V Simposio de ASETEL

Sep 27, 2007 17:38

No es que se esté cumpliendo mi profecía irónica -que todo se andará: es que del 19 al 22 he estado en Córdoba, en el V Simposio de la Asociación Española de Teoría de la la Literatura, ASETEL (como bien dijo el gran Claudio Guillén, la asociación tiene nombre de compañía telefónica). Es la segunda vez que concurro a una; la anterior fue en Murcia, en 2005 (se trata de encuentros bianuales).

¿Y la tesis? Bueno, se trataba de una cita prevista desde hacía mucho tiempo a la que, además, en cierta medida debía ir, pero, sobre todo quería ir.

Los simposios de ASETEL son gremiales: sólo pueden acudir a ellos los miembros de la asociación, y para ser miembro tienes necesariamente que estar vinculado a un departamento universitario de teoría literaria. Esto quiere decir que tan sólo  pueden asistir catedráticos, profesores titulares... y así toda la jerarquía departamental hasta llegar a los becarios como yo. O sea, que hay algo de sindical, de asociación que te protege a ti como miembro. Los encuentros suponen por tanto un magnífico foro para informarte del estado de la cuestión universitaria y las perspectivas laborales en el área. Esta vez, sin ir más lejos, una de las sesiones ha resultado fundamental -pocas veces he tenido la impresión de asistir a una reunión tan verdaderamente informativa y útil- pues trató sobre las reformas y contrarreformas aún por venir de la LOU, la ley universitaria supuestamente creada para converger con la normativa europea pergeñada en Bolonia, y en qué medida afecta (y amenaza) a las humanidades en general y a la teoría literaria en particular. Y bueno, por fin me he enterado de muchas cosas. Por cierto, para quien no lo sepa, en un futuro cercano la gente ya no estudiará carreras, sino grados, posgrados y másters. Los nombres de las titulaciones también cambiarán y muchas desaparecerán (por ejemplo, las filologías, al menos con tal nombre). Hasta ahora, el única grado seguro va a ser el de "Experiencia", por aquello de que la experiencia es un grado; de cualquier otra cosa, no se sabe nada.

Luego, aparte, estos simposios tienen una claro aliento vocacional, y en esto se diferencian radicalmente de casi todos los otros congresos a los que he ido: no cuentan para el currículum y las ponencias las hacen los propios profesores para sus colegas (incluidos nosotros, los becarios) por lo que se supone que realmente vamos por amor al arte, a la cosa; a escuchar en qué se está trabajando dentro del área y a aprender (lo dicho, son encuentros gremiales). Aparte, se invita a eminentes profesores ajenos al área a dar conferencias relativas al tema en cuestión del simposio (que este año ha sido Hermenéutica y Teoría de la Literatura). Todo esto impregna las sesiones, como digo, de un aire vocacional, entusiasta, donde los propios profesores se enzarzan en discusiones, esgrimen citas... Aparte, para los becarios que acudimos no deja de resultar en este sentido una experiencia, aparte de enriquecedora, emocionante, en la medida en la que te permite convivir (no sólo durante las sesiones, sino también en las comidas, paseos, etc.) y conversar con aquéllas figuras de la teoría a las que has estado leyendo con placer y admiración y que, de repente, se materializan, te dirigen la palabra y hasta te tratan de tú... Imaginaos una reunión con las máximas personalidades de aquella actividad que más os gusta hacer (cómic, diseño, literatura)... Pues es eso. Compartir conversaciones y confidencias con José María Pozuelo Yvancos (que por cierto es además crítico en ABC), José Enrique Martínez Fernández, Manuel Asensi o Tomás Albaladejo es una experiencia poderosa (no se me ocurre un calificativo mejor); a la inversa, de algún modo también te das tú a conocer... En definitiva, para mí suponen unos días inmerso en lo que me gusta, donde escucho y converso y aprendo  y salgo con una sensación real de pertenencia a un colectivo en donde me gusta estar y con ganas enormes de lanzarme a leer o releer todos los libros de los que se ha ido hablando.

Las conferencias de este año han corrido a cargo del profesor Vítor Manuel Aguiar e Silva, el venerable autor (83 años, con una lucidez envidiable) de una de los primeros tratados de Teoría de la Literatura a que tuvimos acceso en España (publicado en Gredos), que habló sobre los límites y fricciones entre la hermenéutica y la filología; Tomás Calvo, catedrático de filosofía -el editor, entre otros de la Metafísica de Aristóteles en la célebre biblioteca clásica de Gredos-, que glosó la figura de Paul Ricoeur, deteniéndose en sus aportaciones acerca de la metáfora -esta parte me vino muy bien para la tesis- y la narración; y Maurizio Ferraris, de la Universidad de Turín (vinculado a Vattimo y al "pensamiento débil"), autor precisamente de una Historia de la Hermenéutica, que se descolgó con una conferencia titulada "ontología del móvil" (tiene un libro homónimo), y que resultó divertidísima, sin duda la sorpresa del encuentro; se trataba por momentos un monólogo al estilo "el Club de la Comedia" acerca del móvil y sus diferencias con el fijo con el que no dejábamos de reírnos hasta que, casi sin que nos diéramos cuenta,  jijí-jajá, acabó hablando de la vinculación entre el móvil y la identidad personal, la explosión actual de la cultura escrita (en contra de lo que pudiera parecer en la "era de la imagen"), pero no como comunicación, sino como registro (de lo que somos, hacemos, etc.), trayendo a colación algunas acertadas predicciones de Derrida frente otras, equivocadas, de McLuhan. Ovación y vuelta al ruedo.

En el plano personal, y dada la convivencia ya referida, acabas estrechando lazos con quien ya los tienes, y haciendo nuevas amistades. Por ejemplo yo he tenido el gusto de conocer al profesor Félix Ríos, a la sazón decano de la Facultad de Filología de la Universidad de la Laguna, con quien he pasado muy buenos ratos: sin él el encuentro no hubiera resultado ni la mitad de divertido.

Por cierto que en estos encuentros también hay una cena, y suele ser opípara. No en vano se llaman simposios. La de este año no fue una excepción. De Córdoba ya hablaré en entadas futuras, y, si encuentro de una vez el cable, subiré algunas fotos.

académico, personal, estancias

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