocultaba tras su despedida, y confiaba lo suficiente en Ibu como para haberle dicho todo.
Él y su novio se dirigieron al lugar en el cual abordarían su avión con dirección a Londres, Inglaterra, en donde por fin Kamio podría solucionar sus problemas. Miró al rubio a su lado, y besó su mejilla con infinito cariño como el que siempre le profesaba. Éste acarició su cabello con delicadeza, sin poder creerse que pudiese comportarse de esa forma con alguien que no fuese él mismo. Kamio estaba delicado, y aunque hubiese intentado ocultárselo también a él, no lo había conseguido. ¿Sería gracia de todos los Capitanes lesionarse en su último año?
Aunque él, personalmente, no lo hizo. Aunque sabía de otros Capitanes además de Tezuka Kunimitsu que sí se habían lesionado por su equipo. Kamio era un idiota. ¿Quizás por eso le amaba tanto? Era su contraparte, después de todo. Desvió su mano desde el cabello pelirrojo a la mejilla, desviando a continuación su mano hasta la cintura de Akira y ahí la dejó. Akira suspiró, a pesar de que su novio le había dejado jugar en el último partido seguía preocupado por él. A pesar de que había aceptado marcharse a Inglaterra para su rehabilitación.
- Keigo, de verdad, estoy bien- le aseguró al Heredero de la Familia Atobe.
Y lo estaba. Su lesión se limitaba a su rodilla, y aunque debería haber estado usando muletas para caminar en esos momentos, se las había evitado. La rehabilitación se encontraba en Japón, pero tardaba dos años y en Inglaterra se había en uno solo. Keigo le había ofrecido llevarlo, a pesar de que Akira se había negado rotundamente en un principio, finalmente había terminado por aceptar. Sus padres habían estado de acuerdo, y aunque su hijo era solo un niño, no podían evitar ver que finalmente era por su bien y no se podía decir nada más.
- ¿Cómo fue la despedida?- el ex Capitán del Hyotei decidió cambiar de tema, porque si respondía al 'Estoy bien' de Akira seguramente pelearían. Él conocía, después de todo, el temperamento de su Kamio.
- Como siempre. Considerando que fue la despida a Shinji y a los chicos. Creo que todos se sorprendieron, Shinji nunca grita- aseguró, y Atobe volteó para verle con una ceja alzada.
- ¿De verdad Ibu-san gritó?- inquirió, en un tono entre sarcasmo y sorpresa. Añadiendo el 'san' al recordar que así lo había exigido Ibu alguna vez hacía tiempo.
- Sí, creo que todos se sorprendieron. ¿Habrán creído que siempre hablaba en susurros?- se cuestionó a sí mismo el pelirrojo, en un tono divertido.
- Yo lo creía hasta que me lo has negado.
Kamio rió ante la respuesta.
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Al cabo de hora y media, llamaron a los pasajeros del vuelo en dirección a Londres. Atobe y Kamio se dirigieron a abordar desde el restaurante en donde habían estado comiendo anteriormente. Habían pasado bastante tiempo charlando de cosas banales, y discutiendo acerca de las probabilidades de que Ibu hubiese gritado alguna otra vez en su vida antes de que le gritase a Kamio. Habían llegado a la conclusión de que era solo el pelirrojo el que tenía el poder y capacidad suficientes como para hacerle gritar, ante el orgullo del mencionado. Aunque no fuese de los mejores orgullos, era orgullo finalmente.
Ambos abordaron el avión y Akira tomó el lugar de la ventana del avión, mirando el lugar en el cual se veían todavía los pasajeros abordando. Sus ojos captaron una cabellera azulada, junto a otras seis cabelleras cuyos dueños movían las manos a forma de despedida. Sonrió, sabía que Ibu finalmente comprendería sus razones ocultas. Atobe asomó su cabeza para observar, viendo la mala cara instantánea que ponía Ibu. Ellos nunca podrían llevarse bien, terminó por aceptar en aquel momento. No que le interesase llevarse bien con ese chico...
El pelirrojo le besó la mejilla, y se despidió con la mano de sus antiguos compañeros, sabía que volvería al siguiente año si es que había suerte y si es que Atobe no se le daba por quedarse en su castillo de no-sé-dónde o algo similar. Pero volvería, en algún momento, y por eso se sentía feliz. Porque había esperanza de volver a ver a todos los que habían hecho especial ese último año en Japón. Y la razón principal era que, teniendo esa esperanza...
Esa despedida no incluía un Adiós, sino un Hasta luego.