Granada, otra vez

Apr 14, 2014 10:45

Visitar Granada siempre me produce cierto sentimiento de atemporalidad. No porque sea inmutable, desde luego: en los últimos años, la mitad de los bares que solía visitar han desaparecido, han abierto otros nuevos, unos cuantos de ellos han bajado dramáticamente la calidad de las tapas. Pero paseando por sus calles me siento casi exactamente igual que hace ocho años, cuando viví allí. Supongo que la compañía también ha influido.

Ocho años de experiencias, de grandes alegrías y alguna que otra desgracia, de aprendizaje, amores y desamores, viajes y retornos, reducidos a la nada. Debería sonarme triste, pero el caso es que no lo hace. Es como si me hubieran devuelto una parte de la inocencia que fui dejando desperdigada por ahí. Hace ocho años las cosas eran más sencillas, y yo aún me permitía creer que muchos de los sueños que me revoloteaban por la cabeza podían hacerse realidad. Y bueno, seamos justos, algunos de ellos lo hicieron.

Granada es una ciudad que, por más que me guste reencontrarme, también puedo abandonar casi sin nostalgia. Sé que algún día volveré y que, aunque todo haya cambiado, lo importante seguirá estando exactamente igual.

granada, personal

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