DE ESPADAS VERDADES Y CICATRICES, PRÓLOGO: “Call in anger”

Apr 17, 2014 22:11

Esto da un poco de vergüenza, se suponía que tendría que haber estado poniendo esto aquí desde hace... que se yo. En fin...

Título: DE ESPADAS, VERDADES Y CICATRICES

Tema: Ángeles, demonios, gárgolas, búsquedas, algo de amor, rencores, luchas... pues eso...
Calificación: En algún momento puede volverse un poco pornoso, avisaré.
Estado: WIP
Descargo de responsabilidades:Ya os lo sabéis, el rollo de siempre, Supernatural y sus personajes son de la CW, lo mismo con Hawaii 5-0 y la CBS y no gano nada positivo con ésto (ya quisiera, pero no)

Esto es un X-over, SPN/Hawaii 5-0 , si eres un seguidor de ambas puedes saltarte las parrafadas siguientes y empezar directamente con la historia.


Voy a suponer que no ves Sobrenatural, así que resumo: son dos hermanos, cazadores de monstruos, que han parado el Apocalipsis pero a los que no les sale nada a derechas por mucho que lo intenten. Tienen un amigo, un ángel que es aún más desastre que ellos y que a estas alturas ha provocado que todos los ángeles sean expulsados del cielo, dejándose engañar por Metratón (el escriba de Dios y un gran capullo...)

Mi historia comienza después del capítulo 9x15, así que habrá espoilers para parar un tren, pero si no ves la serie no hay problema porque no te vas a dar cuenta. Dean se fue del búnker de los hombres de letras dando esquinazo a su hermano Sam y al ángel y reuniéndose con el antiguo rey de los cruces de caminos y rey del infierno en busca y captura: el demonio Crowley. Están buscando la primera espada y Crowley cree que está cerca de Hawaii por lo que traslada mágicamente a Dean allí para que le espere mientras la consigue.

Y ahora voy a suponer que lo que no ves es Hawaii 5-0, nos ambientados a mediados de la cuarta temporada y resumo también: se trata de una unidad especial a las órdenes directas del gobernador especializada en casos difíciles, terrorismo, secuestros... y esas cosillas que le dan salsa a las series policiacas. La unidad la forman:

- Steve MacGarret, jefe de la misma, antiguo Seal y con unos cuantos problemas familiares (Su madre es una espía internacional que desapareció cuando era un jovencito y apareció de nuevo tras la muerte de su padre y la creación del 5-0)

- Danny Williams, antiguo policía de New Jersey que llegó a la isla persiguiendo a su exmujer para pasar más tiempo con su hija Grace

- Chin Ho Kelly, policía hawaiano acusado de corrupción (evidentemente inocente) y amigo de McGarret desde el instituto

- Kono Kalakawa, sobrina del anterior y que aunque está muy buena lamentablemente no sale en mi historia, ¡qué se le va a hacer!

- El forense, del que nunca me acuerdo el nombre, pero no tiene importancia para ésto porque tampoco sale.

- Catherine Rollins, la guapa, sexi, atractiva, valiente ¿he dicho sexi? militar que acaba de dejar los marines, perder a su jefe/amigo/exnovio en un tiroteo y se ha unido al 5-0. Se supone que es la novia de McGarret pero tal y como la trata lo mejor es que lo deje y se venga conmigo... digo... ya le buscaré a alguien más interesante.

- Kamekona, algo así como un miembro oficioso del 5-0, es un mastodonte con pinta de luchador de sumo que tiene un puesto callejero de gambas que le da el dinero suficiente para comprar un helicóptero... Pero como es muy apañao a nadie se le ocurre pensar que no sea legal

¿Situados? Pues vamos allá

PRÓLOGO: "Call in anger"

Dean Winchester despertó de la anestesia en una anónima habitación de hospital. Sus ojos verdes y confusos apenas distinguían algunas sombras en la penumbra mal iluminada. No sabía quién era o dónde estaba y tampoco porqué sus brazos y piernas estaban inmovilizados con correas. El pitido nervioso de un monitor se aceleraba junto a los latidos de su corazón. Una mujer de treinta y tantos que podría pasar por alguien más joven (suele pasar con las personas que tienen rasgos asiáticos) revisó el monitor y se aseguró de que las vías de suero y medicación, funcionaran correctamente.

La miró interrogante. Pero no era capaz de reunir las palabras para preguntar, se escabullían en su mente jugando al gato y al ratón con él. El cansancio le venció y se durmió en el sueño intranquilo de las drogas.

Cuando despertó por segunda vez estaba un poco más lúcido y recordaba quién era. Ese conocimiento, en lugar de tranquilizarle le ponía más nervioso. Seguía sin saber cómo había llegado ahí y lo último que recordaba le provocó un doloroso pinchazo en el corazón que se sumó al recuerdo adormecido de una herida abierta. La máquina de constantes volvió a pitar y la misma mujer entró acompañada de un celador y una enfermera. Debía ser la doctora, llevaba una placa que su vista enturbiada era incapaz de descifrar.

  • Relájese - la voz de la doctora sonaba tensa y llena de prevención y Dean Winchester supuso que debía creer que era una especie de criminal, lo que no estaba muy alejado de la realidad - la cirugía ha ido bien, no lo estropee

El cazador notó el tubo de drenaje que salía de su pecho. ¿Cirugía? Intentó preguntar y su voz se volvió a negar a salir. Forcejeó con las correas. La doctora ordenó a la enfermera que le tomara la temperatura y revisara las curas.

El enfermo intentó relajarse. Sus ojos revisaron metódicamente la habitación, al celador (también tenía rasgos asiáticos y era enorme) y a la enfermera, una chica joven que trabajaba nerviosa sobre el vendaje de su pecho retirando con cuidado el tubo que salía de él. Le administraron otro sedante a través de la vía y volvió a dormirse.

La tercera vez que despertó la realidad atravesó su mente como un cuchillo al rojo corta la mantequilla. No quería despertar y no quería recordar, pero no podía hacer otra cosa. Estaba solo en lo que debía ser una UCI, de algún hospital controlado por ángeles caídos o demonios, para sus intereses tan malos eran unos como otros.

Carraspeó buscando su propia voz. La enfermera de antes, la chica joven, acudió a su lado y le ofreció un poco de agua. Dean masculló un “Christo” sin que la chica se inmutara. No era un demonio pero eso no quería decir nada. Un sorbo de agua atravesó su garganta áspera y seca como papel de lija.

  • Despacio - susurró la enfermera levantándole un poco la cabeza para ayudarle a beber.
  • Gracias - el cazador volvía a estar cansado
  • Es mi trabajo - Jenny González fue mucho menos brusca de lo que hubiera querido ser, pero, a pesar de la fuerte vigilancia policial, y lo que había oído comentar a sus compañeros y a los mismos agentes de la ley, le costaba creer que el tipo al que acababan de sacar una bala del pecho y que ahora giraba el rostro hacia la ventana fuera un asesino en serie o un terrorista - ¿Necesita algo más?
  • No… - de repente Jenny se encontró bajo el embrujo de los ojos más expresivos e intensos que había visto jamás, y tuvo miedo, él se dio cuenta - no quiero hacerte daño…
  • Estás atado, no puedes hacerme nada - reaccionó la jovencita alejándose un paso
  • Eso también - sonrió divertido el prisionero - ¿me das un poco más de agua?

Jenny pensó que no había ningún peligro en acercarle el vaso una vez más, y por parte del paciente no lo había. Un par de policías militares entraron en la UCI escoltando a una atractiva y pelirroja oficial de la marina.

  • Disculpe señora, esto es una unidad de cuidados intensivos, no se puede entrar aquí sin las debidas medidas higiénicas

La oficial la miró de una forma extraña, un humo turbio brotó de sus labios y se introdujo en la enfermera. La muchacha tembló de terror cuando aquella cosa se coló hasta su cerebro como un ladrón y después regresó a la extraña mujer.

  • No pasa nada Jenny, yo no se lo voy a decir a nadie - como a cámara lenta la chica escuchó al hombre atado en la cama “Déjala, ella no es nadie” - tranquilo Dean, no gano nada con matarla

Contradiciendo sus propias palabras Abadón degolló a la enfermera sin ningún problema. Después se acercó a la cama. Dean pensó que las cosas no podrían empeorar más.

  • ¿Y qué le pasa a tu pobre corazoncito? - Ella se sentó en el borde retirando la sábana que cubría el vendaje de su pecho - No pensaba que fueras un alma sensible Dean.

El cazador apretó los labios cuando las uñas de la demonio atravesaron las vendas llegando hasta la herida del pecho. No le iba a dar la satisfacción de gritar.

  • Oh vaya, parece que los que pasan por el infierno aguantan el dolor - se lamió de entre los dedos la sangre y sonrió complacida - así será más divertido hacerte confesar dónde está ...
  • No voy a decirte nada
  • Como ya te he dicho Dean - dijo sujetándolo del cabello - así será más divertido
  • ¿Y qué? ¿Vas a torturarme aquí? ¿En el hospital? Eso puede llamar la atención de los ángeles…
  • No tengo miedo de esos pajarillos desplumados Dean, además, ninguno de ellos movería un dedo por ayudarte, y lo sabes
  • Puede que no, puta, pero seguro que también quieren saber dónde está lo que estás buscando.

Llena de ira por la rebeldía del cazador casi lo degüella también, pero se contuvo en el último instante dejando sólo un rasguño en la piel del pecoso. Hizo un gesto a los soldados que no eran más que demonios de quinta fila, y éstos soltaron al Winchester de la cama y lo arrastraron fuera de la habitación seguidos de su Reina.

No llegaron muy lejos, como había advertido Dean, los ángeles estaban tras sus pasos y ya fuera porque se habían enterado que le habían herido cuando la policía le detuvo o porque habían percibido el poder de Abadón, estaban ahí fuera, al menos cuatro o cinco, y con sólo el reflejo de sus auras achicharraron a los dos tipos que sujetaban al cazador.

La Demonio no les temía, puede que porque era casi tan antigua como el más antiguo de ellos, Abadón era un caballero del infierno elegido personalmente por Lucifer y que sólo podía ser destruido por el arma más mortífera de la creación “La primera espada”. Pero había en escena una criatura todavía más peligrosa que un ángel: Dean Winchester la apuñaló en el cuello con la aguja de su vía mientras recitaba a toda velocidad un exorcismo que, a pesar de todo lo antiquísima que era la demonio, no había escuchado nunca, y el exorcismo funcionaba. Huyó de su cuerpo en una fantasmagórica nube de humo rojo.

Dean quedó sin fuerzas, su corazón tableteaba fuera de control y cayó de rodillas. Uno de los ángeles apoyó la mano en su cabeza y le prestó algo de energía. Después le levantó dispuesto a sacarlo de allí.

  • Esperad, la chica que mató Abadón, podéis hacer algo por ella
  • Está muerta, no es de nuestra incumbencia arreglar tus estropicios cazador - dijo el que parecía el jefe de la cuadrilla
  • Yo os he librado de Abadón…
  • Podríamos haberla matado si no te hubieras interpuesto.
  • Iré con vosotros sin oponer resistencia - trató de negociar
  • ¿Crees que puedes resistirte? - el ángel cometió el error de acercarse demasiado

Con un rápido movimiento el cazador alcanzó la espada del ángel y colocándose a su espalda le hizo un pequeño corte en el cuello. No había que ser muy listo para saber que si se movía acabaría tan muerto como la joven enfermera.

  • Por favor, es una chica inocente que no ha hecho daño a nadie, si es porque no tenéis bastante poder, podéis usar mi alma - pidió.
  • Suéltame - el ángel chasqueó sus dedos y Dean volvió a sentir que las fuerzas le abandonaban
  • Moriremos los dos - masculló el humano con los dientes apretados
  • Está hecho - dijo el ángel - Ella está bien, cuando despierte no recordará nada. Contra tu creencia Dean Winchester, los ángeles son misericordiosos, no asesinos
  • No es mi creencia - la sangre manchaba la bata de hospital y las vendas desgarradas por Abadón, Dean sonrió irónicamente antes de perder el sentido - es mi experiencia.

La enfermera Jenny despertó una hora después en la habitación vacía de la UCI, no había rastro de los policías ni del hombre herido custodiado en ella.

DEVYC- DEVYC- DEVYC

Steve McGarret acabó su tercera tanda de flexiones en el gimnasio de la sede del 5.0 y se quedó en el suelo con la cabeza apoyada entre los brazos sudorosos que lo habían levantado otras trescientas veces seguidas.

Chin Ho Kelly no dijo nada ante el sobreesfuerzo excesivo de su jefe. El ambiente estaba enrarecido en la unidad desde la marcha de Kono y la tensión creciente entre Danny y Steve. Que Catherine Rollins se hubiera unido al equipo no mejoraba las cosas. Incluso se plantearía la renuncia si no estuviera convencido de estar haciendo un buen trabajo en su puesto. Dio un margen temporal más que razonable al marine para que se levantara y después se acercó.

  • ¿Estás bien?
  • Perfecto - replicó el soldado levantándose con agilidad
  • Steve…
  • Te preocupas demasiado amigo - sonrió su jefe
  • Eso mismo, soy tu amigo - la aparente frialdad del nativo chocaba con la aparente indiferencia de su superior y ambos acabaron riendo - cuando quieras tío
  • Mahalo Chin, lo tendré en cuenta.
  • ¿Y entonces?...
  • Danny se va, Cath… y yo… - respiró profundamente - no estoy preparado Chin…
  • ¿Preparado para qué? - Danny Williams se apoyaba en la puerta con el habitual ceño fruncido desde los últimos meses. Sus habituales quejas se habían vuelto más ácidas - sólo voy a pasar mis vacaciones con Grace y con Gaby, ¿o tienes algún inconveniente?

Steve y Danny se encararon. Chin Ho estaba harto de tantas tensiones y tantos malentendidos, el 5.0 era tan importante para él como su propia sangre, ¡qué demonios, eran su familia!

  • Parad, ahora - ordenó - esto no puede seguir así, cuando vuelvas Danny tenéis que hablar de verdad y no lanzaros estúpidas insinuaciones que no sirven para nada

Tanto uno como otro se mordieron las ganas de tomarlas con el nativo que en cierto modo tenía razón. Danny levantó un dedo con un “Hablaremos” que quedó sin pronunciarse en el aire de la oficina. Había algo más importante de que hablar: trabajo.

  • Ese Winchester parece recuperarse del balazo en el pecho, he hablado con la doctora y cree que esta tarde estará en condiciones de ser interrogado - comentó el antiguo policía de New Jersey
  • Algo es algo, ¿sabemos cómo llegó? - la mirada del jefe de la unidad recobró la concentración en el caso
  • Nada - Chin les mostró los datos recogidos en los puertos y aeropuertos de las islas más importantes - Ni en aviones, ni en cruceros, ni vuelos chárter, ni pesqueros o transporte de mercancías…
  • ¿Y aparte de matar a dos soldados con un cuchillo antes de ser abatido, tiene antecedentes?
  • Esto te va a dejar a cuadros Steve - musitó Danny dándole a Chin un pendrive - yo aún estoy asimilándolo…

En la pantalla del ordenador se desplegó una serie de carpetas que abarcaban desde el año 1999 hasta el actual. Las más antiguas eran sobre delitos del tipo de falsificación de tarjetas de crédito, robos, allanamientos, alguna pelea y profanación de tumbas, pero a partir del 2005 había que incluir varias acusaciones de asesinato, asalto…

  • ¿Y lo dieron por muerto oficialmente? ¿tres veces? - McGarret estaba alucinando - ¿Cómo es posible que no se aseguraran que estaba muerto? ¡Este tipo ha matado a más de cien personas…!
  • Eso mismo me preguntaba yo, recuerdo lo de San Luis, un colega me dijo que estaba allí cuando los forenses se llevaron el cadáver y que no tenían ninguna duda…
  • Tendremos que hacer una visita a nuestro psicópata.

El teléfono sonó estridentemente, y Chin Ho recogió la llamada. Era Cath, tendrían que cancelar la visita. Dean Winchester había escapado del hospital dejando tras de sí el cadáver de dos agentes del servicio policial de la marina con los ojos quemados.Continuará....

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