Autor:
rethisFandom: Naruto
Claim: Temari/Shikamaru
Tabla:
IlusoriaTema: #25 - Cuatro paredes
Advertencias: Pues ninguna, que yo recuerde.
Cuatro paredes
Era una misión de infiltración. La primera que tenía en común con Konoha tras la reciente alianza pactada. La Arena lo había hecho mal, su padre estaba muerto, no tenían Kazekage y no encontraban más que traidores por todos lados. Por suerte Konoha no estaba mucho mejor, sin Hokage aún, aceptó su rendición y con una palmada en la espalda (no literalmente) entre los ancianos de ambas aldeas aceptaron olvidar las rencillas del pasado y lo acontecido recientemente.
Así que ahora la Arena y la Hoja eran tan amigos, como tales, de vez en cuando colaboraban en las misiones más peliagudas, y eso no por ser las más peligrosas precisamente.
En este caso se trataba de un noble de poca monta del país del Viento que se había establecido en tierras más agradables, como por ejemplo, las verdes praderas del país del Fuego. Hacía no demasiado tiempo se oía el rumor en la corte del Viento que dicho noble, en su exilio, se había llevado algunos objetos de valor, y era deber de los ninjas de la Arena recuperarlos con la mayor discreción posible.
Pero claro, una fuerza ninja no puede adentrarse así como así en un país aliado, hay que guardar las formas, llamar a la puerta, pedir permiso, esas cosas. Y como muestra de respeto, el país te recibía con los brazos abiertos e incluso enviando un guía, o lo que es lo mismo, su propio grupo de ninjas para acompañar en la misión.
En total eran cinco ninjas: tres de la Arena y dos de Konoha. Temari era uno de los genin de la Arena, mientras que de Konoha iban un tal Aoba y…
-…él es Shikamaru.
-¡Tú! -exclamó Temari, sorprendida.
-Vaya… la amiga de Gaara.
-Hermana, soy su hermana -corrigió, más por el gusto de rectificarle que por molestia en sí.
Shikamaru se encogió de hombros y se dirigió a Aoba. Murmuraban algo, pero a Temari no le importaba. Acabadas las presentaciones tenían mucho trabajo por delante, habían quedado en un punto intermedio entre la Arena y Konoha, y ahora tenían que emprender el camino hacia el pequeño castillo en el que el noble se había establecido.
Lo peor, Temari lo tenía muy claro, no era el objetivo de la misión, que tenía bastante claro que sería bastante sencilla. Lo peor, era tener que compartir habitación con un crío al que apenas conocía (al que además guardaba una pizca de rencor por un combate reciente, cabe añadir). Y compartía habitación con él, porque la otra opción era dormir junto a dos hombres, que si bien no eran carcamales, sus ronquidos simulaban muy bien el gruñido gutural de un gran oso pardo.
A Shikamaru le había dado igual que la chica se intercambiara con Aoba, mientras le dejase dormir, nada importaba. Claro que Temari no cayó en la cuenta en lo difícil que era conciliar el sueño cuando no podías dejar de mirar con cierta ira a tu compañero de habitación.
Dio tantas vueltas sobre el futón que parecía estar durmiendo sobre brasas. Por no hablar que aquella habitación era enana y sin ventanas, aquellas cuatro paredes resultaban asfixiantes y empezaba a pensar que más que en una posada habían caído en una especie de prisión de un país extranjero.
Gruñó en voz baja, hundiendo su cara en el colchón. Apestaba. De reojo miró a Shikamaru, decidida a cargarle a él con todas las culpas de sus pesares. Era injusto, verle dormir tan apaciblemente, tenía la boca entreabierta, señal sin duda de que estaba durmiendo a pierna suelta.
Realmente parecía estar durmiendo muy a gusto. ¿Tan poco preocupado se sentía por la misión? Aunque ciertamente a ella tampoco le preocupaba mucho la misión. Lo que más la había molestado era verle tan tranquilo, incluso ahora, con los ojos… ¿abiertos?
-¿Tú no duermes? -le preguntó con voz somnolienta.
-Cla… claro, ¡eso intento! -se giró molesta.
-Tienes suerte. Te ha pasado algo bueno -comentó Shikamaru, que se había girado y ahora mismo miraba hacia el techo oscuro-. También a mí me gustaría poder sonreír así antes de dormirme -bostezó.
-¡Yo…! ¿Por qué iba a sonreír? Ah, vuelve a dormirte, eres más soportable así.
-Oh…
Cerró los ojos y fingió que dormía, aunque no estaba muy segura de si era para convencer a Shikamaru o a sí misma.
-¿Qué tal está Gaara? He oído que acabó bastante mal.
-Bien, se recupera pronto. Y está más tranquilo, gracias a ese chico.
-¿Sasuke? Se ha hecho realmente fuerte, pero…
-Ese no, el otro. El rubio.
Si hubieran estado sentados uno frente a otro Temari habría visto como los ojos de Shikamaru se abrían de sorpresa. Pero el asombro fue suyo, al notar esa sorpresa en la voz del chico.
-¿Naruto?
-Eso creo. No sé bien que pasó, pero Gaara está mejor.
-Me alegro -escuchó como Shikamaru se reacomodaba bajo el edredón-. Además, estás más guapa cuando sonríes.
Maldito idiota. Lo mejor sería matarle mientras estuviera dormido, eso o… basta, basta, basta. A dormir, no importa lo agobiante que fueran esas cuatro paredes, ni que Shikamaru estuviera tan tranquilo a su lado. Lo único que importaba era la misión del día siguiente, y para eso tendría que dormir antes. Oh, cielos, unos ronquidos le habrían quitado menos el sueño que las tontas palabras de Shikamaru (a las que era indiferente, por supuesto).