PEQUEÑO RELATO

May 13, 2011 01:50

No es lo que he estado escribiendo estos días porque es algo más personal y si decido terminarlo aún le quedaría mucho. Esta noche intenté irme a dormir temprano pero se ve que ha sido para nada XD Me he levantado y me he puesto a escribir lo que se me pasase por la cabeza. Ahora me voy de nuevo a la cama a ver si esta vez tengo más suerte.



- Existe un lugar, uno para cada uno de nosotros, donde el tiempo se detiene. Basta con soñar con él para que esa noche no tengas pesadillas -dijo la señora Noah.

- ¿Está segura? -miró Charlie con ojos inquisidores-. Anoche soñé que abría un libro y de él salían miles de arañas, todas gordas negras y peludas. Recorrían mi brazo hasta alcanzarme la cara y una vez llegaron a mi boca comenzaron a expandirse por dentro hasta que mis ojos fueron volviéndose cada vez más negros.

- Charlie, muchas noches cuando me voy a dormir y todo se queda en silencio, lo primero que escucho es mi respiración -respondió y, tras una breve pausa, continuó-. Es ruidosa porque no todo me funciona tan bien como antes, pero a veces cuando algo me preocupa, queda apagada por el sonido de mi corazón.

La señora Noah se levantó de la silla que tenía junto a la cama y comenzó a dar pequeños pasos por la habitación, apenas iluminada. Se paró frente a una estantería y pasó sus arrugados dedos por el lomo de algunos libros. Charlie no sabía si estaba leyendo el título o comprobando si tenían polvo.

- Siempre que noto el corazón acelerado sé que algo no anda bien, a veces ni si quiera yo tengo la respuesta -la señora Noah suspiró-. Golpea mi pecho como un martillo golpea un yunque, es un sonido sordo, apagado y con la cadencia de un metrónomo.

- Me parece - dijo Charlie- que yo me siento así cuando sé que no he estudiado lo sufiente para el examen del día siguiente.

- Cuando te vuelva a ocurrir - dijo la señora Noah mientras volvía a sentarse en la silla- piensa en un lugar que te haga olvidarlo todo, un sitio donde te sientas en paz contigo mismo. No puedo hablarte mucho sobre el mío porque se perdería la magia pero te aseguro que si cierro los ojos puedo recordar perfectamente la textura de la madera de aquel puente, los rostros de las dos personas que caminan por él en ese momento, los bordados de sus ropas y el color de su pelo. La forma de las nubes, el canto de los pájaros y la suave brisa que arrastra flores de cerezo -los ojos de la señora Noah miraban más allá de la pared, hacia un punto que se alejaba más y más por momentos.

- ¿Puede ser inventado?

- Debe ser inventado - replicó la señora Noah-, porque aunque lo hayas vivido, nuestra mente juega con nosotros y... -calló repentinamente y miró la hora de su muñeca-. Charlie, es hora de ir a dormir, pero esta noche intenta comenzar tu sueño con ese lugar. Si comienzas ahí nada puede ir mal.

Se dijeron buenas noches y la señora Noah salió de la habitación, apagó la luz y Charlie se quedó solo en la más absoluta oscuridad. Casi al instante comenzó a pensar en arañas de grandes ojos en los que podía verse reflejado. Se levantó sobresaltado y esperó a que sus pupilas se acostumbrasen a la escasa luz que entraba por la ventana.

Su corazón latía acelerado y su respiración era entrecortada. Se acordó de lo que había hablado hacía unos minutos e intentó tranquilizarse un poco. ¿Con qué podía soñar que le permitiese dormir a pierna suelta? A él le gustaban los dragones, el mar cuando hace buen tiempo, el paseo hasta casa cuando terminaban las clases; definitivamente había mucho con lo que soñar, y sonrió.

Volvió a meterse en la cama, se echó por encima la sábana protectora y cuando se disponía a cerrar de nuevo los ojos la puerta del armario comenzó a chirriar mientras una pata deforme y alargada salía lentamente, como si fuese a comenzar un vals.
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