Broken Hearted, Cap 13

Apr 09, 2011 15:19

 
13. Need to know if it’s over

‘Soy Liz y si no contesto es porque no puedo en este momento, deja tu mensaje después del tono… BIIIIIIIIP’
‘Creo que esta es la cuarta vez que te llamo desde la boda de Cameron, ¿no?; bueno, la verdad es que lo último que quiero es incomodarte o algo así… pero quería agradecerte de nuevo lo que hiciste por nosotros; sé que mamá no ha sido la mejor persona del mundo durante este tiempo, pero lo que hiciste por ella… podría haber terminado todo muy mal y aún así te arriesgaste… no tengo siquiera palabras para expresarte lo que siento… ¡demonios! ¿Por qué tengo que ser tan malo con estas cosas? Escucha… en fin, llámame cuando estés disponible, ¿sí? Sé que no tengo derecho a alguno siquiera a pedírtelo, pero te preciso… siento que me estoy desmoronando.’

Fumé lo poco quedaba de mi cigarrillo e intenté quitar de mis ojos el flequillo que caía debido a la gravedad e impedía mi visibilidad. Llevaba ya siete días en mi viejo departamento en la gran ciudad y prácticamente no había salido de allí. Como aún me quedaban algunos días de licencia los cuales había tomado en la escuela por problemas familiares, había decidido quedarme dentro y simplemente salir cuando fuera de extrema necesidad, como para conseguir comida.

El viaje a la casa de papá me había consumido todas las fuerzas y energías que había reservado durante aquellos años y me sentía exhausta. Además, el haber visto a Chace y haber estado tan cerca de él habían logrado que aquellas heridas que pensaba sanadas se volvieran a abrir y me confundieran sobremanera.

Apenas abrí la puerta de mi hogar, sentí el olor de la cera que había pasado antes de marcharme sobre el suelo y me di cuenta que si bien me había parecido una eternidad, sólo me había marchado por dos días. Después de semejante revelación que tuvo lugar en la boda de Cam, los Eastcrowd se marcharon a su hogar a charlar todo lo que necesitaban y decidí que me iría sin siquiera mencionárselo a Chace, así las cosas serían más sencillas. Nunca habíamos tenido una despedida real, y siendo completamente honesta, creo que ninguno de los dos lo hubiera soportado.

Aún así… por más de que me había escapado nuevamente, el pasado me seguía a donde fuese que fuera, como caminando mis mismas pisadas. Pensé que ya no había asuntos pendientes, que no había sentimientos sin descifrar; pero aún así, ahí me encontraba sobre el sofá de mi living, acurrucada en aquel bléiser gris unos tres talles más grandes que el que me correspondía, sin poder dejar de pensar en sus hermosos ojos y aquella sensación de paz que me había embargado al dormir rodeada por sus brazos.

Por otra parte… ¿por qué él no dejaba de llamarme? Se suponía que lo que había dicho estando en el pueblo, era simplemente un capricho de habernos visto de nuevo… podríamos terminar en buenos términos… es verdad… pero eso no quería decir que volviésemos a intentarlo, ¿verdad? Habría que estar extremadamente locos siquiera para considerarlo… y aún así, él seguía intentando contactarme.

Lo siento ángel, pero ese era TU trato, yo nunca he dicho que quería terminar… así que yo que tú, me cuido de mí.

¿En verdad habría querido decir eso? ¿En qué demonios estaba pensando cuando consideró volver a intentarlo? ¿No le había sido suficiente el dolor que sentimos cuando lo intentamos la primera vez? Aquellas preguntas daban vueltas por mi cabeza como si de un torbellino se tratase y me hacían confundir más y más. Desde hacía tres días, cada vez que comenzaba a pensar en aquel asunto, terminaba más desorientada de como había comenzado.

Tomé el móvil entre mis manos temblorosas y observé la foto de Chace en la pantalla, aquella que le había tomado un día de verano tiempo atrás sin que él se diera cuenta. Recordé que había adorado tanto aquella foto que automáticamente la había seleccionado como la del perfil del contacto, así cada vez que él me llamase o yo lo contactara a él, aquella imagen aparecería en el display.

¿Llamarle o no llamarle? Esa era la cuestión… y aún seguía sin decidirme. Mis lágrimas rodaban por mis mejillas y mis manos se encontraban temblorosas mientras que intentaba resolver aquel embrollo.

Piensas demasiado las cosas amor. La voz de Chace sonó en mi cabeza, como un recuerdo del pasado. Te amo cuando eres así… pero de vez en cuando, si sientes que así lo quieres, deberías simplemente dejarte llevar… busca lo que tu corazón diga, no lo que tu razón te imponga.

-¿Ch…?
-¡Hola! Soy Chace, ahora no puedo hablar, pero deja tu mensaje y me contactaré contigo. -escuché el correo de voz y estuve a punto de cortar, pero las palabras comenzaron a borbotar desde mis labios.
-Supongo que ahora me toca a mí hacerte esta llamada… si no te he contestado antes es porque no he tenido el valor… estoy confundida, desorientada… si me hubieras preguntado hace tan sólo cinco días atrás, hubiera dicho que lo último que desearía sería verte a la cara… tenerte cerca. Pero después de pasar en el pueblo todo el fin de semana… y después de todo lo que pasó entre nosotros sin siquiera planearlo yo… ¡maldición, ni siquiera sé qué es lo que nos pasó! Se suponía que seríamos lo suficientemente maduros para darle un final a nuestra historia de manera adulta… pero… no sé cómo hacer eso, ni tampoco sé si es lo que en verdad quiero… Chace… han pasado tantas cosas este último tiempo… he llorado tanto… he sufrido tanto… simplemente no sé qué hacer… y… te preciso… preciso que me digas qué es lo correcto… preciso que me digas simple y llanamente en dónde estamos… ¿en verdad se ha acabado lo nuestro? ¿O será que realmente podríamos intentarlo nuevamente? Porque me parece algo irreal… es que… cada vez que nos encontramos, terminamos lastimándonos… ¿por qué es que no puedo sacar siquiera una idea clara de todo esto que te estoy diciendo? - paré aquel monólogo tan improvisado que llevaba comunicando sin ton ni son cuando escuché un leve golpetear sobre la puerta… podría ser considerada loca y si no hubiera estado segura de que era imposible, habría jurado que aquel patrón de golpeteo era el característico de Chace.
-Yo también te necesito…- escuché su voz ronca pronunciando esas palabras mientras abría la puerta y era atrapada entre sus brazos. Su celular y el mío cayeron al suelo sonoramente pero a nosotros no nos importó siquiera un poco, estábamos demasiado preocupados en aferrarnos el uno al otro, como náufragos amarrándose a la única posibilidad que quedaba para no ahogarse en la realidad que les rodeaba. -Perdona por lo que te voy a decir…-susurró en mi oído haciendo que cada milímetro de mi piel se estremeciera cuando su aliento se hizo palpable sobre mi epidermis - pero no hay forma de que esto entre nosotros haya terminado. Somos el uno para el otro, y si bien lo que nos espera por delante es un camino largo y difícil… jamás querría andarlo con nadie más que no fueras tú.
-Pero… Chace…-quise decirle, aunque él no me lo permitiría. Tomó mi rostro entre sus manos y poco a poco fue acercando sus labios a los míos.

Jamás en mi vida me había sentido así de viva… ni de desesperada. Le tomé del cuello de su camisa mientras que inclinaba mi cabeza buscando que el contacto se intensificara, y sentí su necesidad por mí cuando me elevó por los aires y me obligó a hacer una cadena con las piernas sobre su cintura. Sus manos perdidas entre nosotros acariciaban cada porción de piel que podían abarcar de mi espalda y pronto sus pasos nos llevaron dentro del departamento cerrando la puerta de una buena y fuerte patada.

Mientras yo intentaba estar lo más cerca posible de su calor, su boca mordió mi labio inferior logrando que la mía se abriese. Pasando a la siguiente fase de aquel beso que tanto habíamos estado esperando, su lengua entró en mí como sagaz víbora la cual precisaba de su compañera desesperadamente y mi lengua pronto se le unió sufriendo de la misma abstinencia. Llevábamos demasiado tiempo separados y precisando el uno del otro… obsesionados con estar junto al otro, con sentirlo, con saborearlo, con amarlo… con cuidarlo y nunca dejarlo ir.

-Estamos locos…-le reproché cuando él comenzó a depositar suaves y aleatorios besos por todo mi cuello, pronto sus labios comenzaron a agregar succiones y sensuales mordisqueos que despertaron completamente mi libido.
-Sí, estamos locos el uno por el otro… y por si se te olvidaba mi ángel, este no es un mundo para cuerdos. -me recordó sonriente mirándome a la cara con sus hermosos ojos y me vi reflejada en ellos… tan enamorada de él como cuando era joven… simplemente ese sentimiento no se había ido, y creí que jamás lo haría.

Capítulo, nove, broken hearted, atenea

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