La noche era fria.
Sólo sentía tu aliento en mi nuca
mientras soñabas con peces de cristal.
Pero no anoche.
Estaba sola dando vueltas en la cama,
intentando recordar tu olor
mientras el olor de cerveza salia de mi boca
tapando cualquier resquicio de tu esencia.
Ahora,
muérdeme
aráñame
azótame
hazme tuya hasta que no pueda echar de menos nada.
Ahora o nunca.
Hazlo.