En el día de ayer terminó un curso de informática al que asistía desde hacía 7 meses. Digamos que fui reclutado a ese curso, pues no lo conocí por iniciativa propia sino que me telefonearon sus propios organizadores para hacerme saber de él. Unos días después, llegó a mi casa uno de ellos para informarme sobre el contenido, duración, horarios, y demases asdf sobre el curso: tendría 6 meses de duración, en horario de 8 pm a 10 pm cada martes (me encantó ese horario), y su temática se centraría en las aplicaciones de Office (lo que me quedaba perfecto para mi futura profesión como administrativo), las clases se darían en el casino de la ciudad (wow) y al término de ellas habría un examen final realizado por 'los altos cargos', cada alumno dispondría de su propio ordenador portátil durante las clases; pero había un importe que pagar por todo esto: 800€, un poco más de lo que costó mi buen PC. Acabé aceptando la propuesta, todo pintaba perfecto.
Martes 18 de julio, ese fue el primer día de clases. Lo que había imaginado (unos ordenadores decentes, y unos 20 alumnos de mi edad -20 años- con conocimientos en el tema) distaba mucho de la realidad (unos ordenadores con Windows 2000, 130 MB de RAM, y fácilmente 'estropeables' a cada rato, dos muchachitos y una muchachita entre 15/17 años, un tipo de mi edad pero sin estudios, y dos hombres rondando o pasando los 60; entre todos no sabían mucho más que "un hardware es una carpeta" y que "para desinstalar un programa hay que enviar el icono del mismo a la papelera"). Con este panorama tan desolador para mí, pasamos varias semanas aprendiendo lo que es una carpeta, un icono, la barra de tareas, un menú contextual, creando y moviendo carpetas; es decir, cosas que sé desde hace años, por tanto me aburrí siendo el único que contestaba correctamente a las preguntas del profesor... pero fue divertido. Fue bastante curioso ver cómo personas desconocidas de tres generaciones diferentes pueden divertirse juntas.
Con el paso de los meses comenzó a mejorar el asunto, pues ellos iban aprendiendo y por fin pasamos a aplicaciones algo más complicadas como Excel o Access, después de pasar un mes aprendiendo a escribir en Word (lol .o.), sólo que ya nada más quedaron 3 clases para dedicar a Access, que puede resultar más complicado. Y ayer fue el 'gran examen final' que resultó ser solamente un test de 24 preguntas que podíamos contestar usando el PC para 'ver dónde estaba cada cosa que se pregunta', así que: fácil. No resultó ser un curso tan perfecto como lo habían pintado, no merece esos 800€, pero me quedo con una bonita experiencia: era bastante ameno encontrarnos semanalmente unas 5 personas (porque rara vez íbamos todos el mismo día) en una fría sala de la planta alta de un viejo casino semi-solitario por remodelación, en heladas noches de invierno. Y ver cómo el profesor tenía sus ojos llorosos por la emoción del último día no tiene precio, es algo que no me había tocado ver en 16 años de escuela.
Y lo más OMG del día de ayer, ocurrió después de entrar en la web de
Apple y comprobar los precios de un
iMac:
Yo: Vaya, creí que costaba más de 1500€ y 'sólo' está en unos 900.
Mi pá: No es tan caro, lo podemos pedir para Reyes del año que viene.
Yo: OMG D=
No words.