Broken Hearted, Cap 2

Mar 10, 2011 08:50



02. Trying to block you out.

El cielo se encontraba ya de un color violáceo casi rayando al azul claro que precede al anochecer cuando su auto se estacionó detrás de mi vehículo. Cuando se bajó, la recordé automáticamente y sentí como si ni siquiera un día hubiese pasado entre nosotras. Llevaba el cabello corto hasta por los hombros, era verdad, pero seguía siendo del mismo color que la más exquisita miel y sus ojos verdes brillaban exactamente cómo yo recordaba que lo hacían. Si bien su rostro parecía cansado y preocupado, todo su ser emanaba felicidad y aquella sensación se hizo contagiosa.

Bajó del volvo platinado en el que había llegado y se quedó plantada detrás de la puerta abierta, como con temor siquiera de acercárseme. Sabía que yo misma lucía completamente diferente. Ya no usaba el cabello corto como solía hacerlo ni sonreía tan a menudo; era consciente también de que mis ojos se habían tornado tristes y que mi mirada se había hecho más profunda… prácticamente todo mi ser había cambiado, y si mi ex mejor amiga no me reconocía, no tenía justificativos para culparla, después de todo, hacía cuatro años que ni siquiera yo lo hacía.

Tiré la colilla del cigarrillo sobre el piso de broza y lo estrujé con mi pie derecho hasta no dejar vestigio de la llama que lo había encendido. Después de eso, bajé la mirada por unos instantes y me permití respirar hondamente… Cameron seguía siendo Cameron, eso lo había descubierto apenas habíamos cruzado miradas… y si bien yo no era la misma, podía fingir serlo por aquel fin de semana; después de todo se lo debía, no todos los días uno se casa.

Levanté la mirada regalándole mi mejor sonrisa y abrí mis brazos lo más posible; acto seguido, como captando aquella muda invitación, Cam corrió hacia mí con sus ojos inundados en lágrimas hasta golpearme fuertemente con su abrazo. Se encadenó a mi cuello fuertemente y quedamos en silencio, las dos llorando como niñas tontas a las que les han hecho añicos la más grande de sus ilusiones.

-¿Cómo has estado? - preguntó completamente preocupada mientras quitaba un mechón de cabello que se había caído sobre mis ojos. -Y no me digas esas idioteces de ‘estoy mejor que nunca’ porque te conozco y no tengo un ápice de boba como para que logres engañarme.
-Estoy… bien. El camino ha sido algo largo y el tráfico estaba terrible. Me duele un poco la espalda pero creo que después de una buena noche de descanso, estaré mejor.
-¿Segura que no quieres quedarte en casa?
-Por supuesto que no, conociéndote, tienes a todos tus parientes invadiéndote; además, yo tengo un techo en el que quedarme, esa es la ventaja de haber vivido aquí -guiñé mi ojo queriéndole brindar un poco de seguridad aunque ni siquiera yo la sintiera.
-Voy a malgastar mí tiempo queriendo convencerte después de contestar esta llamada- me reprochó sacándome la lengua mientras que colocaba el celular en su oreja izquierda - Hola Chace… si, oops, olvidé completamente que irías a casa hoy; estoy algo ocupada ahora mismo… ah llegado una vieja amiga mía al pueblo y eh venido a verla… sí, es ella… aja… hem… no creo que eso sea bueno… no, ¡ni se te ocurra! ¡Maldición! -gritó molesta mientras guardaba su teléfono móvil en el bolso con el que había llegado. Yo simplemente la quedé mirando inquisitivamente, ella sabía perfectamente que me debía una explicación. -Era Chace… no quise decirle que eras tú la que había vuelto porque pensé que no tendrías ánimos de ver a nadie antes de tiempo… pero este tipo parece vidente y cuando me negué a mandarte su saludo, decidió que vendría a hacerlo él mismo…
-¡Maldición! -grité yo también molesta - ¿es que este tipo tiene la cara de venir a hablarme?
-Vamos Beth… no seas así… todos éramos jóvenes cuando sucedió… no lo justifico ni a él ni a mí pero…
-Ya Cameron… prefiero no hablar de eso ahora -corté fríamente su discurso y comencé a dirigirme a mi camioneta - ¿te espero adentro? Tengo cosas que desempacar
-Sí, voy detrás de ti -dijo tristemente mientras que caminaba en dirección del carro.
-Genial…-farfullé cuando supe que no podría escucharme -la he lastimado…

Al llegar a la vieja entrada de la casa, estacioné la camioneta en frente del porche y tomé bruscamente mi bolso de viaje mientras que bajaba de manera muy poco femenina. Cam me seguía los pasos y decidí esperarla antes de entrar a la descuidada casa. Si bien quería compensarla por lo mal que la había tratado, tampoco tenía el coraje suficiente para mandarme a aquel mar de recuerdos y de fantasmas del pasado sin alguien a mi lado que me brindara fuerzas. Como una visión de algo que ya no volvería pero que parecía extremadamente real, nos vi a Cam y a mí sentadas sobre las escaleras de madera tocando la guitarra mientras que mi padre nos veía sonriendo y tomaba su té helado de todas las tardes… tantos años buscando ser lo suficientemente fuerte como para bloquear todos aquellos recuerdos, y ellos sin piedad venían a atacarme de manera prácticamente cruel.

-Este lugar tiene el perfume de papá impregnado, ¿no crees? -le pregunté a Cameron mientras ésta se acercaba a mí
-Sí… eso estaba a punto de comentarte… ¿estás segura de que quieres entrar? Puede hacerte muy mal…
-No hay nada que me haga más mal de lo que ya me han hecho…- le sonreí conciliadoramente y aferrándome a su brazo derecho nos dispusimos a subir escalón por escalón hasta llegar a la entrada principal. Corrí el mosquitero que llevaba allí fácil siete años y temblando intenté colocar la llave en la cerradura, lográndolo en el segundo intento.

El lugar estaba completamente a oscuras y cuando intenté prender la luz del hall, la térmica saltó automáticamente dejándonos completamente a la deriva. Cam sacó una linterna de su cartera y yo le sonreí divertida, cada segundo que pasaba con ella me daba cuenta cuán poco habían cambiado sus hábitos, ella constantemente pensaba de antemano todos los posibles escenarios y siempre se encontraba lista para lo que pudiera suceder.

-Si no me equivoco la térmica está detrás de la casa del lado de afuera, ¿verdad? -me preguntó mientras sacaba otra linterna y me la brindaba.
-Sí, yo voy, tú mientras tanto prende unas velas por si las dudas, pongo en duda que ésta sea la última vez que la casa me haga esto - me separé de ella y caminé lentamente iluminando el camino por el cual tendría que atravesar para así no chocarme ningún viejo mueble cubierto por la espesa capa de polvo. Me dirigí a la puerta trasera y salí a la fría intemperie del campo nocturno, hacía muchísimo tiempo que no sufría ese tipo de frío en contra de mis mejillas y suspiré finalmente bajando mis defensas. Para bien o para mal estaba de vuelta en casa… pero que gran error no estar atenta para aquello que me esperaría entre aquella penumbra inmensa. Si bien yo me había empecinado en bloquear todos los recuerdos posibles, parecía que el destino buscaba golpearme la mejilla con el pasado.

Capítulo, nove, broken hearted, atenea

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