¡¡Feliz Amigo Invisible, Yoana_Spiegel!!

Dec 13, 2013 00:00

PARA:yoana_spiegel
DE PARTE DE: Amigus anonimus

Título:Fix You
Fandom:Avengers/Marvel World
Personaje/pareja(s):Loki; Tony Stark
Rating:T
Resumen:Loki chistó por lo bajo dedicando de reojo una mirada de desprecio hacia sus compañeras. Enderezó su posición en el momento que ambos adultos se centraron en la clase. Como era de esperarse el director mostraba su magnánima presencia; bastó tan sólo una mirada para que todos los alumnos callaran mostrando respeto, hasta esas dos cotorras yacían silenciadas aunque el moreno no supo diferenciar si era a causa de la presencia del director o debido a lo fenomenalmente bueno -por citarlas- que estaba el maestro nuevo.
Disclaimer:Ningún personaje me pertenece, así como tampoco los actores. Yo sólo les tomo prestados y los devuelvo como me llegaron, cualquier efecto secundario juro por los olimpos no es mi responsabilidad(?)
Advertencias:Descripción de maltratos físicos en general y violencia; palabras mal sonantes.


Notas:Preferí decantarme por algo ya conocido a explorar… así que después de mucho quebrarme la cabeza elegí este escrito por sobre los otros que tenía como ‘posibles’. Mientras escribía me percaté que podría haberse hecho un seriado ¡Siempre me sucede lo mismo! Ash.

“¡Basta papá!” La fusta, a pesar de la petición, continuaba marcando el cuerpo del joven, uno demasiado atemorizado para contrariar al adulto.
“¡Me duele!” Los golpes caían sobre las zonas desprotegidas que los antebrazos dejaban al descubierto para entregarle protección al cráneo.
“¡Juro seré un niño bueno!” Suplicaba el moreno entre lágrimas salinas contemplando con aberración el rostro desfigurado en rabia del mayor, un rostro que desde años atrás había dejado de manifestar la adoración de antaño hacia su retoño. Las pupilas ahora reflejaban el repudio de una bestia sin sentimientos que únicamente encontraba placer ‘corrigiendo’ al indefenso chiquillo.

“Tú tienes la culpa, papá no quiere hacerte esto pero tú lo provocaste con tu insolencia” Una excusa repetitiva y que lejos de ver la verdad tras la frase, ésta continuaba mitigando las pocas fuerzas que le restaban comenzando a calar profundo en el subconsciente, llevándole a la creencia que instauraban, sí, él era el culpable, mamá se marchó porque él no fue lo suficientemente perfecto para que ella quedase satisfecha con el producto de su vientre.

Y luego, cuando sólo el movimiento de su pecho dictaminaba vida aún en el cuerpo maltrecho, su padre se encargaba de curar las heridas desviviéndose en disculpas y promesas de que no volvería a dañarlo.

Pero papá siempre rompía sus promesas.

Por eso mamá se fue. Pero nunca el reproche brotaría de sus labios, estos yacían silenciados desde el primer golpe recibido siendo los que le sucedieron la aguja y el hilo que acabaron de sellar su boca.

«Freud dice que nuestras primeras vivencias en este mundo dictaminan en qué tipo de adulto nos convertiremos o bien, qué vida llevaremos en un futuro, inclusive, de qué forma nos relacionaremos con la sociedad… »

- ¡Arg! No, no entiendo nada -se quejó Thor lanzándose sobre su pupitre con gesto cansado.-

- ¿Qué es lo que no entiendes, cabeza de músculo? -ente el insulto lo que hizo el rubio fue mirar a su compañero con un mohín de disgusto, por su parte, Loki se hallaba más entretenido leyendo un grueso libro empastado que al disfrute de ver el poco agraciado rostro de Thor haciendo muecas.-

- A Freud ¡Y es para el último periodo el examen! Reprobaré…

- Ah… -Loki dejó la frase en suspenso, observando de reojo la expectación en el rostro de su compañero. Marcó dónde iba leyendo y cerró su libro para dejarlo reposar sobre sus piernas. Los ojos verdes del chico centellaron con malicia.- Aquí es cuando esperas diga: “No te preocupes, que yo me estudie la materia hasta quemarme las pestañas así que puedo ayudarte con los puntos que no entiendas” -su amigo asintió efusivo ocasionando que rodara los ojos. De reojo vio como dos figuras translucían por las ventanas del pasillo, con movimientos felinos volvió a su pupitre, abandonando la brisa refrescante de la ventana.- Mucha suerte en las clases de verano -susurró con malicia al oído de Thor antes de ocupar su puesto.-

Segundos después el salón de clases se vio irrumpido por el director del establecimiento seguido por otro adulto que, bajo el ojo crítico de Loki, no debía llevarles más de 8 o 10 años. Máximo tendría unos treinta años. De cualquier forma era lo suficientemente joven para causar impacto entre las féminas de su clase.

- Yuki ¿Ese es el nuevo profesor del que hablabas en el receso?

- Si ¡Te dije que estaba buenísimo!

- ¡Lo está!

Loki chistó por lo bajo dedicando de reojo una mirada de desprecio hacia sus compañeras. Enderezó su posición en el momento que ambos adultos se centraron en la clase. Como era de esperarse el director mostraba su magnánima presencia; bastó tan sólo una mirada para que todos los alumnos callaran mostrando respeto, hasta esas dos cotorras yacían silenciadas aunque el moreno no supo diferenciar si era a causa de la presencia del director o debido a lo fenomenalmente bueno -por citarlas- que estaba el maestro nuevo.

- Por cuestiones de salud el maestro Evans no podrá continuar impartiéndoles clases. El señor Anthony Stark será su sustituto hasta que su maestro se recupere -el aludido realizó una leve reverencia acompañado de un coloquial saludo que hizo a sus compañeras suspirar (y al director mirarle cansino).- Les dejo con su nuevo maestro y espero que sean respetuosos con él -una última mirada a la clase por parte del Principal y daba por servido su deber ahí-

- Bueno -palmeó sus costados estirando aquella ‘e’ mirando a los alumnos con una deslumbrante sonrisa, de esas dignas de comerciales para dentífricos que añadió una cuota más a su favor en vista de las chicas presentes.- Ahora que la autoridad se marchó podemos relajarnos chicos, tampoco soy un vejestorio que sólo vendrá a darles una aburrida cátedra -guiñó cómplice al alumnado ocasionando histeria colectiva entre las mujeres.-

- Es un payaso -murmuró Loki con fastidio. Creía que tenía suficiente con Thor, quien buscaba por todos los medios quedar bien con él y que buscaba su favor, ser su amigo; ahora llegaba ese maestro de cuarta a rematar el paquete. No le extrañaba que esos dos acabaran amigos.-

- A mí me parece que es simpático -comentó a su lado su auto proclamado amigo ocasionando en el contrario un bufido y que se abstrajera de la clase, encontraba más entretenido el paisaje allá afuera que observar a ese Don Juan con certificado pedagogo. Iban a ser unas semanas y, si la suerte estaba con ganas de jugarles mal, unos meses de lo más aburridos.-

- Creo que al maestro Tony le agradas Loki -el aludido rodó los ojos. Aquellas dos semanas habían sido tal cual las predijo: aburridas y monótonas. Stark era como arena en el culo, encontraba irracional que sus compañeros no vieran lo cínico que era, se movía cual host entre el alumnado y el resto de los maestros ganándose la estima de ambos grupos por igual. Era demasiado ‘perfecto’ para que el cuento completo fuera cierto.-

- Claro que le agrado, soy quien mejor calificación tiene en su clase y, además, el hijo del rector. Es claro que quiere ganarse mi favor para acabar como titular y no un simple reemplazante -soltó guardando en su locker las asignaturas que no tenía que estudiar y/o repasar para los días que vendrían.-

- WOW, para que tú hayas hablado tanto. No te agrada ¿verdad? Esas han sido dos frases ¡Dos! -Loki rodó los ojos con hastío. Pero tenía razón. El nuevo maestro de ciencias naturales no le agradaba en lo absoluto y eso era lo suficientemente palpable para que inclusive Thor lo mencionara.- Oi, oi ¿Ya te vas a casa? Vámonos juntos -sugirió al ver como el otro arreglaba sus cosas y colgaba el maletín del instituto sobre el hombro rumbo a la salida.-

- No voy directo, primero pasaré a la biblioteca pública -el estudiante volvía a retomar la marcha de sus pasos hasta que nuevamente una voz le retuvo, pero esta vez no fue la de su amigo.-

- Joven Loki, justo le estaba buscando para hablar con usted ¿Podría acompañarme?

Su día no podía estar peor. Stark mismo le citaba a una charla ¿acaso ese profesor era ciego o qué? ¿No era bueno captando ambientes? Loki no perdía el tiempo en cada clase de demostrarle lo poco interesado que estaba de su cátedra, inclusive enviaba abajo cada intento del maestro por hacerle interactuar en las clases… Inclusive así ahora se encontraba asomando la nariz por el pasillo del lobby en su búsqueda.

- Bueno Loki, para otra será ¡Cya! -y ahí quedó, sin una excusa para declinar la petición del adulto. Ya se las haría pagar a ese postulante a amigo.-

Anthony Stark en efecto mostraba una careta en la escuela distinta del individuo que en realidad era. Para empezar no poseía título pedagogo, lo suyo iba por la ciencia y la invención, desgraciadamente con un cartón recién salido del horno poco podía realizar dentro de los campos de su especialización hasta acabar su tesis práctica ¿Cómo había llegado a reemplazar? Fácil, su padre era buen amigo del director e intercedió por él para conseguirle empleo mientras acababa el trabajo final que significaría el lanzamiento de su carrera. Mientras, debía ser ‘Don Perfecto’ hasta que su labor finalizara; encontraba todo aquello un hobby, era entretenido ver lo fácil que las adolescentes de estos días se encandilaban, inclusive las mujeres mayores. Bastaban palabras bonitas, una sonrisa fácil y halagos para conseguir lo que desease.

- Dirá usted, señor Stark -sin embargo, Loki era un caso excepcional. Veía a través de él y su mascareta.-

- ¡Tony! Con Tony está bien -recalcó al menor por enésima vez en esas dos semanas.- Si me llamas por mi apellido me haces lucir más viejo. Tengo 26 años ¿sabes? -el adolescente cruzó sus brazos a la altura de su vientre, apoyándose en la pared al costado de la ventana. Se encontraban en la sala de profesores, que, por la hora, permanecía deshabitada a excepción de ellos dos. La posición defensiva del estudiante le indicó que debía tratar el tema o seguramente se marcharía del lugar.- Bueno, verás. Como eres uno de mis mejores estudiantes había pensado que podrías realizar ayudantías

- ¿Ayudantías? -Tony asintió.- Eso también implica pasar más tiempo con usted ¿Correcto? -asintió nuevamente.- No gracias -contestó rápido descruzando sus brazos para emprender retirada. La mirada que aquel maestro le dedicaba, no comprendía por qué, pero no le gustaba. Quizás se debía a que sabía de la máscara que ocupaba el adulto, pero no veía qué estaba tras ella.-

- ¡Por favor! -pidió juntando sus manos en palma, colocando, además, un rostro de cordero degollado digna de un Oscar. A Loki lo que le convenció no fue la carota sino más bien el ‘Por favor’; significaba que ahora ese maestro le debía algo.-

- Está bien -acabó por acceder encogiéndose de hombros. Si alguien en ese momento hubiese venido del futuro a advertirle sobre que aquella decisión sería la mejor de su vida, no lo habría creído optando por negarse para luego arrepentirse por lo que había perdido.-

Más que un ayudante, lo que necesitaba aquel maestro era una esposa. Loki no había conocido a persona más desordenada en toda su existencia, hasta el desaliñado de Thor tenía más orden en su vida que ese adulto. No comprendía en qué estaba pensando su padre para contratarlo; lo único que recibió como respuesta de su progenitor cuando preguntó por Stark fue un seco aspaviento haciéndole desistir de su breve faceta detectivesca. De alguna forma encontraba el rostro de Anthony familiar, sin embargo, por más que intentaba hacer memoria sólo encontraba un vacío sin rostro en una escena sin color.

- Para parecer una niña tienes bastante fuerza -comentó Tony de pronto, burlándose del alumno.-

- Para ser un adulto eres bastante inmaduro -contra atacó inmediatamente, concentrándose en su labor de ordenar el papeleo desorganizado del cubículo. Desde que el maestro titular declarase su jubilación adelantada y en vista de que no existía ningún otro profesor que tomase la materia, Stark consiguió su contrato indefinido en el establecimiento. No fue de esperarse el gran revuelo que la noticia causó en el instituto, todas sus compañeras no podían más de felicidad, mientras que él maldecía cada respiro de su existencia. Una semana había pasado. Una maldita semana.- ¿Cómo diablos puedes desordenar tanto en tan sólo tres días? ¡Eres un desastre de maestro y un remilgo de adulto! -como era de esperarse, Loki tardó pocos días en perderle el respeto al mayor, sencillamente, le resultaba imposible mostrar respeto a una… entidad como esa.-

- ¡Qué boca! Ese no es el vocabulario de un lindo jovencito como tú -se aproximó a recriminar con voz juguetona, tampoco perdió el tiempo para meterse con él.- Para eso tengo a mi esclavo, digo, asistente, que se encarga de organizar mi desastre -soltó fresco, ocasionando que el moreno detuviera su trabajo y le mirase alzando una ceja.- ¡Uy! No coloques esa cara que te saldrán arrugas joven -el adolescente rodó los ojos ofuscado.-

- ¡Hey! ¡Tú! ¡Profesor pervertido! -Stark tenía por costumbre meterse con su cintura, cada oportunidad que veía la aprovechaba para deslizar sus manos por el uniforme para tocar la nívea piel.- ¡Controla esas manos! -no era normal, pero de alguna forma Loki estaba acostumbrado a conductas como aquellas hacia su persona. No era el primer adulto que intentaba propasarse con él y, mucho se temía, no sería el último.-

- Tengo miedo, pareciera que estuvieras acostumbrado a esto… ¡Yo sabía que el arroz se te quemaba! -al menor se le subieron los colores al rostro, no de vergüenza, sino de molestia.- Estás con el rubio ese ¿no? -agregó en son filosófico.-

- ¿Thor? ¡¿Tú estás imbécil?! -alzó la voz unos dos decibeles haciendo un gesto cansado.- Sería con la última persona que me involucraría

- ¡No lo estás negando! Entonces sí eres marica -esta vez la vergüenza le nubló la cabeza al menor. La verdad era que no le eran indiferentes los hombres y que estos le llamaban más la atención que las mujeres… pero no estaba seguro de ser homosexual en estricta norma, siempre pensó que cuando tuviera más edad y las mujeres a su alrededor maduraran un poco más, quizás alguna de ellas le acabaría gustando. En cambio, no estaba seguro de lo mismo referente a los chicos.-

- ¡Estás enfermo! -intentó defenderse a pesar que su rostro le delatara.- N-No es eso. Ustedes los adultos todos son unos pervertidos. A todos se les va la mano entre faldas y pantalones cuando se atocha el interior del bus.

- Yo si viera tu espalda también pensaría que ese trasero y cintura le pertenecen a una mujer -Loki enrojeció por completo ¿Cómo se atrevía? Se sentía terriblemente avergonzado. El moreno se encontraba ofuscado.- Si oliera tu cabello estoy seguro me prendaría del aroma -el adolescente no supo cuándo, pero de un momento a otro tenía a Stark a palmos de su cuerpo, arrinconándole, llevando a la práctica la acción que comentaba. Sin saber qué hacer, la ‘presa’ se quedó petrificada. Y lo peor de todo era que no sabía si de verdad le desagradaba del todo por lo que estaba pasando o, de alguna absurda forma, la situación le gustaba.-

Lo que siguió su joven mente no podría ordenarlo cronológicamente. ¿Primero fue el grito o el beso robado? ¿La bofetada o su cintura siendo apresada entre dos fuertes brazos? El único hecho ordenado en su tiempo eran ellos dos, besándose como si no hubiese mañana. La inexperiencia de los juveniles belfos era apabullada por la experiencia de otros, los mismos que sucedían la explosión de adrenalina inicial, se dedicaron con afán a instruir. Esas manos se antojaban una garra segando la fruta prohibida, que con irónica facilidad caía del árbol a chochar contra ese masculino cuerpo. El menor cerró los ojos sintiendo un escalofrío profanar su calma y entreabrió los labios, un jadeo prófugo abandonó la prisión de los labios siendo silenciado segundos después por la posesión de los ósculos ajenos.

Sucedía todo como un embrujo, la cabeza del adolescente se encontraba revuelta y la razón se esfumaba mientras más bebía de los labios contrarios, no deseaba abandonarlos, temía volver en razón y huir del lugar despavorido por lo que comenzaba a rebotarle, como un eco distante, en las entrañas. El escrutinio de unas extremidades intrusas le trajo, paradójicamente, a la realidad reventando la burbuja en la que se hallaba. Pujó con todas sus fuerzas al cuerpo ajeno de su espacio vital encontrando su vía de escape al embrujo del que se encontraba preso.

- ¡Basta! -con ambos brazos volvió a empujar a su asaltante enviándole al piso, dejándolo inconsciente por el golpe en la cabeza que el maestro sufrió contra el borde de una silla.- ¡Stark! -se arrodilló a su lado preocupado, cayendo directo en la trampa del adulto.-

- Te volví a atrapar -dijo victorioso Anthony, posicionándose sobre el cuerpo del menor, aprisionándole con el propio contra el suelo.-

- N-No es gracioso ¡Déjame o…! -sus labios volvieron a ser sellados y silenciados para siempre. Nuevamente su cabeza se nubló entre sensaciones desconocidas que apabullaban su voluntad con rústicos tratos, apaciguando la voz de la razón entre placenteros roces.-

Loki cayó rendido ante lo que el mayor le revelaba. Dejó de resistirse optando por dejarse orientar en lo que le era develado. Y, cuando finalmente presentó bandera de rendición, recibió a cambio la adoración del adulto entre caricias y suspiros de veneración hacia su persona.

Aquel fue el primero de muchos encuentros entre ambos. Loki no se explicaba realmente qué cambió en él. Pasó de odiar a Stark a ‘comprenderlo’; las semanas que prosiguieron descubrió del personaje muchísimo más de lo que esperaba encontraría, y lo revelado le gustó. Tenían personalidades semejantes, Anthony era un ego maníaco, insufrible; solían pelear por cualquier asunto banal para luego, entre insultos, contentarse. Confiado, extremadamente confiado y seguro de sí mismo, asegura que no hay desafío lo suficientemente difícil para él ni obstáculo que no pueda solventar. Ama ser libre e independiente, también es un vago de primera e indisciplinado.
Poseía múltiples defectos que el resto de los alumnados no conocía, siquiera los atisbaban, pero que Loki ya manejaba dentro de sus conocimientos.

- Y es increíble que me haya enamorado de él -rió divertido en la soledad de su habitación. Se encontraba haciendo deberes, repasando algunas materias que tenía atrasadas por culpa del ‘idiota subnormal’ de Stark.-

- ‘Él’ ¿Acabas de decir ‘él’, Loki? -al muchacho se le heló la sangre en un segundo al identificar la voz que le hablaba. Inmediatamente comenzó a sudar frío y temblar aterrado.- ¡Contesta! -pero Loki se encontraba petrificado en su sitio temblando como hoja al viento con cada paso que escuchaba aproximarse hacía su posición.-

- N-No p-papá…

- ¡Mi hijo no será un marica de mierda! -el joven pegó un brinco ante la ira que exponía en cada sílaba su padre. Chilló cuando el progenitor le tomó por los cabellos para obligarlo a mirarlo.- ¡Mírame cuando te hablo!

- P-Papá… me duele -sujetó los brazos del adulto para intentar alejarse de ellos y el veneno que incrustaban en su piel pero esto tan sólo consiguió enfurecer más al mayor, quien, enceguecido por la ira, golpeó su cabeza contra la mesa en donde descansaban los cuadernos de las materias que minutos atrás el adolescente estudiaba.- Por favor papá basta, me duele -pero las suplicas no eran escuchadas, golpe tras golpe secundado, enviando vibraciones dolorosas a su sistema que casi, casi, había olvidado la mano que le ‘corrigió’ de pequeño.-

El padre no se encontró contento hasta que la masa sanguinolenta en el piso le resultó irreconocible. Nunca antes había golpeado a su hijo hasta el extremo de la inconsciencia y más allá, tampoco lo había aborrecido al punto de importarle poco si vivía o moría. Con un gesto de desprecio dejó el cuerpo maltratado del moreno encerrado en su habitación hasta que este despertara o bien muriera allí dentro.

Por un ínfimo instante, Loki pensó volverían a ser tratadas sus heridas como en antaño, que su padre se desviviría entre disculpas y promesas de cambio… pero no fue así. Sumido en la inconsciencia su mente le trajo reminiscencia de su época como infante. Estaba él en un parque jugando junto a otros chicos de su edad, su madre conversaba con otra en un banquillo mientras que, al costado de la segunda mujer se encontraba sentado un chico años mayor que él, aburrido, mirando al resto de niños con un gesto de superioridad y altanería.

-Tony, ve a jugar con el resto de los niños

- ¿A carritos y arena, mamá? -se burló cruzándose de brazos, resoplando.-

- ¡Anthony!

- ¿Qué? -ahora de quien se burlaba era de la madre que lo miraba molesta por la actitud impertinente de su retoño.-

Con sus gloriosa inocencia fue Loki el que se aproximó hasta donde el niño, aquél se encontraba llamando su atención jalando la manga de su suéter, invitándolo a jugar con él, no con el resto de los niños en el parque con sus carritos y arena, sino con un juego de mesa en donde la gracia era crear palabras según se añadían sílabas en el tablero.
Resultó que desde ese instante, en los días que siguieron, era común verles a los dos jugando juntos; primero el juego de mesa que les ‘reuniera’ para después los poco interesantes carritos y la sucia arena. Cualquier cosa estaba bien para el par de amigos.

- ¡Tú de verdad no me recuerdas!

Ahora sus memorias le llevaban a unos tres días atrás, Stark llevaba unos cuantos días hablando de lo mismo, que ellos se conocían de antes… Loki podría contestarle que sí, lo recordaba de su infancia. Ese chico de mirada traviesa y viperina lengua -algo que en realidad no había cambiado en la actualidad- con quien solía jugar en el parque cercano a su casa hasta que su madre huyó y le dejó en manos de esa bestia, la que le llevó lejos porque odiaba el hogar que le recordaba el abandono de su mujer.

¡Ah! Como le gustaría ver a Tony para callarle la boca y decirle que le recordaba y burlarse de él porque fue tan niño grande que acabó de igual modo jugando ‘carritos y arena’ a pesar de lo mucho que se mofó al principio.

Stark estaba preocupado. Desde hace dos días atrás que Loki no se presentaba en el instituto ¡hasta había faltado al examen de hoy! Pero más le inquietaba la inasistencia porque, en el receso, se atrevió a consultarle a su padre, el director, sobre él, recibiendo como respuesta un agrio ‘métase en sus asuntos’ que le supo a veneno. Fue la mirada al mencionarle a Loki lo que acabara de inquietarlo, además, tenía un mal presentimiento sobre todo eso. Algo le gritaba que debía ir en su busca o acabaría lamentando una tragedia.

Por suerte ese día no tenía más que el primer bloque así que aprovecharía para echar un vistazo a su casa para ver si le encontraba. Al llegar al sitio encontró todas y cada una de las luces del hogar apagadas. Maldijo moviendo nervioso uno de sus pies buscando por dónde meterse a la propiedad. Era una acción impulsiva y riesgosa pero su instinto le dictaba que debía actuar, todas las alarmas le entregaban la misma respuesta. Quizás el padre de Loki se había enterado de la relación que mantenían… pero de ser el caso lo habría despedido. Sin embargo, cuando cruzaron palabras, el odio iba dirigido hacia el moreno…
Sus pupilas se abrieron con horror al recordar ciertos comentarios de su amante, pequeñas cosas que, ahora, cobraban sentido.

Discó de memoria el número del teléfono móvil del menor escuchando en la otra línea tan sólo el tono de espera. Chistó y volvió a marcar una y otra vez, desesperado. Cuando se daba por rendido, finalmente hubo respuesta de la otra línea pero únicamente oía una respiración agitada.

- Loki ¿Eres tú? -preguntó buscando serenidad, el cuerpo le temblaba por la incertidumbre. A la respiración agitada se sumó un sollozo.-

- S… Stark… -una débil voz, quebrada, susurrante.-

- ¡Loki! ¿Dónde estás, qué te sucedió? -su boca se movió rápido, mientras que la mirada se paseaba recorriendo el hogar del menor en su búsqueda.-

- En… mi… cuarto -escuchó por respuesta.-

- Subo inmediatamente, quédate ahí -colgó antes de escuchar la réplica del menor quien le pedía no viniese por él, que las cosas se pondrían peor… que no deseaba lo viera en el estado que se encontraba.-

Stark consiguió saltar el cercado del pórtico, ganándose de paso un profundo corte en el interior de su muslo izquierdo. Para su buena fortuna en la casa no tenían servidumbre -por lo que recordaba haberle escuchado al menor- así que se pudo pasear por el lugar llamando a su amante, esperando oír su voz provenir de alguna de las habitaciones.

- ¡S-Stark! -un grito quebrado encontró como respuesta tras la puerta de la última habitación a la derecha del segundo piso.-

- ¡Loki! -intentó abrir la puerta pero la encontró cerrada con llave. Maldijo de mil formas, golpeando la madera.- Aléjate de la puerta, la voy a tirar abajo.

- ¡N-No! Por favor… no quiero me veas así… vete

- ¡No pienso largarme! Menos escuchándote tan mal. Fue tú papá ¿cierto? -hablaba Anthony mientras embestía la puerta buscando tirarla a pesar de las débil réplicas que oía provenir de Loki. Cuando consiguió su objetivo y logró adaptar sus ojos a la oscuridad observó con horror el estado en que se encontraba el menor. Corrió hacía él abrazándole, consolando sus lágrimas hasta que se tranquilizara. Lo sentía temblar entre sus brazos, sollozar aterrorizado.- Shhh… todo va a estar bien, tranquilo, estoy aquí.

Las autoridades se encargaron del caso. Tony se encargó de llamar a la ambulancia, y en el hospital, al constatar las lesiones de Loki, hicieron el llamado a las autoridades pertinentes para la situación del menor. Fue una psicóloga quien hizo hablar al reacio moreno. El adolescente describió los abusos de los que había sido víctima desde los seis hasta los trece años por mano de su padre, habló del abandono de la madre, hasta de su inclinación sexual siendo esta el motivo de la golpiza. Stark no oyó esta información por labios del chico, fue la psicóloga quien habló con él puesto había sido Tony quien le socorriera. Los amantes, consciente o inconscientemente nunca dieron indicios de la relación entre ambos, a vista del público eran un maestro y alumno apegados, sólo eso.

No bien pasaron doce horas de la internación de Loki cuando apresaron a su padre bajo el cargo de violencia a un menor con el agravante de que casi le quitó la vida. Los doctores le comentaron a Tony que, de haber llegado un día más tarde, el adolescente seguramente habría muerto debido a los golpes sufridos, algunas de las costillas rotas amenazaron peligrosamente los pulmones y había perdido medio litro de sangre… entre muchas cosas que Anthony no deseaba enumerar o iría a prisión por homicidio. Debido a que no había otra persona más que se encargara del cuidado del moreno fue Stark quien quedó como su guardador hasta que el adolescente cumpliera la mayoría de edad.

- Esto ciertamente es conveniente -hace dos días que a Loki le habían dado el alta en el hospital luego de tres semanas de internación. Durante esas semanas sólo recibió la visita de Thor, el resto de los días quien no se desprendía de su lado era Tony. El joven no había hablado mucho durante estas fechas, la gran parte del tiempo se la pasaba en desasosiego, alerta e intranquilo. Aún le perseguía el fantasma de su padre aunque lo negara e intentara comportarse como solía hacerlo.-

- ¿Qué cosa? -preguntó su ex alumno; ex, porque ya había dejado el empleo de maestro, ahora ejercía su especialidad validándose del título que finalmente poseía la acreditación de su tesis práctica.-

- Que te dejaran a mi cuidado -rió el castaño buscando devolverle la chispa a aquellos jades que parecía apagarse con cada día que pasaba. Envolvió con cuidado el cuerpo de su amante, depositando un casto beso sobre las comisuras de sus labios-

- Definieron mal el papel de niñero -se burló el moreno sonriendo de costado. No siguieron con las bromas, sólo permanecieron ahí observándose a los ojos. Fue Loki quien rompió el silencio.- Quiero cambiarme de instituto -Anthony agradeció fuera el menor quien soltara el tema, si intentaba él hacer la introducción estaba seguro el chico se cerraría por días. Así habían sido esas semanas.- Y de ciudad, sé que recién conseguiste trabajo y que… -antes que continuase hablando unos labios blandos sellaron las palabras.-

- Pft, si con mi trabajo lo que vamos hacer será viajar por todo el país siempre -Loki sonrió relajado, agradecido también. Enormemente. Ese hombre era un bálsamo para sus heridas y temores. En las noches que le acompañó en el hospital, las primeras, cuando despertaba sudoroso, temblando de terror y llorando como un pequeño niño asustado, eran sus brazos los que le entregaban consuelo y soporte. Su voz recordándole que su padre ya no podría hacerle daño porque en el lugar en donde estaba no tendría acceso al puño ni a la fusta.-

Reinó nuevamente un silencio cómodo entre ambos. Ninguno le prestaba atención a la televisión que tenían prendida, dejaban que los colores se perdieran en la atmósfera. Loki se acurrucó un tanto más en el hombro del castaño y este a su vez le indicó sus piernas para que apoyase ahí la cabeza. Quedaron cómodos en el sofá de tres cuerpos con la mirada perdida en la olvidada televisión. Entre las hebras negras unos dedos danzaban tranquilos entregado suaves mimos, adormeciendo al dueño de los oscuros cabellos.

- Te recuerdo -susurró de pronto Loki somnoliento recibiendo una mirada interrogante por parte de su amante.- Al final igual terminaste jugando conmigo con carritos y arena -rió jovial ocasionando igual risa en su compañero.-

- ¿Todavía sigues queriendo casarte conmigo? -preguntó en burla Stark al recordar cómo Loki solía seguirlo cuando eran pequeños diciéndole que cuando grande quisiera casarse con él.-

- ¡No inventes! No fui yo el que me confundió con una niña y la quería como su esposa -contra atacó divertido con el sueño comenzando a inundarlo debido a las caricias del adulto. Ante el contra ataque del adolescente Anthony calló, haciendo memoria encontrando en sus vestigios que la acusación era cierta, carraspeó.-

- ¿Loki? -Stark dirigió su vista hacia su amante percatándose que este se encontraba más dormido que despierto.- Mejor vamos a la cama -haciendo malabares maniobró el cuerpo del chiquillo depositándolo en su cama para que durmiese cómodo. Colocó con cuidado el pijama del menor para luego colocarse el propio y meterse entre las sábanas, segundos bastaron para que el moreno se acurrucara buscando el calor del mayor.-

- Tony… -escuchó era llamado por una voz somnolienta.- Casémonos cuando seamos grandes -rió la misma voz, cantarina.-

- ¿Te vestirás de blanco? -siguió la broma cerrando también él los ojos, Morfeo tocaba ya a su puerta.-

- Mi cinismo aún no llega a esos niveles -Tony se carcajeó.-

La quietud de la noche se hizo ama y señora del lugar. Loki dejó de pelear con el dios de los sueños dejándose seducir por su embrujo tal cual lo hiciera con Tony. Navegó por los mares de la inconciencia sin temor por las pesadillas venideras, confiado que sería resguardado de sus fantasmas gracias a los brazos de su compañero, que, si Morfeo anda travieso y decide borrarle la memoria, sería Stark quien le hiciera recordar en qué tiempo vivía y que ahí ya no existían los demonios del pasado para atormentarles; su mano la que guiara pasos vacilantes con cariño, comprensión, que si se equivocaba no tenía importancia, siempre podía volver a intentarlo o requerir su ayuda. Cada noche, mientras estuviera a su lado, podría encontrar reposo en sueños y no la pesadilla de antaño porque ya había dejado de vivir en una pesadilla. Sólo cicatrices eran los vestigios de su paso por el infierno, pero hasta éstas desaparecerían de su piel con el tiempo y de su corazón y memorias, desaparecerían con un beso.

Fin.


fic, ai13/14, ship:loki/stark, fandom:avengers

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