Situación: Lunes. Ald tirada en el sofá en plena maratón de Ghost in the Shell SAC 1st Gig (lavin con los japoneses y sus títulos) comiendo un yogur de fresa.
Suena el timbre de la calle.
Ald alza una ceja (o lo haría si pudiera) y tras varios segundos de indecisión aparta el portátil de sus piernas y va a contestar.
Ald: ¿Sí?
Voz Masculina: ¿Gabriel Guerrero? Soy de telefónica, vengo a traer el teléfono.
[Flashback à la Lost:
naeros: Que han llamado los de telefónica y dicen que vienen el martes
a llevarse el móvil rosa y traer otro...].
Ald (nerviosa): Sí, p-pero... él no está aquí ahora...
Voz masculina: No pasa nada, con que lo recojas...
Ald: ¿E-Entonces no pasa nada si no está él?
Voz Masculina: ... No.
Ald le abre. A continuación mira hacia abajo y descubre su guisa: como hace calor lleva su camisón de raso morado-rosa de tirantes. También calza las alpargatas de cebra.
El ascensor empieza a funcionar.
Ald entra en pánico y se tapa con lo primero que ve: la bata a juego con el camisón que está doblado en el sofá. También es de raso, y es negro, con corte japonés. Llaman a la puerta.
Abre la puerta lo suficiente como para que entre la caja por la rendija, pero el espectáculo es dantesco: va con una bata de raso negro, está despeinada por estar remoloneando en el sofá, el maquillaje corrido porque, para variar, ha llorado con algún capítulo y la cara de acojone nervioso es para enmarcarla.
Señor de telefónica con cara de chiste: Mira, aquí tienes la caja con el teléfono nuev..
Ald: Sigraciasadiós.
Cierra la puerta, comprueba que, efectivamente, el móvil nuevo no es rosa sino plateado y se dispone a terminarse el yogur de fresa y seguir con la maratón.
Dos minutos de reflexión y...
Ald: ... Este tío fijo que se ha creido que estoy con un amante.