MIGUEL HERNANDEZ
DE QUIEN TE HA VISTO Y QUIEN TE VE Y SOMBRA DE LO QUE ERAS.
¿Morir?... ¿Podre resistir
tamaño acontecimiento,
o moriré en el momento
en que me vaya a morir
de pena y de sentimiento?
¡Morir!, ¡morir!... No quisiera
morir para siempre, no...
¡Esperate , muerte! ¡Espera!,
¡y dejame que me muera
cuando te lo pida yo!.
No quiero, no puedo verte
en este instante de mi vida
¡Ay! Que tu hielo me impida
cuando con ansias de muerte,
muerte, la muerte te pida.
Pero ¿por qué no es ahora,
si al fin sentiré tu frío?...
¡Ay mal pensamiento mio,
que reconcome y debora
más que una orilla de río!
Sea, Señor, cuando quiera
tu poder: a él me sujeto.
¡Si toda mi vida espera,
alerta, mi calavera
aoyada en mi esqueleto!
A punto está la corrida:
y en el momento de verte,
toro negro, toro fuerte,
estoy queriendo la vida
y deseando la muerte.
¿Morir?... ¿Podre resistir
tamaño acontecimiento,
o moriré en el momento
en que me vaya a morir
de pena y de sentimiento?
¡Morir!, ¡morir!... No quisiera
morir para siempre, no...
¡Esperate , muerte! ¡Espera!,
¡y dejame que me muera
cuando te lo pida yo!.
No quiero, no puedo verte
en este instante de mi vida
¡Ay! Que tu hielo me impida
cuando con ansias de muerte,
muerte, la muerte te pida.
Pero ¿por qué no es ahora,
si al fin sentiré tu frío?...
¡Ay mal pensamiento mio,
que reconcome y debora
más que una orilla de río!
Sea, Señor, cuando quiera
tu poder: a él me sujeto.
¡Si toda mi vida espera,
alerta, mi calavera
aoyada en mi esqueleto!
A punto está la corrida:
y en el momento de verte,
toro negro, toro fuerte,
estoy queriendo la vida
y deseando la muerte.