¡HASTA EL INFINITO Y MÁS ALLÁ, QUERIDA CARO!

Nov 01, 2010 11:43




Este es un día importantísimo porque una persona a la que quiero mucho está de cumpleaños, y quiero hacerle llegar mis saludos de todo corazón.

¡FELIZ CUMPLEAÑOS, CARO!

Espero que lo pases sensacional, y recibe este pequeño "cuento" que escribí con mucho amor para ti.


Cobijada entre los algodones más finos, rodeada por figuras de fantasía, la princesa más bella espera el llamado de la reina para ir a su lado.

Menea la cabeza, riendo, mientras juega con sus manitas, que se estiran, curiosas, tocando cada rincón de ese espacio supremo que la acoge.

Otea como un ciervo, y aguza el oído, atenta a cada sonido que llega a ese su rincón encantado; curiosa por esa melodía que no puede nombrar, pero que muy dentro de sí, asume que debe ser la más bella del mundo en el que vive su madre, la reina.

Tras mucho pensar, y sacar cuentas, sabe ya la hora precisa en que esos sonidos empezarán a retumbar nuevamente, y los espera ansiosa, inquieta, haciendo lo posible por permanecer muy tranquila hasta el momento exacto.

Y allí viene otra vez, la melodía que comienza con un cadencioso ritmo, que ya no le es ajeno; y se enrosca, abrazándose, mientras las notas, que así se llaman, inundan el espacio. Con los ojos cerrados, casi inmóvil, excepto por un suave balanceo inconsciente, se deja llevar, y sueña.

Sueña que está dentro de otro sueño, aún más hermoso, si cabe, en que ha tocado ya a esa reina de la que sólo conoce su voz; la misma que día a día le cuenta las historias más dulces, que le habla de un mundo lleno de magia que espera por ella para ser más mágico aún.

Y en ese sueño, la voz tiene un rostro, el más dulce que hubiera podido imaginar; y cualquier recelo desaparece, porque las manos que la acarician, esas que tocan cada parte de su cuerpo como si del tesoro más valioso se tratase, son como las mismas notas que oyera, cálidas y acogedoras.

La princesa despierta cuando la voz calla, y la melodía se agota; pero no le molesta, tan sólo estira los brazos, satisfecha, segura de que pronto se iniciará una vez más, hasta que llegue el momento en que ya no será necesario cerrar los ojos para encontrarse con esa a la que tanto ama, sin saber del todo bien lo que eso significa, conocedora tan solo de la maravilla que calienta su corazón.

No muy lejos, la reina sueña también, cesando su canto, contando las horas para la llegada de su princesa, segura de cuál será la primera palabra que saldrá de sus labios, a modo de arrullo, para darle la bienvenida.

Sofía.

felicidades, originales

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