No Light
Título: No Light
Autor: A Dalton's Warbler
Fandom: Glee
Pairing: Blackbird y Nightbird (as Kurt y Blaine).
Disclaimer: Glee es de FOX y RIB. La idea central de este fic pertenece a la película In Time y a sus creadores. No gano nada por ésto, aparte de tener algo que hacer.
Resumen: Después de todo el acoso escolar y los problemas atraviesa en su primer año, Kurt termina odiándose a sí mismo. Luego conoce a April Rhodes y la solución a sus problemas: el alcohol. Kurt empieza a beber para escapar de la realidad, pero termina sintiéndose peor e intenta suicidarse. Burt lo encuentra a tiempo y lo envía a rehabilitación. Allí conoce a Blaine, un chico anoréxico.
Advertencias: La historia trata temas como el alcoholismo, ideas y actos suicidas, la anorexia, la depresión, la homofobia y la muerte.
Leave all your love and your longing behind
You can't carry it with you if you want to survive
- Dog Days Are Over, Florence + The Machine
[No Light]Kurt no recuerda muchas cosas que sucedieron ese día. No recuerda si bebió una botella de alcohol o dos. No recuerda si bebió de las que guarda su padre en la alacena o la que le regaló April. De hecho, no recuerda el momento en el que bebió, punto. Sabe que lo hizo debido a la manera en la que el mundo le daba vueltas, pero no logra recordar la acción.
Solo recuerda que el mundo se tambaleaba a su alrededor y que sentía que se asfixiaba.
El mundo se sentía demasiado pequeño y no encontraba la manera de ser parte de él. No lograba encajar en ninguna parte. Era como si no fuese parte del todo.
Como si estuviese de más.
Kurt no recuerda mucho. Sabe que su corazón latía tan rápido que podía sentirlo en su cabeza. Sabe que no podía respirar bien y que le dolía la garganta.
Recuerda que su padre estaba en el taller y que Mercedes no contestaba el teléfono. Le dijeron que le dejó un mensaje en donde le susurró en una voz áspera y entrecortada que no estaba bien, que se sentía perdido.
Kurt recuerda que intentó tranquilizarse, pero nada funcionó.
Todo lo demás son recuerdos borrosos de él gritando, tirando cosas al suelo y golpeando cosas.
Luego recuerda el silencio. Recuerda que dejó de notar sus latidos, que se sentía como si flotara fuera de su cuerpo. Intangible, distante, como si no perteneciera.
El caos se convirtió en silencio y las gotas rojas golpearon el suelo.
Kurt no recuerda mucho, sabe que gritó y por eso le dolía la garganta, sabe que bebió algo y por eso estaba tan mareado. Kurt tiene claro que estaba exhausto emocionalmente y enojado consigo mismo.
Escuchaba las voces. Recuerdos, que le apuñalaban sin piedad.
¿Por qué no desapareces?
¡Nadie te quiere aquí!
Oye, amigo, eres un poco raro.
Finn. Al final siempre era la voz de Finn. Por alguna razón, los gritos y las burlas no dolían tanto como sus palabras.
Eres un poco raro.
Una sonrisa nerviosa y una mirada que solo podía gritar una sola cosa.
Por favor aléjate de mí.
No lo culpa, en realidad, ¿cómo lo culparía? Finn se preocupa demasiado por su reputación. Que le vieran con él sería convertirse en un perdedor o peor, los demás podían pensar que él también era homosexual.
Eres un poco raro.
Kurt estaba enamorado de él o, mejor dicho, Kurt está enamorado de él. Es un poco patético, si lo piensa un poco, se enamoró del único chico de su escuela que no lo empujaba tan fuerte al encontrarse con él. El único que miraba atrás cada vez que lo tiraban al basurero, como si quisiera verificar que no se había golpeado gravemente, pero nunca con intenciones de ayudarlo a salir.
Kurt pensó que era miedo. No podía ayudarle, por más que quisiera. Si lo hacía, los demás se enterarían y los tirarían a los dos al basurero.
Cuando piensa sobre ello, le resulta extremadamente patético.
Finn nunca intentó ayudarlo, pero Kurt se enamoró de él solo porque miraba hacia donde estaba para asegurarse de que no se hubiese roto algo.
Aléjate de mí.
¿Lo hizo por Finn? No. No importa cuánto lo repitan los demás, él no lo hizo porque Finn no lo quería de vuelta.
Eso lo supo desde el inicio, al fin y al cabo.
Siempre tendré la ventaja porque no es una chica.
A Finn le gustan las chicas, todos lo saben. Kurt no es una mujer, por más que lo griten los demás. Era obvio desde el principio, Finn jamás lo iba a querer.
Eres un poco raro.
Kurt puede ser un poco ingenuo a veces, pero no es idiota.
¿Qué esperaba, entonces?
Finn jamás pondría su reputación en riesgo. Solo se unió al coro como castigo o algo parecido. Finn jamás pondría una amistad con el homosexual de McKinley por encima de su seguridad.
Kurt lo sabía.
¿Qué esperaba, entonces?
No tiene idea.
Solo sabe que esperaba algo. No sabe qué es ese algo, pero lo esperaba.
No lo hizo por Finn. Lo hizo porque nadie en todo Lima estaría dispuesto a defenderlo. A ponerlo antes de su reputación o seguridad. Porque Finn no se atrevía a hablar con él sin antes revisar que nadie peligroso los estuviese viendo y sin mantenerse tenso durante todo el intercambio.
Porque varios miraban en su dirección cuando los demás lo empujaban o lo lanzaban a los basureros, pero nunca parecían querer ayudarle.
Porque el mundo era muy pequeño y no había espacio para él.
Eres raro.
Aléjate de mí.
Muérete de una vez.
El suelo no se tiñó de rojo por Finn.
Sucedió porque él está de más.
Cuando llegues a Nueva York todo será diferente.
Eso le decía su padre, eso se decía él mismo. Cuando llegue a Nueva York. ¿Y si no llegaba a Nueva York? ¿Y si no había espacio para él?
Una vez conoció a un chico homosexual en internet. No hablaron mucho, la verdad. Mintió sobre su edad, su nombre y su rostro.
Por tres días, su nombre fue Mark, tenía dieciocho y lucía igual que el anotador del equipo de su escuela. Por tres días, pensó que había encontrado a alguien con el que podía desahogarse, alguien que entendería.
Pero estaba equivocado. Como siempre.
Me gustan los hombres, no los niños afeminados, ¿me entiendes?
No tengo nada en contra de ellos, pero… Me gustan los hombres.
¿Y quién, exactamente, le dijo que los homosexuales no podían discriminar también?
Me gustan los hombres, no los niños afeminados.
Pasó semanas preguntándose si su voz, su manera de vestir y el que fuese afeminado lo hacía menos hombre.
Me gustan los hombres.
¿Y qué si llegaba a Nueva York y a todos allí le gustaban los hombres, no los niños afeminados?
¿A dónde tendría que llegar, entonces, para que todo fuera diferente?
El mundo es muy pequeño. El mundo, no Lima y no Ohio. El mundo es muy pequeño.
No hay lugar para él.
Eres raro.
Aléjate de mí.
Desaparece.
Ya muérete.
Nadie te quiere.
Me gustan los hombres.
Si hay algo que Kurt recuerda de ese día, son las voces. Todos gritando a la vez. Insultos, burlas, frases hirientes.
El corazón latía rápido en su pecho, su cabeza palpitaba, la garganta le dolía. Su habitación estaba hecha un desastre a su alrededor, el mundo le daba vueltas, sentía que se asfixiaba.
Era como si le hubiesen encerrado en una caja demasiado pequeña que se encogía a cada momento y le robaba el aire
Y luego silencio.
Pensó que le dolería, pero solo sentía un ardor curioso en las muñecas. Supone que es por la adrenalina y el alcohol.
El rojo se hace ver y Kurt jamás ha visto algo tan bonito. Es un contraste curioso, piel pálida y sangre.
Sonríe.
El suelo está lleno de agua y no sabe por qué. Pronto se tiñe de escarlata, creando formas interesantes en el proceso.
Nada de eso sucedió por Finn, lo tiene claro.
Las manos le arden y se siente mareado, pero sabe que no lo hizo por Finn.
Cuando cierra los ojos, esperando no abrirlos, sonríe esperando que ahora pueda ir a un lugar en el que sí haya lugar para él.
No cree en Dios, ni en el cielo.
Pero se permite olvidar eso por un momento y soñar con que el mundo no será tan pequeño al otro lado.
Autor: A Dalton's Warbler
Fandom: Glee
Pairing: Blackbird y Nightbird (as Kurt y Blaine).
Disclaimer: Glee es de FOX y RIB. La idea central de este fic pertenece a la película In Time y a sus creadores. No gano nada por ésto, aparte de tener algo que hacer.
Resumen: Después de todo el acoso escolar y los problemas atraviesa en su primer año, Kurt termina odiándose a sí mismo. Luego conoce a April Rhodes y la solución a sus problemas: el alcohol. Kurt empieza a beber para escapar de la realidad, pero termina sintiéndose peor e intenta suicidarse. Burt lo encuentra a tiempo y lo envía a rehabilitación. Allí conoce a Blaine, un chico anoréxico.
Advertencias: La historia trata temas como el alcoholismo, ideas y actos suicidas, la anorexia, la depresión, la homofobia y la muerte.
Leave all your love and your longing behind
You can't carry it with you if you want to survive
- Dog Days Are Over, Florence + The Machine
[No Light]Kurt no recuerda muchas cosas que sucedieron ese día. No recuerda si bebió una botella de alcohol o dos. No recuerda si bebió de las que guarda su padre en la alacena o la que le regaló April. De hecho, no recuerda el momento en el que bebió, punto. Sabe que lo hizo debido a la manera en la que el mundo le daba vueltas, pero no logra recordar la acción.
Solo recuerda que el mundo se tambaleaba a su alrededor y que sentía que se asfixiaba.
El mundo se sentía demasiado pequeño y no encontraba la manera de ser parte de él. No lograba encajar en ninguna parte. Era como si no fuese parte del todo.
Como si estuviese de más.
Kurt no recuerda mucho. Sabe que su corazón latía tan rápido que podía sentirlo en su cabeza. Sabe que no podía respirar bien y que le dolía la garganta.
Recuerda que su padre estaba en el taller y que Mercedes no contestaba el teléfono. Le dijeron que le dejó un mensaje en donde le susurró en una voz áspera y entrecortada que no estaba bien, que se sentía perdido.
Kurt recuerda que intentó tranquilizarse, pero nada funcionó.
Todo lo demás son recuerdos borrosos de él gritando, tirando cosas al suelo y golpeando cosas.
Luego recuerda el silencio. Recuerda que dejó de notar sus latidos, que se sentía como si flotara fuera de su cuerpo. Intangible, distante, como si no perteneciera.
El caos se convirtió en silencio y las gotas rojas golpearon el suelo.
Kurt no recuerda mucho, sabe que gritó y por eso le dolía la garganta, sabe que bebió algo y por eso estaba tan mareado. Kurt tiene claro que estaba exhausto emocionalmente y enojado consigo mismo.
Escuchaba las voces. Recuerdos, que le apuñalaban sin piedad.
¿Por qué no desapareces?
¡Nadie te quiere aquí!
Oye, amigo, eres un poco raro.
Finn. Al final siempre era la voz de Finn. Por alguna razón, los gritos y las burlas no dolían tanto como sus palabras.
Eres un poco raro.
Una sonrisa nerviosa y una mirada que solo podía gritar una sola cosa.
Por favor aléjate de mí.
No lo culpa, en realidad, ¿cómo lo culparía? Finn se preocupa demasiado por su reputación. Que le vieran con él sería convertirse en un perdedor o peor, los demás podían pensar que él también era homosexual.
Eres un poco raro.
Kurt estaba enamorado de él o, mejor dicho, Kurt está enamorado de él. Es un poco patético, si lo piensa un poco, se enamoró del único chico de su escuela que no lo empujaba tan fuerte al encontrarse con él. El único que miraba atrás cada vez que lo tiraban al basurero, como si quisiera verificar que no se había golpeado gravemente, pero nunca con intenciones de ayudarlo a salir.
Kurt pensó que era miedo. No podía ayudarle, por más que quisiera. Si lo hacía, los demás se enterarían y los tirarían a los dos al basurero.
Cuando piensa sobre ello, le resulta extremadamente patético.
Finn nunca intentó ayudarlo, pero Kurt se enamoró de él solo porque miraba hacia donde estaba para asegurarse de que no se hubiese roto algo.
Aléjate de mí.
¿Lo hizo por Finn? No. No importa cuánto lo repitan los demás, él no lo hizo porque Finn no lo quería de vuelta.
Eso lo supo desde el inicio, al fin y al cabo.
Siempre tendré la ventaja porque no es una chica.
A Finn le gustan las chicas, todos lo saben. Kurt no es una mujer, por más que lo griten los demás. Era obvio desde el principio, Finn jamás lo iba a querer.
Eres un poco raro.
Kurt puede ser un poco ingenuo a veces, pero no es idiota.
¿Qué esperaba, entonces?
Finn jamás pondría su reputación en riesgo. Solo se unió al coro como castigo o algo parecido. Finn jamás pondría una amistad con el homosexual de McKinley por encima de su seguridad.
Kurt lo sabía.
¿Qué esperaba, entonces?
No tiene idea.
Solo sabe que esperaba algo. No sabe qué es ese algo, pero lo esperaba.
No lo hizo por Finn. Lo hizo porque nadie en todo Lima estaría dispuesto a defenderlo. A ponerlo antes de su reputación o seguridad. Porque Finn no se atrevía a hablar con él sin antes revisar que nadie peligroso los estuviese viendo y sin mantenerse tenso durante todo el intercambio.
Porque varios miraban en su dirección cuando los demás lo empujaban o lo lanzaban a los basureros, pero nunca parecían querer ayudarle.
Porque el mundo era muy pequeño y no había espacio para él.
Eres raro.
Aléjate de mí.
Muérete de una vez.
El suelo no se tiñó de rojo por Finn.
Sucedió porque él está de más.
Cuando llegues a Nueva York todo será diferente.
Eso le decía su padre, eso se decía él mismo. Cuando llegue a Nueva York. ¿Y si no llegaba a Nueva York? ¿Y si no había espacio para él?
Una vez conoció a un chico homosexual en internet. No hablaron mucho, la verdad. Mintió sobre su edad, su nombre y su rostro.
Por tres días, su nombre fue Mark, tenía dieciocho y lucía igual que el anotador del equipo de su escuela. Por tres días, pensó que había encontrado a alguien con el que podía desahogarse, alguien que entendería.
Pero estaba equivocado. Como siempre.
Me gustan los hombres, no los niños afeminados, ¿me entiendes?
No tengo nada en contra de ellos, pero… Me gustan los hombres.
¿Y quién, exactamente, le dijo que los homosexuales no podían discriminar también?
Me gustan los hombres, no los niños afeminados.
Pasó semanas preguntándose si su voz, su manera de vestir y el que fuese afeminado lo hacía menos hombre.
Me gustan los hombres.
¿Y qué si llegaba a Nueva York y a todos allí le gustaban los hombres, no los niños afeminados?
¿A dónde tendría que llegar, entonces, para que todo fuera diferente?
El mundo es muy pequeño. El mundo, no Lima y no Ohio. El mundo es muy pequeño.
No hay lugar para él.
Eres raro.
Aléjate de mí.
Desaparece.
Ya muérete.
Nadie te quiere.
Me gustan los hombres.
Si hay algo que Kurt recuerda de ese día, son las voces. Todos gritando a la vez. Insultos, burlas, frases hirientes.
El corazón latía rápido en su pecho, su cabeza palpitaba, la garganta le dolía. Su habitación estaba hecha un desastre a su alrededor, el mundo le daba vueltas, sentía que se asfixiaba.
Era como si le hubiesen encerrado en una caja demasiado pequeña que se encogía a cada momento y le robaba el aire
Y luego silencio.
Pensó que le dolería, pero solo sentía un ardor curioso en las muñecas. Supone que es por la adrenalina y el alcohol.
El rojo se hace ver y Kurt jamás ha visto algo tan bonito. Es un contraste curioso, piel pálida y sangre.
Sonríe.
El suelo está lleno de agua y no sabe por qué. Pronto se tiñe de escarlata, creando formas interesantes en el proceso.
Nada de eso sucedió por Finn, lo tiene claro.
Las manos le arden y se siente mareado, pero sabe que no lo hizo por Finn.
Cuando cierra los ojos, esperando no abrirlos, sonríe esperando que ahora pueda ir a un lugar en el que sí haya lugar para él.
No cree en Dios, ni en el cielo.
Pero se permite olvidar eso por un momento y soñar con que el mundo no será tan pequeño al otro lado.