Cartas que nunca leerás
Siento como una presión en el pecho al pensar que quizás no vuelva a verte más, ni a abrazarte, ni a besarte, ni a acariciarte o tenerte dentro de mí.
Todo por unas pocas palabras. Todo por tu miedo patológico a sentir.
Desde nuestro primer beso yo ya sabía que esto iba a acabar así, pero me quedaba una última esperanza que ya se fue; que tú mismo echaste a patadas.
Y como me ha pasado todo este tiempo, no acabo de entenderlo. Qué he hecho mal, qué falla en mí para que se repita la misma historia una y otra vez.
Y aunque finjo ser fuerte, que nada me afecta... Todo es una fachada, una coraza. Y odio estar así. Odio estar así por ti, que ni siquiera te lo mereces. Pero es una lástima que los sentimientos no se elijan.
Cada vez que paso por tu portal miro hacia tu ventana, recuerdo mil cosas, mil ilusiones. La heladería a la que me llevaste en nuestra primera cita no la he vuelto a pisar. Cuando salgo te busco en cada persona, pero nunca te encuentro.
Pero sé que se me pasará. Algún día dejaré de mirar a tu portal, volveré a nuestra heladería sin pensar en ti, no te buscaré más y podré empezar de cero otra vez.
Hasta entonces..., ahora me toca echarte de menos.
Todo por unas pocas palabras. Todo por tu miedo patológico a sentir.
Desde nuestro primer beso yo ya sabía que esto iba a acabar así, pero me quedaba una última esperanza que ya se fue; que tú mismo echaste a patadas.
Y como me ha pasado todo este tiempo, no acabo de entenderlo. Qué he hecho mal, qué falla en mí para que se repita la misma historia una y otra vez.
Y aunque finjo ser fuerte, que nada me afecta... Todo es una fachada, una coraza. Y odio estar así. Odio estar así por ti, que ni siquiera te lo mereces. Pero es una lástima que los sentimientos no se elijan.
Cada vez que paso por tu portal miro hacia tu ventana, recuerdo mil cosas, mil ilusiones. La heladería a la que me llevaste en nuestra primera cita no la he vuelto a pisar. Cuando salgo te busco en cada persona, pero nunca te encuentro.
Pero sé que se me pasará. Algún día dejaré de mirar a tu portal, volveré a nuestra heladería sin pensar en ti, no te buscaré más y podré empezar de cero otra vez.
Hasta entonces..., ahora me toca echarte de menos.