37
Besos gratis
( tabla te...: te amo)
Wine Red | Gloria Lamb, Thom Polly.
- Angst.
♥ Para dmountaine.
Glo aprieta los labios, frunciendo el entrecejo sin querer. Se mira al espejo, y se ríe con un airecillo que suena a alma rota desde hace varias semanas. Toma el lavabo para girarse, y se tarda más de dos minutos en abrir la puerta. Luego camina, paso por paso, por todo el pasillo, con esa sonrisa burlona, infantil, traviesa.
&
Ella termina de dar el último beso en la mejilla, bien agarrada de la silla para no caer. Él sonríe, le da una palmadita en la cabeza y agradece, sin hablar. Mueve el mando de la silla de ruedas, y se aleja. Ella, sin quererlo, observa las ruedas de la silla moverse a través de toda la madera.
Un escalofrío recorre toda su espalda. Cierra los ojos, inspirando con fuerza para no llorar, aferrándose inútilmente a la madera... hasta que unos pasos con el talón bien marcado se oyen cada vez más fuertes. Ella abre los ojos.
Thom se detiene en el marco de la puerta de donde ha salido, y la mira. Se ríe, acercándose a ella.
-¿Te pintaste los labios?
Glo asiente, soltando aire. No, riéndose. Suena mejor.
-Dijiste que no. Podía enamorarme. -explica. -Pero no dijiste. Que no podía divertirme.
Él echa un vistazo a su alrededor, y se ríe. Le revuelve el cabello con un gesto cariñoso y pasa el dedo pulgar por su sien. Se acerca un poco, quita el cabello rubio que le cae por la frente y le da un beso. Luego, la mira a los ojos.
Una mirada dice más que esas dos palabras que quieres decir desde hace rato, ¿no es así, Thom?
-No, no lo dije.
Ella sólo se ríe.
( tabla te...: te amo)
Wine Red | Gloria Lamb, Thom Polly.
- Angst.
♥ Para dmountaine.
Glo aprieta los labios, frunciendo el entrecejo sin querer. Se mira al espejo, y se ríe con un airecillo que suena a alma rota desde hace varias semanas. Toma el lavabo para girarse, y se tarda más de dos minutos en abrir la puerta. Luego camina, paso por paso, por todo el pasillo, con esa sonrisa burlona, infantil, traviesa.
&
Ella termina de dar el último beso en la mejilla, bien agarrada de la silla para no caer. Él sonríe, le da una palmadita en la cabeza y agradece, sin hablar. Mueve el mando de la silla de ruedas, y se aleja. Ella, sin quererlo, observa las ruedas de la silla moverse a través de toda la madera.
Un escalofrío recorre toda su espalda. Cierra los ojos, inspirando con fuerza para no llorar, aferrándose inútilmente a la madera... hasta que unos pasos con el talón bien marcado se oyen cada vez más fuertes. Ella abre los ojos.
Thom se detiene en el marco de la puerta de donde ha salido, y la mira. Se ríe, acercándose a ella.
-¿Te pintaste los labios?
Glo asiente, soltando aire. No, riéndose. Suena mejor.
-Dijiste que no. Podía enamorarme. -explica. -Pero no dijiste. Que no podía divertirme.
Él echa un vistazo a su alrededor, y se ríe. Le revuelve el cabello con un gesto cariñoso y pasa el dedo pulgar por su sien. Se acerca un poco, quita el cabello rubio que le cae por la frente y le da un beso. Luego, la mira a los ojos.
Una mirada dice más que esas dos palabras que quieres decir desde hace rato, ¿no es así, Thom?
-No, no lo dije.
Ella sólo se ríe.