El lunes cumplo 25 años. ¡Dios mío, soy una vieja!
Curiosamente, no han sido pocos los que me creían mayor, y al corregirles todos han añadido: "O sea que aún tienes 24, ¡pero qué pequeñina!". Y me ha hecho ilusión, jo.
En otro orden de cosas, llevo bebiendo desde las tres de la tarde.
Y me han descubierto una bebida de nenas que inmediatamente se ha hecho un huequecito en mi corazón: Gecko, el vojka-carame.
Y mañana me toca tailandés. Estoy tan contenta que va a ser difícil que me duerma.