Titulo: Last Sweet.
Fandom: Katekyo Hitman Reborn
Claim: Yamamoto/Lambo
Prompt: Juego.
Disclaimer: Todo pertenece a Akira Amano y a quienes posean sus derechos y demas.
Notas: Dedicado a my dear
malale a la que le gusta mucho esta pareja ^^. Aviso que hay spoilers del TenYearsLaters Arc mas que nada por la representacion de los personajes y el tiempo en el que se desarrolla y asi que yo vea...no mucho mas...hombre por haber...podeis indagar pero agradeceria que no mucho mas...porque fijo que sale OoC por todas partes *gota*
Takeshi movió sonriente el caramelo que sujetaba entre los dedos y se regodeó ante la mirada de fastidio que le lanzó el rizoso.
-"Si lo quieres ya sabes lo que tienes que hacer, Lambo-chan."
Se sentía poderoso, maliciosamente poderoso, y a la vez demasiado perverso por estar chantajeando al pobre Lambo con un dulce. Daba igual que fuese el último de los que había traído de su visita a Italia y además de los favoritos del Bovino; quizás se estaba pasando.
Estaba a punto de ceder en su juego y romper aquella máscara de amo malvado para darle su premio al chico, cuando éste se acercó decidido al sofá donde descansaba y tomándole por sorpresa se sentó en su regazo.
-"¿Qu-qué haces Lambo?"-preguntó sobresaltado el espadachín.
-"Yamamoto-senpai siempre es muy malo con el pobre Lambo huh. Pero Lambo hará lo que sea por el último dulce favorito; lo que sea."
Antes siquiera de que pudiese asimilar aquellas palabras, el Bovino ya le había tomado ambos lados de la cara con sus manos y le había besado con fuerza y destreza.
Era increíble. El puñetero crío era un desastre para la mayoría de las cosas, pero Takeshi debía de reconocer que sabía besar, muy bien además. Esa fama de Don Juan no eran solo rumores, estaba claro.
Cuando Lambo terminó de beberse su boca (porque no se puede llamar beso a uno donde prácticamente se beben tu ser por los labios) se separó de él con una sonrisa satisfecha sabedor de que se había ganado a pulso su caramelo.
-"¿Yamamoto-senpai me dará ahora mi caramelo?"
La vocecita inocente con la que se lo preguntó pulsaba por las venas del moreno con igual resonancia con la que su sangre lo hacia en la parte más alejada de su raciocinio y, más cercana a sus instintos.
Realmente ni se lo pensó. Desde hacía tiempo no pensaba cuando estaba con el Bovino.
-"No. Me lo he pensado mejor y al ser el último se merece un trueque más elaborado. Ya sabes, un precio justo...que por algo es el último."
Esa sonrisa arrogante no presagiaba nada bueno; Lambo lo sabía. Pero apenas tuvo tiempo de procesar la información cuando Yamamoto ya había comenzado a cobrar el precio que consideraba justo por el caramelo y esta vez no tendría escapatoria.