Siempre nos quedará el fandom para arrancarnos una sonrisa.
Para que luego no digan que últimamente solo hablo del porno gay y de tios güenorros que se aman con el ardor de diez mil soles... la foto que me ha hecho sonreir en una semana horrible.
*pinta corazones*
Y lo de la semana horrible viene (las que me seguís por Twitter ya lo sabeis) a que esta semana en mi empresa han despedido a 29 personas. Ha sido una semana agónica porque, aunque a mi no me ha tocado, llevo trabajando allí 10 años y me conozco a casi todo el mundo. Ha habido gente de arriba y gente de abajo, gente que llevaba mucho tiempo y gente que llevaba poco, gente que cobraba mucho y gente que cobraba poco. Y entre ellos, el que mas me ha dolido de lejos, el ex-becario friki. Tengo un disgustazo tremendo y no os imagináis lo que pude llorar ayer.
Y encima no es como si pudieramos echar la culpa a los jefes, porque mi jefa, tía dura donde las haya, lleva tres días llorando también. Bueno, ella y media empresa, porque tendríais que haber visto a uno de mis compañeros, alto, fuerte, grande como un castillo, con sus tatuajes de dragones en la espalda y todo, llorando como un niño.
Horrible, os lo juro, ha sido horrible.
Por cierto, gracias por todos los ánimos que me habéis dado via Twitter. En serio, ayudan mucho.
*pinta corazones*
Y lo de la semana horrible viene (las que me seguís por Twitter ya lo sabeis) a que esta semana en mi empresa han despedido a 29 personas. Ha sido una semana agónica porque, aunque a mi no me ha tocado, llevo trabajando allí 10 años y me conozco a casi todo el mundo. Ha habido gente de arriba y gente de abajo, gente que llevaba mucho tiempo y gente que llevaba poco, gente que cobraba mucho y gente que cobraba poco. Y entre ellos, el que mas me ha dolido de lejos, el ex-becario friki. Tengo un disgustazo tremendo y no os imagináis lo que pude llorar ayer.
Y encima no es como si pudieramos echar la culpa a los jefes, porque mi jefa, tía dura donde las haya, lleva tres días llorando también. Bueno, ella y media empresa, porque tendríais que haber visto a uno de mis compañeros, alto, fuerte, grande como un castillo, con sus tatuajes de dragones en la espalda y todo, llorando como un niño.
Horrible, os lo juro, ha sido horrible.
Por cierto, gracias por todos los ánimos que me habéis dado via Twitter. En serio, ayudan mucho.