Apr 10, 2009 20:44
Hoy estoy más sensible de lo normal, y esto hace que te eche demasiado de menos. Más que otros días.
Ayer hizo una semana desde la última vez que te vi. Pero realmente, la diferencia entre verte y no verte es poca; casi nula.
Tan cerca y tan lejos...
Y aunque me diga que lo tengo aceptado y asumido, me sigue doliendo saber que jamás me volverás a ver como algo más. Que tus promesas se convirtieron en humo, en ceniza, y que jamás coincidiremos.
Y sé que podría ser todo lo que tú quisieras que fuera; es más, sé que ya soy todo lo que deseas. Pero no lo ves, o no quieres verlo.
Podría hacerte feliz, o al menos lo intentaría con todas mis fuerzas. Sin embargo, prefieres lamentarte a aceptarlo.
A veces me queda la esperanza de que recapacites, de que lo analices, y que me tomes en cuenta. Pero tengo que volver a la realidad, y el golpe contra el suelo siempre es doloroso.
En estos momentos te amo y te odio a partes iguales. No lo puedo remediar.