Fic y Semana Santa

Apr 10, 2006 12:16

Tres días, sólo quedan tres días para poder disfrutar de unas mini-vacaciones. No es que vaya a hacer nada especial, supongo que me iré a la sierra, a oxigenarme, a olvidarme del mundo y a escuchar el silencio.
Y a leer. A leer hasta hartarme, porque tengo una barbaridad de libros esperándome y a los que no puedo hacer caso por falta de tiempo.
Bueno, mi idea también es dormir hasta que me duela el cuerpo de estar en la cama, porque tengo una falta de sueño horrorosa.
Sólo espero que no llueva para poder tomar un poquito el sol. Sólo lo justo para ver si se me quita esta palidez mortal que tengo. Y porque no hay mayor placer que estar en la terraza al sol, con un libro en las manos, en el más absoluto silencio, y de escenario las montañas de la sierra norte de Madrid…
No soy muy de campo, pero a veces necesito la soledad que se respira allí.

Pero en realidad esta actualización no era para contaros eso, si no para poner el último fic que he escrito. ¿Os acordáis de aquella idea que me dio anascully sobre Mulder y Scully y un autobús a reventar de gente? ¿No? Bueno, pues pinchar aquí para refrescaros la memoria o por si alguien quiere leerlo de nuevas. Aquel era el punto de vista de Mulder, este es la misma situación pero desde el punto de vista de Scully.
Se supone que Irati escribió una cosa similar (la misma situación desde los dos puntos de vista), pero, por supuesto, no pretendo ni intentar parecerme a ella. Sólo conseguiría hacer el ridículo.

Se supone que es UST y de humor, pero me conformo con que os guste un poquito.


C152 II

Hace un calor brutal. Creo que desde que vivo en Washington jamás había conocido un día con tanto calor. Y eso que apenas ha amanecido aún.
Si a eso añadimos que un cúmulo de desafortunadas circunstancias relacionadas con motores de coches y huelgas de taxis ha hecho que Mulder y yo tengamos que coger el autobús para ir a trabajar, lo que parecía que iba a ser un día como otro cualquiera se ha transformado en una pesadilla.
No es que coger el autobús sea una pesadilla. Coger este autobús en concreto es una pesadilla.
¿Por qué?
Porque no tiene aire acondicionado y va atestado de gente. Y cuando digo atestado no me refiero a que tengamos que ir unos cuantos de pié, si no que sencillamente el respirar se convierte en toda una proeza porque no hay sitio para ello.
¿No hay una ley que prohíbe que en el autobús vaya más gente de la permitida? Pues este se la ha saltado. Pero además ampliamente.

Voy avanzando como puedo por el pasillo seguida de Mulder cuando noto su aliento en mi cuello.

-Scully, recuérdame porqué estamos aquí.

Y un escalofrío recorre mi espalda de arriba a abajo.

Debemos de estar a cerca de 35º y algo tan sencillo como Mulder susurrándome al oído hace que yo tenga escalofríos.

No sé si es el calor, la gente o el hecho de que soy consciente del poder que la voz de Mulder tiene sobre mí, pero sea lo que sea, me irrita y, girándome, le contesto.

-Mulder, por favor, no seas niño. Bastante mal ha empezado la mañana para que encima tú te comportes como un crío.

Y según acabo de hablar me doy cuenta de que jamás debería haberme dado la vuelta porque me he quedado literalmente pegada a Mulder. Cara a cara. Mi cuerpo roza el suyo y mis ojos están casi a la altura de sus labios.
Y como me sucede a menudo me quedo hipnotizada mirando su boca. Él deja escapar un suspiro y yo no puedo desviar mis ojos de esos labios que me tienen esclavizada. Y como otras tantas veces mi imaginación se desboca.

Imagino lo que ocurriría si por una vez, por una sola y maldita vez, me dejara llevar e hiciera lo que deseo hacer desde hace años. Qué ocurriría si me pusiera de puntillas y, abalanzándome sobre él, le besara. Qué ocurriría si por fin pudiera saborearle y beber de su boca hasta saciarme.
¿Se sorprendería? Seguro. ¿Me rechazaría? Posiblemente también. Pero… ¿y si me devolviera el beso?

La idea se cuela por un momento en mi mente dejándome sin respiración pero el brusco acelerón del autobús al arrancar me saca de mi ensoñación. Mulder, instintivamente, se agarra con una mano a la barra superior y con la otra me coge de la cintura mientras que yo apoyo mis manos en su pecho. Quiero creer que también ha sido un acto reflejo, pero no estoy muy segura, porque a pesar de que es imposible de que pierda el equilibrio debido a toda la gente que nos rodea yo no retiro las manos de su cuerpo.

Y otra vez ese maldito escalofrío hace acto de presencia.

Mi sentido del tacto ha debido de dispararse porque aunque sus dedos apenas me tocan sutilmente yo los siento quemándome en la cintura. Y aunque mis manos apenas rozan su camisa soy capaz de distinguir cada uno de los músculos de su torso y abdomen.
Y me doy cuenta de que lo que más deseo en este momento es arrancarle la molesta camisa y acariciar sin obstáculos esos músculos. Dibujar con mi lengua todos sus recovecos y no dejar ni un solo lugar que explorar. Deslizar mis manos por todo su cuerpo y notar como se excita, como se endurece por mí. Sentir como me desea y arrancarle gritos de placer. Oírle pronunciar mi nombre en medio de su orgasmo…

Oh, dios mio!!! Hago un esfuerzo supremo en parar mi imaginación porque me doy cuenta de que la que se está excitando soy yo y tengo tanto calor que la sensación es la de que me atraviesa una espada al rojo.
Intento hablar, decir cualquier cosa. Lo que sea con tal de desviar mis pensamientos de Mulder.

-¿Cómo es posible que haga tanto calor? No es normal a estas horas.

No me contesta. Levanto ligeramente la mirada y me encuentro con un Mulder completamente absorto en sus pensamientos ¿Se habrá dado cuenta de lo que me está pasando? El pánico se apodera de mí, pero al momento rechazo mi idea por lo absurda que resulta. Él no puede leer la mente… ¿No puede, verdad?

-¿Mulder, me estás escuchado?

Parpadea varias veces antes de contestarme.

-Perdona Scully ¿decías?

-Me preguntaba como es posible que haga tanto calor siendo tan temprano.

Mulder suspira profundamente. No sé en que diablos estaba pensando, pero parece que le molesta que le haya interrumpido. Bueno, yo también estoy molesta y me aguanto.

-¿Quién sabe Scully? El recalentamiento terrestre, el agujero de la capa de ozono... En fin, tú eres la científico.

Oh, espero que el-señor-teorías me perdone, no era mas que una pregunta.

Sé que me estoy comportando de una manera infantil e irracional, pero el hecho de consumirme por él y de que él esté en su mundo sin enterarse de nada me frustra. Algún día me hartaré y le diré lo que siento.
Sí, seguro, quizá cuando se congele el infierno.

Por si no tuviera bastante con mi cabreo interior parece que el conductor del autobús supone que no vamos lo suficientemente apretados y permite que suban más personas, lo que hace que Mulder se pegue aún más a mí y, de la manera más inocente del mundo, su mano, que descansaba en mi cintura, inicia un ascenso por mi cuerpo.

Y sí, el maldito, maldito, maldito escalofrío decide venirse a vivir a mi espalda.

Tengo tanto calor y estoy tan molesta con esta situación que bordea lo absurdo que me retuerzo en los brazos de Mulder. Lo cual, sin duda, no es en absoluto buena idea. Si con sólo mirar los labios de Mulder soy capaz de excitarme, el sentir cada una de las fibras de su cuerpo frotándose contra el mío puede llevarme a rozar el orgasmo.
Estoy tan estrechamente pegada a Mulder que toda su esencia me inunda calándome hasta lo más hondo y su olor a recién duchado y afeitado me envuelve sin posibilidad de escape.
Y abrazada a él siento cada una de sus pulsaciones retumbando en mi interior.

Como me gustaría sentirle de veras dentro de mí. Sentir su cuerpo perfecto encima del mío, cubriéndome entera. Su boca sobre la mía hasta dejarme sin respiración y sus manos acariciándome hasta conseguir que olvide incluso mi propio nombre. Verle moverse frenéticamente en una danza de deseo sin fin mientras su cuerpo se perla de sudor y sus latidos se desbocan hasta el infinito.

Y justo en ese momento me doy cuenta de que la frecuencia cardiaca de Mulder es, efectivamente, demasiado elevada para una situación de reposo como esta.
El médico que soy sale a la superficie y le miro preocupada al rostro buscando algún síntoma que me pueda explicar que es lo que le pasa.

-¿Mulder te ocurre algo? ¿Te encuentras bien? Estás sudando mucho.

-Estoy bien Scully. El calor y la gente. Supongo.- me responde jadeando.

-Sí, será eso.- contesto no muy convencida.

Es cierto que el calor puede producir una bajada de tensión, pero Mulder no es propenso a ellas. Le he visto afrontar peores situaciones sin ni siquiera pestañear.
Y como me preocupa su salud, en silencio, me dispongo a hacerle un reconocimiento visual intentando encontrar un diagnostico.
Tiene las pupilas ligeramente dilatadas, respira profusamente, está algo pálido y transpira bastante, pero dada la situación no es extraño. Su pulso es rápido pero su equilibrio es bueno, responde a estímulos externos y… ay dios!!!… ¿por qué tiene un bulto sospechoso a la altura de su entrepierna? No, no es lo que creo que es. No puede ser. No.

-Mulder, dime que llevas el arma en el bolsillo.

-Mucho me temo que la llevo a la espalda, Scully.- dice avergonzado.

Ay dios, Mulder se está excitando. No, precisemos, Mulder está muy excitado.
¿Por qué?!!!
¿Qué diablos pasa en estos momentos por su mente? ¿Está recreando alguna de las escenas de sus famosas cintas de vídeo? ¿Es por otra? O… ¿es por mí?

Busco la respuesta en su rostro y, como tantas otras veces, sus ojos me devuelven la verdad.

Es por mí.

Estoy completamente segura de que es por mí.

Y la certeza me golpea tan fuerte que me sorprende no haberme dado cuenta antes. Mulder me desea. A mí.

Y el infierno se congela y a mí me pilla dentro.

Si necesitaba la más leve señal para lanzarme al abismo ahí la tengo. Y hago lo que nunca he hecho, me dejo llevar.

Sonrío como posiblemente no he sonreído en toda mi vida mientras le digo a un sorprendidísimo Mulder lo que llevo años queriéndole decir.

-Hace tiempo que tengo bastante curiosidad sobre cierto tema, Mulder. Esto despeja algunas de mis dudas, pero te recuerdo que soy difícil de convencer y necesito más pruebas.

Y como deseo sentir a Mulder, concretamente esa ardiente parte de la anatomía de Mulder, aún mucho más cerca, hago caso a mis instintos y acaricio con mis manos su trasero y le atraigo hacia a mí haciendo que me embista suavemente.

Y mientras le noto pulsátil sobre mí le oigo apenas contestar, todavía sorprendido por mi inusual comportamiento.

-Ya sabes que siempre estoy dispuesto a llegar hasta el final del asunto.

-Eso espero Mulder, eso espero, que llegues hasta el final, pero muy hasta el final y me lo demuestres todo. Absolutamente todo.- contesto sin dejar de sonreír.

Y el escalofrío vuelve a hacer su aparición, pero ya no me importa porque esta vez es de anticipación por lo que sé que va a ocurrir cuando lleguemos a la oficina.

FIN

x-files, scully, fanfic, mulder

Previous post Next post
Up