Mandamiento II
Tabla: Mandamientos
Fandom: Harry Potter
Claim: Gabrielle Delacour/Ginevra Weasley
Tema: #4 Honrarás a tu padre y a tu madre.
Título: Pecadoras: Donde hubo fuego, cenizas quedan.
Número de palabras: 500
Notas: Se terminó. Se terminó. ¿Habrá un epílogo para que
riathano me mate?
Música recomendada: Para no decirte adiós- La 5ª estación
Advertencias: Femslash.
(…) y en mi bolsillo dos palabras que no supe utilizar.
Me pudo el miedo y no me supe defender.
Puedes llamarlo cobardía o- simplemente- poca fe.
(…)Y aunque no seas tú mi única droga
Y aunque no me tomara esa última copa
No he podido dejar de pensar en tu boca
No he perdido las ganas de quitarte la ropa…
Para no decirte adiós- La 5ª estación
Capítulo 10: Donde hubo fuego, cenizas quedan
Honrarás a tu padre y a tu madre
Fleur respiró profundo y cruzó los dedos de una mano detrás de la espalda antes de golpear con la otra a la puerta del cuarto de su hija mayor.
- Gab? Tu est eveillée? Bill veut te voir. Il est preocupé. (¿Gab? ¿Estás vestida? Bill quiere verte. Está preocupado)
Se oyeron ruidos y luego una breve respuesta.
- Ça va, Fleur. Je suis en train de descendre. (Está bien, Fleur. Estoy bajando.)
La mayor suspiró y cerró los ojos. Ese era el momento en que debía correr a la cocina a encerrase bajo siete llaves y no salir ni aunque la casa se incendiara- lo cual, considerando las circunstancias, era muy probable.
----------------------------------------------------------
Gabrielle bajó las escaleras arrastrando los pies. Fleur había tocado un punto sensible y lo sabía: Gabrielle adoraba a su cuñado.
Desde una distancia más o menos prudencial, Gabrielle vislumbró una melena rojo fuego. Tardó sólo una milésima de segundo en darse cuenta de que no era posible que Bill llevara el cabello largo hasta la cintura, tuviera esas curvas- y esos pechos, y esos deliciosos labios- y se hubiera encogido casi veinte centímetros. Dio media vuelta y estuvo a punto de volver a encerrarse, pero la voz de Ginny le paralizó el alma y le impidió cualquier movimiento.
- Gabrielle, ¿podemos hablar?
- Creí que no querías tener nada que ver conmigo.- Respondió sin darse vuelta.
- También yo lo creí. Pero la verdad es que te has metido en mis huesos, en mis pensamientos, en mis sueños y hasta en el aire que respiro. Y no puedo seguir así.
Gabrielle sintió que el alma se le iba a los pies. ¿Cómo era posible que tuviera tanto poder sobre ella? Las manos le temblaron cuando escuchó- y sintió- cómo la pelirroja subía las escaleras y se paraba justo detrás suyo.
- Fui estúpida, lo sé. Tú diste el primer paso, me correspondía dar el segundo. Pero tenía miedo, Gabrielle. Miedo. Miedo de estar enloqueciendo. Miedo de que esta ansiedad me destruyera por dentro. Miedo de ser vulnerable. Miedo de lo que diría mi madre.- Ginny estiró una mano y acarició apenas un mechón rubio. Gabrielle se estremeció.- Pero Harry tiene razón. Mi madre estará orgullosa de que siga sus enseñanzas. De que luche por lo que quiero. De que me arriesgue. De que haga todo lo posible por ser feliz. Y, ¿sabes? No recuerdo nada de aquella noche. Pero quiero recordarlo. No recuerdo como saben tus labios. Pero vengo dispuesta a averiguarlo.
Quizás fue porque Ginny era atractiva, sensual, chispeante, divertida, apasionada, dulce, inteligente, ardiente, maravillosa, y Gabrielle era vulnerable a todo eso. Quizás fue porque la pelirroja estaba tan cerca que la rubia podía sentir el calor que irradiaba. Quizás fue porque aquella noche se habían establecido entre las dos vínculos indisolubles. Quizás fue porque donde hubo fuego, cenizas quedan. Porque cuando se cerró la puerta del cuarto de Victoire, las dos sintieron que no había vuelta atrás.
Y no podían haber sido más felices.
Fandom: Harry Potter
Claim: Gabrielle Delacour/Ginevra Weasley
Tema: #4 Honrarás a tu padre y a tu madre.
Título: Pecadoras: Donde hubo fuego, cenizas quedan.
Número de palabras: 500
Notas: Se terminó. Se terminó. ¿Habrá un epílogo para que
riathano me mate?
Música recomendada: Para no decirte adiós- La 5ª estación
Advertencias: Femslash.
(…) y en mi bolsillo dos palabras que no supe utilizar.
Me pudo el miedo y no me supe defender.
Puedes llamarlo cobardía o- simplemente- poca fe.
(…)Y aunque no seas tú mi única droga
Y aunque no me tomara esa última copa
No he podido dejar de pensar en tu boca
No he perdido las ganas de quitarte la ropa…
Para no decirte adiós- La 5ª estación
Capítulo 10: Donde hubo fuego, cenizas quedan
Honrarás a tu padre y a tu madre
Fleur respiró profundo y cruzó los dedos de una mano detrás de la espalda antes de golpear con la otra a la puerta del cuarto de su hija mayor.
- Gab? Tu est eveillée? Bill veut te voir. Il est preocupé. (¿Gab? ¿Estás vestida? Bill quiere verte. Está preocupado)
Se oyeron ruidos y luego una breve respuesta.
- Ça va, Fleur. Je suis en train de descendre. (Está bien, Fleur. Estoy bajando.)
La mayor suspiró y cerró los ojos. Ese era el momento en que debía correr a la cocina a encerrase bajo siete llaves y no salir ni aunque la casa se incendiara- lo cual, considerando las circunstancias, era muy probable.
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Gabrielle bajó las escaleras arrastrando los pies. Fleur había tocado un punto sensible y lo sabía: Gabrielle adoraba a su cuñado.
Desde una distancia más o menos prudencial, Gabrielle vislumbró una melena rojo fuego. Tardó sólo una milésima de segundo en darse cuenta de que no era posible que Bill llevara el cabello largo hasta la cintura, tuviera esas curvas- y esos pechos, y esos deliciosos labios- y se hubiera encogido casi veinte centímetros. Dio media vuelta y estuvo a punto de volver a encerrarse, pero la voz de Ginny le paralizó el alma y le impidió cualquier movimiento.
- Gabrielle, ¿podemos hablar?
- Creí que no querías tener nada que ver conmigo.- Respondió sin darse vuelta.
- También yo lo creí. Pero la verdad es que te has metido en mis huesos, en mis pensamientos, en mis sueños y hasta en el aire que respiro. Y no puedo seguir así.
Gabrielle sintió que el alma se le iba a los pies. ¿Cómo era posible que tuviera tanto poder sobre ella? Las manos le temblaron cuando escuchó- y sintió- cómo la pelirroja subía las escaleras y se paraba justo detrás suyo.
- Fui estúpida, lo sé. Tú diste el primer paso, me correspondía dar el segundo. Pero tenía miedo, Gabrielle. Miedo. Miedo de estar enloqueciendo. Miedo de que esta ansiedad me destruyera por dentro. Miedo de ser vulnerable. Miedo de lo que diría mi madre.- Ginny estiró una mano y acarició apenas un mechón rubio. Gabrielle se estremeció.- Pero Harry tiene razón. Mi madre estará orgullosa de que siga sus enseñanzas. De que luche por lo que quiero. De que me arriesgue. De que haga todo lo posible por ser feliz. Y, ¿sabes? No recuerdo nada de aquella noche. Pero quiero recordarlo. No recuerdo como saben tus labios. Pero vengo dispuesta a averiguarlo.
Quizás fue porque Ginny era atractiva, sensual, chispeante, divertida, apasionada, dulce, inteligente, ardiente, maravillosa, y Gabrielle era vulnerable a todo eso. Quizás fue porque la pelirroja estaba tan cerca que la rubia podía sentir el calor que irradiaba. Quizás fue porque aquella noche se habían establecido entre las dos vínculos indisolubles. Quizás fue porque donde hubo fuego, cenizas quedan. Porque cuando se cerró la puerta del cuarto de Victoire, las dos sintieron que no había vuelta atrás.
Y no podían haber sido más felices.