un pequeñisimo fic :B
que es corto, es del benja, de la
thomas_mckellen . Ta lindo lin ·3·
espero q se entienda y eso ·3· xD
-Corrió y corrió, él sentía los galopes de los caballos cerca, tanto, que sentía como la tierra retumbaba bajo sus pies descalzos… - La morena hacía gestos con las manos, sus trenzas largas que le llegaban hasta las rodillas mientras estaba sentada se movían con cada gesto. -Jadeante y con sed, se ocultó tras unas matas, con su corazón latiendo rápidamente. Le costaba pensar bien que debía hacer, solo se decía a si mismo que no lo debían encontrar, y si llegaban a encontrarlo, no sería con vida. Él no era un delator, menos un traicionero, como creían todos en su pueblo, él solo…
-¿Él solo qué? - Una vocecilla interrumpió a la anciana. El pequeño niño vestido de blanco, que estaba frente a ella, se había afirmado en sus rodillas cansadas. Una mirada contente y feliz, despreocupada de la vida, sin muchas preocupaciones y sin experiencia. La miraba con la boca abierta. -Ya pues, Weli, dígame que sigue, no se pierda. - Le dijo sacando de su sonrisa a la señora Roberta.
-Tranquilo pequeño. Sabe usted que mi memoria ya está un poco gastada, debe entender que me cuesta acordarme muy bien de los detalles. - Le dijo acariciando los cabellos castaños de la criatura. -Tráigame un vaso de agua y le sigo contando la historia, señorito Benjamín.
El pequeño salió corriendo a la cocina, con alegría, mientras que Roberta lo miraba desde su mecedora, rememorando los tiempos donde su esposo la acompañaba y cuando no estaba la gran casa patronal donde estaba ahora, cuidando a ese niño, por el que su esposo querido dio su vida hace años atrás; tantos, que ella no se acordaba en verdad cuantos años habían pasado.
Benjamín llegó con el vaso de cristal en las manos, largo y en el borde una franja de oro, típicos del Patrón.
-Tome, Weli, está heladita, para que se refresque. - Sonrió con despreocupación, dejando ver sus pequeños dientes de leche, chiquitos y blancos.
-Muchas gracias señorito Benjamín, ahora podré seguir contándole la historia. Pereme un momento. - Tomó del vaso, recuperando fuerzas y un poco de memoria. La historia todavía no tenía un fin y según ella, pero en secreto, eso era la mejor parte de todo. El niño, ansioso, viendo como su nana tomaba agua mientras sonreía, sintió una gran duda.
-Weli… - Le dijo suave y con cariño.
-¿Si pequeño? - Respondió en el mismo tono.
-¿Cómo hace eso? -Le señaló la cara con sus pequeñas manos.
-¿Hacer qué señorito? - Miró al niño con intriga.
-Eso, sonreír y tomar agua.
La abuela rompió en risa, dejando el vaso a un lado. El niño frunció el ceño y cruzó los brazos, enojado. Roberta lo tomó de las manos y lo subió a sus piernas y le dio un toque con su dedo a la nariz del pequeño, sonriéndole.
-Eso Benjamín, es algo que se aprende con los años, igual que muchas otras cosas.
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-Tenía razón, Weli, con los años se aprende. - Benjamín miraba un vaso en la repisa del comedor, gastado, sin brillo y un poco roto, pero es el mismo vaso de cristal en el que siempre le servia agua a doña Roberta, un tesoro que guardó por mucho tiempo.
ta dah~ 8D