Remus Lupin // 1º: Inicio
Autor:
xizu
Fandom: Harry Potter
Personaje/Pareja/Trío: Remus Lupin
Tema: #1 - Inicio
Todo empezó cuando a Remus Lupin lo mordieron. No recuerda nada antes de ese día, como si su vida hubiera comenzado cuando se convirtió en hombre lobo. Cierra los ojos y lo ve claramente, una masa de pelo encima de él, dientes clavándose en su espalda, rozando su columna, sangre manchándole los pantalones... Recuerda aullidos, súplicas y sus lágrimas mojándole los labios cuando se cansó de gritar. Recuerda una respiración caliente y animal rozándole la piel al tiempo que los dientes se cerraban en torno a su piel. Y recuerda el dolor. Sí, cuando Remus John Lupin recuerda esa noche, recuerda principalmente el dolor.
Vuelve a sentir como lo atravesó un ardor que nacía en su espalda y terminaba en un punto desconocido a varios metros de distancia, envolviéndolo, seguido de una especie de grito que parecía salir directamente desde su columna, ahí donde los dientes de la cosa peluda lo rozaban. Todo su cuerpo era una llama oscilante, suplicante y húmeda que se sacudía al ritmo de ese hocico apestoso y cedía ante la presión. Lo último que recuerda antes del desmayo es un sonido, un aullido.
Despertó con el llanto de su madre junto a la cama y la mirada de su padre clavada en la ventana. Todo era blanco, desde las paredes hasta la piel de la señora Lupin. Un hombre junto a ella decía algo que Remus no pudo entender, pero que claramente tenía que ver con él y con la cosa peluda que se le había lanzado encima en el bosque. Su padre miraba hacia afuera con el rostro petrificado y las manos en los bolsillos, a varios metros de distancia. Una semana después, cuando salió de San Mungo, intentó tomarle la mano para cruzar la calle como siempre hacía, pero él la movió antes, dirigiéndole una mirada que Remus no supo si era de miedo o de repulsión. Lo que sí supo fue que las cosas para siempre serían distintas.
Entonces vino su primera transformación. Sus padres, unas horas antes del anochecer, lo llevaron a una habitación oscura y lo ataron de manos y piernas contra la pared. Recuerda haber preguntado qué pasaba, recuerda haber llorado y llamado a su madre a medida que se iba haciendo oscuro, recuerda haber sentido como si sus huesos fueran forzados a expandirse, como si se le abriera el cráneo y como si su cuerpo nuevamente fuera una llama oscilante bajo el impulso de esa masa peluda. Recuerda haber gritado pensando que eso volvía. Sólo le salió un aullido. Cuando Remus bajó la mirada para verse las adoloridas piernas, vio al monstruo y quiso salir corriendo de la habitación, pero no pudo por las correas que se le cernían en torno a las muñecas y tobillos. A la mañana siguiente despertó con la garganta irritada, los hombros surcados por sendas heridas aún sangrantes y su madre observando temerosa desde la puerta, con su varita en la mano y los ojos vidriosos.
Cuando llegó la carta de Hogwarts y su madre le dijo que no podría ir, Remus no lloró ni sintió que se estaba cometiendo una injusticia. Simplemente asintió con la cabeza y subió a su habitación a leer, como todas las mañanas. A mediodía, se volvió a limpiar las cicatrices y comió su almuerzo solo en la habitación, con jazz sonando en un rincón y el calendario con las noches de luna llena resaltadas con rojo frente a él. Cuando bajó a buscar la cena, se encontró con un hombre alto y anciano vestido con una túnica púrpura y una gran sonrisa en su rostro sentado junto a sus padres.
- Al...Albus Dumbledore... - tartamudeó incrédulo mientras el mago le estrechaba la mano.
- Mucho gusto, Remus Lupin. Tus padres me mandaron una carta esta mañana diciéndome que lamentablemente no podrías asistir al colegio debido a tu condición.
- Si está aquí para confirmarlo, señor, le puedo decir que es verdad y...
- Estoy aquí para ofrecerte a ti y a tus padres una solución.
No se lo creyó. Ni siquiera cuando se subió al expreso de Hogwarts y se sentó junto a la ventana mirando a sus padres despedirlo sonrientes se lo creyó. Tampoco cuando el sombrero dijo "Gryffindor" y él se sentó en una gran mesa junto a gente que le daba la bienvenida. Quizás, se dice mientras abre la puerta del departamento que Sirius y él comparten desde que terminaron el colegio, se lo empezó a creer cuando entró a ese dormitorio junto con tres otros chicos y James Potter los saludó intentando peinarse el cabello y sonriéndoles como si fueran los mejores amigos del mundo.
Fin.
Me siento mala y cruel. Me siento increíblemente mala y cruel por imaginarme deliberadamente a Remus sufriendo. Me siento un poco mejor cuando lo leo y me doy cuenta que me gustó bastante (el fic, no ver a Remus sufrir).
Saludos.
xizu
Fandom: Harry Potter
Personaje/Pareja/Trío: Remus Lupin
Tema: #1 - Inicio
Todo empezó cuando a Remus Lupin lo mordieron. No recuerda nada antes de ese día, como si su vida hubiera comenzado cuando se convirtió en hombre lobo. Cierra los ojos y lo ve claramente, una masa de pelo encima de él, dientes clavándose en su espalda, rozando su columna, sangre manchándole los pantalones... Recuerda aullidos, súplicas y sus lágrimas mojándole los labios cuando se cansó de gritar. Recuerda una respiración caliente y animal rozándole la piel al tiempo que los dientes se cerraban en torno a su piel. Y recuerda el dolor. Sí, cuando Remus John Lupin recuerda esa noche, recuerda principalmente el dolor.
Vuelve a sentir como lo atravesó un ardor que nacía en su espalda y terminaba en un punto desconocido a varios metros de distancia, envolviéndolo, seguido de una especie de grito que parecía salir directamente desde su columna, ahí donde los dientes de la cosa peluda lo rozaban. Todo su cuerpo era una llama oscilante, suplicante y húmeda que se sacudía al ritmo de ese hocico apestoso y cedía ante la presión. Lo último que recuerda antes del desmayo es un sonido, un aullido.
Despertó con el llanto de su madre junto a la cama y la mirada de su padre clavada en la ventana. Todo era blanco, desde las paredes hasta la piel de la señora Lupin. Un hombre junto a ella decía algo que Remus no pudo entender, pero que claramente tenía que ver con él y con la cosa peluda que se le había lanzado encima en el bosque. Su padre miraba hacia afuera con el rostro petrificado y las manos en los bolsillos, a varios metros de distancia. Una semana después, cuando salió de San Mungo, intentó tomarle la mano para cruzar la calle como siempre hacía, pero él la movió antes, dirigiéndole una mirada que Remus no supo si era de miedo o de repulsión. Lo que sí supo fue que las cosas para siempre serían distintas.
Entonces vino su primera transformación. Sus padres, unas horas antes del anochecer, lo llevaron a una habitación oscura y lo ataron de manos y piernas contra la pared. Recuerda haber preguntado qué pasaba, recuerda haber llorado y llamado a su madre a medida que se iba haciendo oscuro, recuerda haber sentido como si sus huesos fueran forzados a expandirse, como si se le abriera el cráneo y como si su cuerpo nuevamente fuera una llama oscilante bajo el impulso de esa masa peluda. Recuerda haber gritado pensando que eso volvía. Sólo le salió un aullido. Cuando Remus bajó la mirada para verse las adoloridas piernas, vio al monstruo y quiso salir corriendo de la habitación, pero no pudo por las correas que se le cernían en torno a las muñecas y tobillos. A la mañana siguiente despertó con la garganta irritada, los hombros surcados por sendas heridas aún sangrantes y su madre observando temerosa desde la puerta, con su varita en la mano y los ojos vidriosos.
Cuando llegó la carta de Hogwarts y su madre le dijo que no podría ir, Remus no lloró ni sintió que se estaba cometiendo una injusticia. Simplemente asintió con la cabeza y subió a su habitación a leer, como todas las mañanas. A mediodía, se volvió a limpiar las cicatrices y comió su almuerzo solo en la habitación, con jazz sonando en un rincón y el calendario con las noches de luna llena resaltadas con rojo frente a él. Cuando bajó a buscar la cena, se encontró con un hombre alto y anciano vestido con una túnica púrpura y una gran sonrisa en su rostro sentado junto a sus padres.
- Al...Albus Dumbledore... - tartamudeó incrédulo mientras el mago le estrechaba la mano.
- Mucho gusto, Remus Lupin. Tus padres me mandaron una carta esta mañana diciéndome que lamentablemente no podrías asistir al colegio debido a tu condición.
- Si está aquí para confirmarlo, señor, le puedo decir que es verdad y...
- Estoy aquí para ofrecerte a ti y a tus padres una solución.
No se lo creyó. Ni siquiera cuando se subió al expreso de Hogwarts y se sentó junto a la ventana mirando a sus padres despedirlo sonrientes se lo creyó. Tampoco cuando el sombrero dijo "Gryffindor" y él se sentó en una gran mesa junto a gente que le daba la bienvenida. Quizás, se dice mientras abre la puerta del departamento que Sirius y él comparten desde que terminaron el colegio, se lo empezó a creer cuando entró a ese dormitorio junto con tres otros chicos y James Potter los saludó intentando peinarse el cabello y sonriéndoles como si fueran los mejores amigos del mundo.
Fin.
Me siento mala y cruel. Me siento increíblemente mala y cruel por imaginarme deliberadamente a Remus sufriendo. Me siento un poco mejor cuando lo leo y me doy cuenta que me gustó bastante (el fic, no ver a Remus sufrir).
Saludos.