Capítulo 9. [Original, It's Only Life] [Tabla frases, menteoriginal] [9/9]
Título: ¡Detente, engendro de satán!
Fandom: It's Only Life
Personajes: Varios
Rating: PG
N/A: Participa en el dekasem. Finalmente aquí está el último capítulo. Me da pena terminar, pero ya no da para más. Puede que más adelante, si creo una trama decente, rescate a Sara, Ángela y Raquel del baúl de esta comu. De momento, espero que os guste este último capítulo.
Palabras: 1360
Tabla | Propmt: #8. ¡Detente, engendro de satán!
Cerró la puerta tras ella y se apoyó en la pared. Suspiró mientras cerraba los ojos. Se sentía flotando. Ahora sabía a qué se referían en las películas cuando mencionaban esas mariposillas en el estómago.
-Mira quién aparece por fin.
Escuchó la voz de Ángela y sonrió. Abrió los ojos y se la encontró de frente, saliendo de su habitación, con el pelo mojado. Seguramente acababa de cambiarse después de una ducha.
-¿Te parece normal no dar señales de vida hasta estas horas? ¡Que son casi las dos de la tarde!
-Estaba con Chase.
Le sonaba una explicación tan sumamente lógica, cuerda y válida que le extrañó que Ángela la mirara alzando una ceja. Se le dibujó en la cara, sin que pudiera evitarlo, una sonrisa tonta.
-Pasé la noche con él. Avisé a Raquel, pero al parecer no te dijo nada.
-Bastante tiene la pobre ahora como para encima acordarse de tus mensajes…
Sara se puso rígida y dejó de apoyarse en la pared para dar un par de pasos hacia su amiga. ¿Qué quería decir con que bastante tenía Raquel encima? ¿Le había pasado algo? Su cara debió reflejar bastante bien sus preguntas, porque Ángela respondió sin necesidad de formularlas en voz alta.
-Tranquila, es que Raquel ha cogido una pulmonía. Está en la cama, tapada hasta las cejas y con fiebre. Pero también tiene una sonrisa de tonta parecida a la tuya.
-¿Qué?
-Creo que es mejor que lo vea por ti misma. Esta en su habitación, yo iré ahora, voy a ver si le preparo algo caliente, una infusión o algo así…
La chica asintió suavemente y se dirigió a la habitación de Raquel. Tocó suavemente y escuchó una tos que, en cierto modo, supuso que significaba que podía pasar. Abrió ligeramente la puerta y se asomó. Raquel estaba tumbada en su cama, tapada hasta la nariz y con unas ojeras que conseguían que, en contraste con su palidez, pareciera un zombi.
-¡Detente, engendro de Satán!-bromeó Sara, acercándose a la cama para sentarse en el borde.- ¿Se puede saber qué hiciste anoche para estar así?
-Es…-tosió, y cuando dejó de hacerlo continuó la frase.-Estuve con Adam.
Aunque la voz de su amiga era bastante ronca, Sara entendió perfectamente a qué se refería Ángela con aquello de la sonrisa de tonta. Raquel la miraba como si no le pasara absolutamente nada, y, si no había entendido mal, había pasado algo con Adam.
Algo bueno, muy bueno.
-¿En serio? ¡Cuéntame! Debiste de pasar mucho rato bajo la lluvia para estar así, ¿no llevabas paraguas? ¿Adam te hizo algo? ¿Dormiste en casa?
-Sara, por favor, no la agobies.-interrumpió Ángela entrando a la habitación con una taza humeante en la mano.-La pobre está hecha polvo, como para que encima vengas tú a atosigarla con preguntas y…
-Ángela…-consiguió Raquel decir a duras penas.-Está bien. Quiero contároslo.-añadió antes de volver a toser.-Pero primero quiero que me contéis lo vuestro…a ver si al menos me da tiempo a recuperar mi voz.
Ángela sonrió. Por lo que supuso Sara, también a ella le había ido bien la cena con Daniel. Genial, aquello era genial. Esperó impaciente a que Ángela se sentara al otro lado de la cama y le diera la taza a Raquel, que se incorporó suavemente, apoyándose en el cabecero.
-Vale, empezad.-les apremió Raquel antes de beber un poco.
-Bueno…
-¡Estoy con Daniel!
-¡Estoy con Chase!
Lo dijeron casi a la vez, y sus voces se confundieron. Raquel sonrió lentamente y después soltó una carcajada que tuvo que cortar pronto, pues de nuevo comenzó a toser, como si se hubiera atragantado con algo, pero de manera mucho más seca.
-Raquel, ¿estás bien?-la chica asintió en respuesta a la pregunta de Ángela, la cual suspiró.-Nos pegas unos sustos que…
-Deja de lamentarte y sigue contándome.-cortó Raquel, con una voz que todavía sonaba ronca, aunque no tanto como antes.
-Está bien, yo la segunda.-se mostró Sara conforme.
Y Ángela empezó a contarles. Primero, cómo Daniel le había enseñado su casa. Después, cómo habían empezado a cenar, siendo interrumpidos por la compañera de piso del chico que, para sorpresa de la propia Ángela, era lesbiana.
-¿Lesbiana?-Raquel casi escupió lo que tenía en la boca cuando lo escuchó.
-Si. El muy…bueno, quería darme celos. En el fondo es muy dulce.
-Eso lo dices porque lo ves desde dentro. Soy yo, y lo mando a donde yo te diga.
-Sara, eres tú y no pillas que la chica es lesbiana ni aunque se ponga un cartel luminoso en la frente.
-¿Qué os pasa a todos últimamente con eso de que vivo en mi mundo?
Raquel y Ángela se miraron y sonrieron de manera cómplice. Sara vivía en su mundo de teorías, y sólo se daba cuenta de las cosas que les pasaban a los demás, mientras que las suyas eran como parte de otro mundo para ella. Era así, y ya lo tenían asumido.
-¿Y qué tal vuestra gran reconciliación?-preguntó Sara, cambiando de tema.
-Bueno pues…muy bien.-Ángela sonrió de manera pícara.
-Que pocos detalles.-se quejó Raquel, que ya se había terminado la infusión y sujetaba la taza con ambas manos.-Sara, espero que tú me des más datos.
-Bueno, en realidad no hay mucho que contar…
Ya que Ángela no sabía nada de su tarde, hizo un resumen de cómo había tenido que quedarse en casa de Chase. De que él le había dejado su ropa, y habían empezado una conversación que más que una conversación era una indirecta tras otra…por parte de él.
-¿Ves? Si ya te lo decimos nosotras…
-Bueno, pero a él es a la única persona a la que se le ha ocurrido dejarse de indirectas e ir al grano.-repuso Sara, encogiéndose de hombros.
-Define eso.
-Pues…que me besó.
-¿Y ya está? ¿Esos eran los grandes detalles que quería Raquel que le contaras? Pues a mi no me parecen gran cosa.
-¡Déjame terminar! Me besó, y me volvió a besar, y después el ambiente subió de tono, fuimos a su habitación y… ¿sabéis a qué hora me dormí?
-¡Sara! ¡Que yo no quería tantos detalles!-exclamó Ángela, riendo mientras la empujaba suavemente.
Ambas se miraron, y después se giraron para mirar a Raquel. La chica, miraba la taza, como queriendo desentenderse de su turno para contar su historia.
-Raquel-empezó Sara, alargando la e.
-Te toca.-la secundó Ángela, alargando ella la o.
-Vale, vale. Pero con tranquilidad.
A pesar de que su voz había mejorado gracias al calor de la infusión, todavía sonaba algo ronca mientras les contaba su pequeña escapada en mitad de la tormenta. Les contó su conversación con Adam, y cómo habían terminado besando bajo la lluvia.
-Al más puro estilo película de Hollywood.-suspiró Sara.
-Muy romántico, pero poco práctico para tu salud…
-La verdad es que tampoco es para tanto, Ángela, sólo algo de dolor de garganta y de cabeza. Para mi fue perfecto y me da igual pasar un par de días en cama por su culpa.
-En ese caso me alegro muchísimo por ti.
Raquel sonrió abiertamente antes de terminar de contarles cómo habían caminado hasta casa abrazados, y cómo se habían despedido con un beso.
-Soy la única que no ha tenido una noche de pasión, ¿verdad?-murmuró Raquel.
-Bueno, la tendrás. Seguro que Adam te da muchas, te vas a cansar de él, que si aquí, que si allí, que si arriba, que si abajo…-bromeó Ángela, riendo.
-¡Y luego me dices a mí!-exclamó Sara, haciéndose la ofendida.
Las tres rieron. Después, Raquel dejó la taza sobre su mesita de noche y extendió los brazos, de forma que Ángela y Sara se abrazaron a ella.
-Chicas, os quiero.-murmuró Raquel, sonriendo con ternura.
-Nosotras también.-respondieron ellas, estrechando el abrazo un poco más.
Porque en pocos meses habían pasado muchas cosas en sus vidas, pero había algunas que no cambiaban. Seguían siendo amigas, queriéndose como el primer día, como aquel día meses atrás en el que tres amigas habían decidido comenzar una nueva vida, en un lugar nuevo.
Un gran cambio para ellas que, al final, había salido bien.
Porque la vida es cambio, es amistad, es amor, es confusión, son altibajos, son dificultades.
La vida es, por decirlo así, sólo vida.
Fandom: It's Only Life
Personajes: Varios
Rating: PG
N/A: Participa en el dekasem. Finalmente aquí está el último capítulo. Me da pena terminar, pero ya no da para más. Puede que más adelante, si creo una trama decente, rescate a Sara, Ángela y Raquel del baúl de esta comu. De momento, espero que os guste este último capítulo.
Palabras: 1360
Tabla | Propmt: #8. ¡Detente, engendro de satán!
Cerró la puerta tras ella y se apoyó en la pared. Suspiró mientras cerraba los ojos. Se sentía flotando. Ahora sabía a qué se referían en las películas cuando mencionaban esas mariposillas en el estómago.
-Mira quién aparece por fin.
Escuchó la voz de Ángela y sonrió. Abrió los ojos y se la encontró de frente, saliendo de su habitación, con el pelo mojado. Seguramente acababa de cambiarse después de una ducha.
-¿Te parece normal no dar señales de vida hasta estas horas? ¡Que son casi las dos de la tarde!
-Estaba con Chase.
Le sonaba una explicación tan sumamente lógica, cuerda y válida que le extrañó que Ángela la mirara alzando una ceja. Se le dibujó en la cara, sin que pudiera evitarlo, una sonrisa tonta.
-Pasé la noche con él. Avisé a Raquel, pero al parecer no te dijo nada.
-Bastante tiene la pobre ahora como para encima acordarse de tus mensajes…
Sara se puso rígida y dejó de apoyarse en la pared para dar un par de pasos hacia su amiga. ¿Qué quería decir con que bastante tenía Raquel encima? ¿Le había pasado algo? Su cara debió reflejar bastante bien sus preguntas, porque Ángela respondió sin necesidad de formularlas en voz alta.
-Tranquila, es que Raquel ha cogido una pulmonía. Está en la cama, tapada hasta las cejas y con fiebre. Pero también tiene una sonrisa de tonta parecida a la tuya.
-¿Qué?
-Creo que es mejor que lo vea por ti misma. Esta en su habitación, yo iré ahora, voy a ver si le preparo algo caliente, una infusión o algo así…
La chica asintió suavemente y se dirigió a la habitación de Raquel. Tocó suavemente y escuchó una tos que, en cierto modo, supuso que significaba que podía pasar. Abrió ligeramente la puerta y se asomó. Raquel estaba tumbada en su cama, tapada hasta la nariz y con unas ojeras que conseguían que, en contraste con su palidez, pareciera un zombi.
-¡Detente, engendro de Satán!-bromeó Sara, acercándose a la cama para sentarse en el borde.- ¿Se puede saber qué hiciste anoche para estar así?
-Es…-tosió, y cuando dejó de hacerlo continuó la frase.-Estuve con Adam.
Aunque la voz de su amiga era bastante ronca, Sara entendió perfectamente a qué se refería Ángela con aquello de la sonrisa de tonta. Raquel la miraba como si no le pasara absolutamente nada, y, si no había entendido mal, había pasado algo con Adam.
Algo bueno, muy bueno.
-¿En serio? ¡Cuéntame! Debiste de pasar mucho rato bajo la lluvia para estar así, ¿no llevabas paraguas? ¿Adam te hizo algo? ¿Dormiste en casa?
-Sara, por favor, no la agobies.-interrumpió Ángela entrando a la habitación con una taza humeante en la mano.-La pobre está hecha polvo, como para que encima vengas tú a atosigarla con preguntas y…
-Ángela…-consiguió Raquel decir a duras penas.-Está bien. Quiero contároslo.-añadió antes de volver a toser.-Pero primero quiero que me contéis lo vuestro…a ver si al menos me da tiempo a recuperar mi voz.
Ángela sonrió. Por lo que supuso Sara, también a ella le había ido bien la cena con Daniel. Genial, aquello era genial. Esperó impaciente a que Ángela se sentara al otro lado de la cama y le diera la taza a Raquel, que se incorporó suavemente, apoyándose en el cabecero.
-Vale, empezad.-les apremió Raquel antes de beber un poco.
-Bueno…
-¡Estoy con Daniel!
-¡Estoy con Chase!
Lo dijeron casi a la vez, y sus voces se confundieron. Raquel sonrió lentamente y después soltó una carcajada que tuvo que cortar pronto, pues de nuevo comenzó a toser, como si se hubiera atragantado con algo, pero de manera mucho más seca.
-Raquel, ¿estás bien?-la chica asintió en respuesta a la pregunta de Ángela, la cual suspiró.-Nos pegas unos sustos que…
-Deja de lamentarte y sigue contándome.-cortó Raquel, con una voz que todavía sonaba ronca, aunque no tanto como antes.
-Está bien, yo la segunda.-se mostró Sara conforme.
Y Ángela empezó a contarles. Primero, cómo Daniel le había enseñado su casa. Después, cómo habían empezado a cenar, siendo interrumpidos por la compañera de piso del chico que, para sorpresa de la propia Ángela, era lesbiana.
-¿Lesbiana?-Raquel casi escupió lo que tenía en la boca cuando lo escuchó.
-Si. El muy…bueno, quería darme celos. En el fondo es muy dulce.
-Eso lo dices porque lo ves desde dentro. Soy yo, y lo mando a donde yo te diga.
-Sara, eres tú y no pillas que la chica es lesbiana ni aunque se ponga un cartel luminoso en la frente.
-¿Qué os pasa a todos últimamente con eso de que vivo en mi mundo?
Raquel y Ángela se miraron y sonrieron de manera cómplice. Sara vivía en su mundo de teorías, y sólo se daba cuenta de las cosas que les pasaban a los demás, mientras que las suyas eran como parte de otro mundo para ella. Era así, y ya lo tenían asumido.
-¿Y qué tal vuestra gran reconciliación?-preguntó Sara, cambiando de tema.
-Bueno pues…muy bien.-Ángela sonrió de manera pícara.
-Que pocos detalles.-se quejó Raquel, que ya se había terminado la infusión y sujetaba la taza con ambas manos.-Sara, espero que tú me des más datos.
-Bueno, en realidad no hay mucho que contar…
Ya que Ángela no sabía nada de su tarde, hizo un resumen de cómo había tenido que quedarse en casa de Chase. De que él le había dejado su ropa, y habían empezado una conversación que más que una conversación era una indirecta tras otra…por parte de él.
-¿Ves? Si ya te lo decimos nosotras…
-Bueno, pero a él es a la única persona a la que se le ha ocurrido dejarse de indirectas e ir al grano.-repuso Sara, encogiéndose de hombros.
-Define eso.
-Pues…que me besó.
-¿Y ya está? ¿Esos eran los grandes detalles que quería Raquel que le contaras? Pues a mi no me parecen gran cosa.
-¡Déjame terminar! Me besó, y me volvió a besar, y después el ambiente subió de tono, fuimos a su habitación y… ¿sabéis a qué hora me dormí?
-¡Sara! ¡Que yo no quería tantos detalles!-exclamó Ángela, riendo mientras la empujaba suavemente.
Ambas se miraron, y después se giraron para mirar a Raquel. La chica, miraba la taza, como queriendo desentenderse de su turno para contar su historia.
-Raquel-empezó Sara, alargando la e.
-Te toca.-la secundó Ángela, alargando ella la o.
-Vale, vale. Pero con tranquilidad.
A pesar de que su voz había mejorado gracias al calor de la infusión, todavía sonaba algo ronca mientras les contaba su pequeña escapada en mitad de la tormenta. Les contó su conversación con Adam, y cómo habían terminado besando bajo la lluvia.
-Al más puro estilo película de Hollywood.-suspiró Sara.
-Muy romántico, pero poco práctico para tu salud…
-La verdad es que tampoco es para tanto, Ángela, sólo algo de dolor de garganta y de cabeza. Para mi fue perfecto y me da igual pasar un par de días en cama por su culpa.
-En ese caso me alegro muchísimo por ti.
Raquel sonrió abiertamente antes de terminar de contarles cómo habían caminado hasta casa abrazados, y cómo se habían despedido con un beso.
-Soy la única que no ha tenido una noche de pasión, ¿verdad?-murmuró Raquel.
-Bueno, la tendrás. Seguro que Adam te da muchas, te vas a cansar de él, que si aquí, que si allí, que si arriba, que si abajo…-bromeó Ángela, riendo.
-¡Y luego me dices a mí!-exclamó Sara, haciéndose la ofendida.
Las tres rieron. Después, Raquel dejó la taza sobre su mesita de noche y extendió los brazos, de forma que Ángela y Sara se abrazaron a ella.
-Chicas, os quiero.-murmuró Raquel, sonriendo con ternura.
-Nosotras también.-respondieron ellas, estrechando el abrazo un poco más.
Porque en pocos meses habían pasado muchas cosas en sus vidas, pero había algunas que no cambiaban. Seguían siendo amigas, queriéndose como el primer día, como aquel día meses atrás en el que tres amigas habían decidido comenzar una nueva vida, en un lugar nuevo.
Un gran cambio para ellas que, al final, había salido bien.
Porque la vida es cambio, es amistad, es amor, es confusión, son altibajos, son dificultades.
La vida es, por decirlo así, sólo vida.