Mar 11, 2011 23:36
05. I wanted you to chase after me
Saqué un abrigo de hilo que tenía guardado en mi valija y con los cigarrillos y el encendedor en mano me dirigí al porche. Aún estaba allí la silla mecedora en la que mamá se sentaba a ver el atardecer y esperando que los recuerdos no fuesen despiadados conmigo me senté allí, debajo de la luz artificial del faro exterior y mi vicio en manos.
¿Cuánto hacía ya que fumaba? Unos tres años como mínimo. El tabaco se había convertido en mi único aliado en las noches en vela, único momento del día en que podía estudiar tranquila sin preocuparme por cursar o el trabajo. Recordé que cuando estudiaba, cambiaba de ser una mujer cansada por tanto trabajo y me convertía en una estudiante que prácticamente se conformaba de nervios por poder aprobar todo en tiempo y hora para poder recibirse lo más pronto posible.
Ahora era ya una profesional. Me habían entregado el certificado que me aceptaba como una profesora de inglés apta para dar en todos los niveles educativos y hasta ya había tenido varias entrevistas de trabajo en algunas de las mejores escuelas de la ciudad ¬-sin contar mi trabajo de dos años en la escuela privada Saint Margaret, una de las mejores que había habido hasta ahora -. Pero aún así… el vicio de fumar seguía conmigo y en esos últimos días más que nunca. Toda aquella situación me tenía los pelos extremadamente de punta y no podía evitarlo… tal vez Cam tenía razón con lo que había dicho y el orgullo que una vez me había salvado ahora me estaba ahogando.
Saqué el celular del jean que estaba vistiendo y abrazando mis piernas quedé en silencio por un momento. Cuando sentí que al final me encontraba un poco más relajada, opté por reproducir un poco de música que tenía en el móvil y apenas apreté el play del aparato, comenzó a sonar la canción ‘learning to breathe - switchfoot’; la cual con su letra golpeó mi débil corazón sin siquiera proponérselo.
‘I could use a fresh beginning too all of my regrets are nothing new’. ¿Cuán exacta y cuán dolorosa podría llegar a ser la canción de otra persona que la ha escrito pensando en sus propios problemas y sin siquiera saber que existes? Extremadamente exacta y dolorosa. Fue mi automática respuesta mientras soltaba una gran bocanada de humo; por alguna extraña razón, me había quedado prendada del teléfono sin poder despegar mi vista de él.
- ¿Habrás cambiado tu número en algún momento? -mi voz se hizo sonar sobre la canción pero a mí me pareció que era la voz de otra persona preguntándole a un ser invisible y esperando sin esperanza una respuesta… una señal.
Cerré mi mano fuertemente sobre el aparato y olvidándome olímpicamente de mi llanto marqué aquel número que me había auto prohibido durante tanto tiempo… estaba a tan sólo un botón de cometer uno de los errores más grandes que mi orgullo me indicaba podría cometer en mi vida, pero por primera vez en mucho tiempo, sentí que en verdad no me importaba ni siquiera un comino.
Mientras los segundos se convertían en lo que a mí me parecían horas, apreté el celular sobre mi oído de manera que el tono de espera se hiciera más fuerte y si se podía, más real; porque que me animara a hacer esa llamada parecía cosa de sueños… o de pesadillas.
‘Siempre vas a ser mi primera novia, la primera mujer a la que en verdad amé y esa memoria no podrás robármela nunca.’ Había dicho apasionadamente. Aunque con esa simple frase había logrado que mi corazón diese un doloroso vuelco. ¿Qué había querido decir exactamente? ¿Qué había estado con otra después de mí? ¿O que ahora estaba saliendo con alguien más? Cualquiera de las dos opciones me dolían en lo más profundo del alma, porque después de todo… yo nunca había podido superarlo a él.
- ¿Hola? - Escuché una voz femenina que me impactó; estaba a punto de cortar cuando escuché - Beth, cariño, ¿eres tú? Soy Katlyn, ¿cómo estás? -su voz sonaba extremadamente preocupada y no pude terminar la comunicación.
-Bien… hasta ahora todo bien, ¿Cómo está la familia? Me enteré que tienes hijos… te felicito de todo corazón
-¡Gracias ángel! -me la pude imaginar sonriendo desde el otro lado - hasta ahora todo bien, Frank ya tiene cuatro años y corretea por todos lados y bueno, Sophie tiene tan solo tres meses.
-Soy tan feliz de saber que tu sueño se convirtió en realidad, sé cuánto querías tener hijos…
-Gracias, yo también me siento feliz y aliviada de finalmente escuchar tu voz… Cam me ha tenido al tanto lo más posible, pero sabes que siempre tuve debilidad por ti… tan sólo no quería molestarte…
-Lo entiendo, y no te preocupes, tú nunca me molestarías…- corté la oración antes de dejar que se notase que mi voz se estaba quebrando por mis inmensas ganas de llorar - disculpa que te pregunte pero… ¿sigue siendo éste el número de Chace?
-Oh, si, que despistada, ya te paso con él. Saludos ángel
-¿Liz? -escuché su voz confundida y no pude evitar que una media sonrisa se dibujara por mis labios.
-Sí… soy yo…
-¿Estás bien? ¿Te ha pasado algo malo?
-No… oye, no saltes a conclusiones pesimistas, estoy… relativamente bien, estoy segura acá en la casa de papá…
-Tú casa… -remarcó y yo solo torcí mi gesto algo incómoda
-Sí… eso, oye… no quiero molestarte ni quitarte el tiempo… yo sólo quería decirte… si bien que hayas terminado conmigo por culpa de tus padres me dolió muchísimo… lo que más me lastimó fue… fue… - me vi incapaz de proseguir por las lágrimas y el nudo que atacaba mi garganta.
-¿Qué fue, Liz? Por favor, dímelo - ¿es que se encontraba él en el mismo estado que yo? ¿Sería cierta la inmensa tristeza que se sentía en su aterciopelada voz, como a punto de llorar?
-Que no fueras a buscarme a la ciudad… que no me siguieras cuando intenté escaparme… que no me corrigieras cuando sentí que no le importaba a nadie… que no me dijeras que te importaba a ti. -suspiré fuertemente y sequé con la manga de mi mano derecha las lágrimas que borboteaban imparablemente de mis ojos.
-Oh, Liz… - Chace sonó como dándose cuenta después de tantos años cómo había sufrido yo todo el asunto en verdad. Que todo el pueblo me aislara por mis orígenes me había lastimado extremada y profundamente, pero nada de eso se comparaba con el dolor que me había provocado no saberme querida por él y Cameron.
-Pero… las cosas con Cam ya fueron aclaradas y perdonadas… y si bien contigo todo es mucho más complicado por naturaleza…-me permití sonreír vacíamente y alcé mi rostro al cielo, buscando que la brisa me refrescara y que mis lágrimas dejasen de caer, pronto me encontré aferrándome a mi cabeza como un mero acto reflejo - Cam ha sugerido que me coma el orgullo e intente que al menos las cosas queden en un campo neutro… y algo que tú me dijiste hoy acaba de caerme en la cuenta… de que tú también has sido mi primer novio y esa memoria no me la puede robar nadie… ni siquiera tú.
Capítulo,
nove,
broken hearted,
atenea