Hay gente a la que le sienta muy mal eso de cumplir años. Que se ponen de mala leche cuando se les recuerda su "vejez" y se les habla de arrugas y canas. Que les sienta muy mal esa costumbre que tienen abuelas y madres de mirar el reloj y decir algo como "a estas horas tu madre ya estaba metida en el paritorio". A mí siempre me gustaba escuchar a mi abuela contar que yo era el bebé más feo que había visto en su vida, por eso de que nací antes de tiempo y era una masa amorfa de carne roja y con una boca abierta que no paraba de llorar. O de la niebla que hacía ese día y que se las vieron y desearon para ir a Ciudad Real en coche. O lo de que mientras yo nacía mi padre estaba de siete sueños. Y, claro, lo de que los Beatles debían de estar sonando en algún lugar cerca del paritorio :)
Hoy me acerco cada vez más al cuarto de siglo y no he notado ningún cambio significativo. Ninguna revelación sobre el sentido de la vida, para variar. Y, total, todavía sigo aparentando diecisiete años. La vida sigue exactamente igual, para bien o para mal. Sin embargo...
No soy mucho de creer en señales (aunque tengo contacto directo con Universo y
deirathul lo sabe xP), pero han sucedido dos cosas significativas en apenas unos días. Lo primero es que mi reproductor mp3 se quedó totalmente vacío (estuve a punto de quedarme sin él), así que he perdido toda la música que metí en él desde el día en que me lo regalaron. Lo segundo es que mi padre me ha dicho que, sin querer, ha formateado el disco duro de mi ex-pc de sobremesa porque pensaba que había hecho una copia de seguridad (obviamente no, porque no he vuelto a ver ese disco duro desde que mi padre se lo llevó de Granada). Se ha perdido toda mi vida desde que me fui a Granada en 2001.
Es como si antes de hoy, antes del yo de ahora, no hubiese sucedido absolutamente nada. Ya no quedan fotos ni relatos ni archivos ni música ni nada de todo aquello.
Al principio, tal y como dice House, tuve mis 5 minutos de negación, de ira, de depresión y de luto. Luego me tomé estos acontecimientos como una especie de borrón y cuenta nueva necesario. Como si se me hubiese dado la oportunidad de elegir qué ser sin que existan factores condicionantes en el pasado. Volver a ser yo, una y otra vez. Al fin y al cabo, vivir no es sino una sucesión continua de renacimientos. Y hoy he vuelto a ser aquel bebé feo y llorón por vigesimocuarta vez. Así que feliz cumpleaños para mí :)
Pero yo ya me he deshecho
de fantasmas del pasado.
Y tengo un diario nuevo
absolutamente en blanco.