Fobias
Me acuerdo perfectamente de mi primera bajada de tensión y del posterior desmayo. Tenía 6 años y estaba en primero de primaria. Recuerdo que mi clase estaba en la planta de arriba del colegio y tenía unas ventanas con una forma un tanto extraña por las cuales entraba siempre muchísima luz; o al menos ese día era soleado. La señorita Inma nos daba Conocimiento del Medio y nos hablaba sobre el cuerpo humano. Le llegó el turno al corazón y ahí pasó todo. Sin saber porqué, me vi en el suelo.
Ahora tengo 19 años y estudio segundo de Medicina. La sensación es la misma. Le llega el turno al corazón y vuelve a pasar todo. El mismo miedo.
El miedo nos paraliza. Nos invade. Nos destruye lentamente, aunque algunas veces es rápido. Pero sea cual sea su velocidad, siempre es eficaz.
Todos tenemos miedo. Miedo a la soledad. Miedo a la sangre. Miedo al dolor. Miedo a la muerte. Miedo al compromiso. Miedo al miedo. Miedo.
Y ahora lo tengo claro; después de tantos años.
Hemos de huir del miedo.
Ahora tengo 19 años y estudio segundo de Medicina. La sensación es la misma. Le llega el turno al corazón y vuelve a pasar todo. El mismo miedo.
El miedo nos paraliza. Nos invade. Nos destruye lentamente, aunque algunas veces es rápido. Pero sea cual sea su velocidad, siempre es eficaz.
Todos tenemos miedo. Miedo a la soledad. Miedo a la sangre. Miedo al dolor. Miedo a la muerte. Miedo al compromiso. Miedo al miedo. Miedo.
Y ahora lo tengo claro; después de tantos años.
Hemos de huir del miedo.