Superándome II

Feb 16, 2009 18:48


Me quedaba pendiente destrozar El amanecer de los muertines. Vamos a ello.



Menos mal que no les toca repoblar la Tierra, porque menudos elementos.

El comienzo trepidante y morbosamente sangriento de la película anticipa un poco lo que va a ser todo el film: Como casi siempre, una plaga de zómbises-infectados pilla desprevenido a todo el mundo y sin haber revisado convenientemente la Guía de supervivencia Zombi.



Hágase con ella en su librería amiga.

Hasta cuándo vamos a aguantar en las películas frases como "¿Qué son esas cosas?" y "¿Seguro que la mordedura es infecciosa?´". Dan ganas de gritarle a la pantalla: "¡Pero en qué alcantarilla habéis pasado los últimos veinte años, panolis!". Total, que una rubia tiene que correr mucho para huir de los zómbises, logra encontrar a otros supervivientes y se encierran en un centro comercial. Esto, que para cualquiera sería una bendición (¡yo me iba directa a por los muffins del starbucks!) a ellos les genera muchas tensiones. Se ve que la convivencia sigue siendo difícil incluso cuando la mitad de la ciudad te persigue para sorberte el selebro.

En el centro comercial hay un segurata que parece malosísimo, al que tienen que encerrar porque amenaza con cargárselos a todos de un tiro si fuese necesario, pero que luego tiene buen fondo y al final se sacrifica para salvarlos a todos. Cada vez que aparecía este personaje, me desconcentraba un poco de la historia, pero vamos, eran típicas situaciones de peli de zombis: se les termina la comida, se disparan entre ellos, a la adolescente hartista se le escapa el perro (¿por qué los zómbises no comen perros? ¿son de gustos más exquisitos que los vampiros? Recordemos que en época denecesidad, estos últimos se ventilan hasta las ratas), va corriendo detrás y casi se la comen, pone a los demás en un aprieto para savarla... La cinta no termina precisamente bien, pero bueno, una vez llegado el apocalípsis cabría preguntarse por qué la gente decide pasar tantos trabajos para asegurar su supervivencia. Si de todos modos, se van a terminar muriendo, para qué tanto correr de un lado a otro y tanto susto, y tanto despedirse de seres queridos.



Una de las escenas más impactantes de la película es la del parto. Hay una superviviente embarazada que además oculta una mordedura de zombie. Cuando da muestras de estar infectada, el marido la ata a la cama y la aparta del resto para que nadie se dé cuenta. Ella muere, resucita zombi, y da a luz un bebé que no se sabe muy bien si nace muerto o nace directamente zombie (lo que sería un detalle importante, vaya: ¿pueden nacer los zombies? ¿un zombie nace o se hace? ¿es este bebé el primer zombie purarraza?), pero al que se ven obligados a pegar un tiro en la cabeza. Y siempre es desagradable pegarle un tiro en la cabeza a un recién nacido, por muy come-selebros que sea.



Los personajes son estereotipos pero con cierta profundidad, y dentro de lo que cabe, verosímiles. La piedrícula está muy bien hecha, es redonda. Una de las mejores en su género. Además, a los créditos del inicio les da cuerpo una canción de Johnny Cash, un detalle que  siempre otorga estilazo. Y hablando de estilazo, pasemos a ver al segurata de mis anhelos:




Atención al bigotazo de cuatrero y las botas de cowboy.



Corrección estilística: La gorra le iba muy bien para tapar esa interminable frente y calva, pero con esa sonrisa de medio lado se le perdona todo.   
 
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